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24 de diciembre de 2010

NAVIDAD...

FELIZ NAVIDAD


En la civilización materialista y egoísta en que vivimos, la felicidad siempre tiene que ver con recibir dinero o cosas... recibir amor --para el materialista-- es como recibir aire. Y para cada acontecimiento tenemos frases hechas que --ó expresan todo ó expresan nada-- según el caso y la intención.



Veamos la frase del momento --24 de Dic. de 2010-- que es "FELIZ NAVIDAD": Ésta, sin duda alguna, es una frase muy usada desde hace cientos y cientos de años. Y dependiendo de varios factores, bien puede ser una frase hueca o, por el contrario, una frase plena de sentido y significado. Desearle a una persona FELIZ NAVIDAD, --no felices fiestas, como dicen en gringolandia los secularistas, los que niegan la existencia de Dios abierta o discretamente-- es anunciarle al que nos escucha, o nos lee, que Dios ha enviado a su Hijo al mundo, PARA SALVARLO A ÉL Ó ELLA y a todos.

Desear también FELIZ NAVIDAD es invitar a los destinatarios de nuestros buenos deseos a "darse cuenta" de que son amados por Dios, al extremo de enviar a su Hijo Jesús para nuestra salvación. Si, quitémonos la errónea idea de que la salvación nos la ganamos porque somos muy buenos o muy esforzados. La salvación nos viene en virtud de Cristo... y lo que hacemos es aceptarla o rechazarla con nuestra vida y decisiones.

De ninguna manera desearle a alguien FELIZ NAVIDAD tiene que ver con augurios de recibir costosos o incluso necesarios regalos materiales. FELIZ NAVIDAD: Es como decirle al ser amado: ¡Qué afortunado eres de que nació Cristo por ti y para ti!. También es desear: ¡Por favor date cuenta de que hay motivos suficientes para que te sientas muy amado por Dios, a pesar de tus problemas, pobrezas o enfermedades!.

Para en pocas palabras "saber" en sí qué significa la Navidad, nos bastaría con comprender Jn 3,16: "Porque tanto amó Dios al mundo, que le envió a su único Hijo, para que todo aquel que crea no se pierda, sino que posea la vida eterna".

Así pues, si nos damos cuenta del tremendo amor de Dios para con cada uno y con todos, lo natural será que también nosotros --a la vez-- desbordemos nuestro corazón lleno de amor hacia los demás... en especial hacia nuestra familia --ahí empecemos-- seres queridos, conocidos y hermanos de la raza humana.

Él ya nació --en Diciembre ó en Enero, o cuando haya sido-- hace casi dos mil años, pero la felicidad de la Navidad es para nosotros. Si, celebrar la Navidad necesariamente es celebrar su cumpleaños, pero es sobre todo recordar que por su nacimiento nosotros somos inmensamente más felices que si nunca hubiera venido al mundo. Así pues, por su Nacimiento nosotros somos afortunados y llenos de bendiciones. FELIZ NAVIDAD a todos... y FELIZ CUMPLEAÑOS, SEÑOR JESÚS.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

20 de diciembre de 2010

REVALORAR ES VIVIR EN FORMA DIFERENTE

REVALORAR LA NAVIDAD

Estamos ya a unos pocos días de celebrar --de nuevo-- la gran fiesta del Nacimiento de Cristo. El ambiente poco a poco --aunque sea sólo el comercial-- nos habla en multitud de formas de esta ya próxima celebración. Se repite --y no necesariamente es en sí malo-- el ciclo anual tradicional. Y se nos presentan tres posibles escenarios: Ignorar la celebración, Celebrar igual que siempre ó REVALORAR LA NAVIDAD.

Desde el momento en que somos cristianos --buenos o malos, pero cristianos aunque sea 'poquito'-- no podemos aunque queramos, ignorar la celebración... Sabemos de ella y no podemos sustraernos a su fuerza y resonancia espiritual y social; por vivir en países con tradición cristiana, de alguna forma estamos inmersos en su dinámica celebrativa.



Se nos presenta, entonces, la opción de celebrar como siempre: Atados al consumismo, totalmente volcados hacia lo externo y superficial, expresarnos con signos desvinculados de alguna forma a lo que se celebra (dar regalos por inercia, adornar por adornar, centrarnos en la convivencia más que en su causa, poner más atención en el menú navideño que en la Navidad, ignorar la riqueza de la Palabra de Dios, etc.) Y esto --celebrar igual que siempre-- créanme-- es en sí lo más fácil, pues no hay que hacer prácticamente nada, sino sólo dejarse llevar por las dinámicas sociales de siempre que a nada ni a nadie responden en la actualidad. Si, esas dinamicas sociales que contribuimos a crear, en ocasiones nos victimizan sin nosotros estar conscientes de ello... Son 'engendros' que se vuelven contra sus creadores en forma despiadada.

Visto y considerado lo anterior, llego a la conclusión de que la opción por excelencia sería REVALORAR LA NAVIDAD. Esto, por supuesto es lo más difícil y laborioso en todos los sentidos. No es fácil, pues esta opción implica: Informarme yo mismo de lo que en verdad es la Navidad, ir a la Palabra de Dios sobre todo a Lc 1 y 2, desechar ornamentaciones que desvirtúan la fiesta (tener que tirar a la basura mis santaclóses, monos de nieve y renos, empezando por el que usa una compañía dominante de celulares en México), poner el Nacimiento y explicarlo a los pequeños, hablar con cada uno de los miembros de la familia sobre la necesidad de lo que se pretende, diseñar la celebración dando espacio o a la Misa de medianoche o a la proclama de La Palabra de Dios en el hogar, 'convencer' a los niños de que el importante en la fiesta es otro niño (el Niño Jesús) y no ellos, 'hacerlos entender' de que los regalos deben ser para ese Niño y no para ellos, etc... Crean en verdad que optar por la revaloración será muy laborioso y hasta difícil, pero, a largo plazo, es lo mejor para todos: Para el mundo, para la Iglesia, para la familia, para nosotros y para nuestros niños.

Si optamos por este camino, tendremos en contra mucho: La dinámica social, el mundo del comercio, ciertos aspectos de la cultura popular, la cultura global que cada día es y será más anticristiana (y en especial anticatólica), los errores que nosotros mismos hemos sembrado en los niños dándoles a creer que ellos son el centro de la Navidad, nuestros propios hábitos consumistas, la famosa dinámica social MUNDIAL que parece invencible... Si optamos por este camino de REVALORAR la Navidad nos sentiremos como se sienten los miembros de las sectas en un ambiente supuestamente 'católico': Perdidos y sembrados en un mundo hostil, que en el mejor de los casos, sólo nos ignorará y nos hará sentir que no existimos... Pero vale la pena.



Como pueden ver no es fácil... Ni siquiera la mayoría de los que somos cristianos nos damos cuenta de esta urgencia (de REVALORAR la celebración de la Navidad) En otros países el 'desmantelamiento' de la Navidad ya va más avanzado y en serio. Se manifiesta en forma 'inofensiva' cambiando un saludo de FELIZ NAVIDAD por el de FELICES FIESTAS. Vean, es sólo una palabra, pero con todo un significado destructivo en si. Poco a poco la Navidad se va transformando en sólo una celebración estacional a la manera del verano o la primavera, como en las tiendas en donde oportunamente se cambian los pantalones cortos en venta por los abrigos. Es una 'agenda' a largo plazo, que lleva sus tiempos... Y nosotros ni enterados. La ofensiva está en pleno despliegue. ¿Qué es lo que vamos a hacer?

Por si no nos enteramos, los secularistas ya 'casi' desmantelan la Semana Santa, pues ya la convirtieron en tiempo de vacaciones y no de guardar y meditar. Y en donde queda algo digno de ser considerado o que no se ha podido "arrancar" (procesiones del silencio, Viacrucis vivientes, oficios litúrgicos abiertos, etc.) lo convierten promocionalmente en una pieza de 'tradición popular' o de 'atractivo turístico'... Y avanza poco a poco esa degradación de lo sagrado... Lo mismo le está pasando muy lentamente a la Navidad.

No soñemos... NO SOMOS LOS CRISTIANOS MAYORÍA A PESAR DE LO QUE DIGAN LAS ESTADISTICAS Y LOS CENSOS. ¿Qué es lo que vamos a hacer? ¿Nos vamos a seguir dejando llevar por las dinámicas sociales manipuladas y alentadas desde los cuarteles de los enemigos de Cristo? Seamos realistas, para este rescate NO CONTAMOS CON LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN... Al menos no con los más fuertes e influyentes. Lucha y sustrae a tu familia del poder de este poderoso engranaje: EN LA NAVIDAD NO TE CELEBRES A TI MISMO O A TU FAMILIA... CELEBRA A CRISTO EL SEÑOR, HIJO DE DIOS Y REDENTOR NUESTRO.


PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.

11 de diciembre de 2010

El Adviento y La Navidad

DINÁMICA EXISTENCIAL
Y CELEBRATIVA DEL ADVIENTO Y LA NAVIDAD

No podemos tener una certeza firme sobre la fecha de nacimiento de Jesús. En el mundo de las Iglesias Ortodoxas --Rusa, Griega, Copta, Caldea, Siro-Malabar, Melquita y otras-- se afirma con determinación, que lo más probable es que Jesús haya nacido en Enero. Otros afirman que no pudo haber nacido en los meses que coinciden con el invierno, pues en el relato bíblico en que se habla de los pastores que cuidan rebaños y que reciben el anuncio del Ángel sobre la Natividad, se tiene un indicio de que fue en una época más benigna del año, pues no es posible apacentar rebaños en los fríos meses del invierno, por lo que pudo ser al inicio de la primavera. En el frío clima invernal, los rebaños se guardaban en cuevas y establos, ante la inclemencia de la temporada.

JESÚS, JOSÉ Y MARÍA


Es claro que la Iglesia celebra el Nacimiento Del Señor en invierno porque sobre todo desde el siglo IV --cuando dejó de ser perseguida por el Imperio Romano-- busca dejar el mensaje claro de que --para nosotros los cristianos-- el único sol victorioso y eterno, y que es digno de adoración, es Cristo; por ello, tal celebración se pone en el solsticio de invierno: La Navidad. Con toda intención se sobrepone a la fiesta pagana del sol, transformándola en una fiesta cristiana. Así es como se fija la fecha arbitraria del 25 de diciembre.

De alguna forma, celebrar la Navidad, es rememorar un hecho del PASADO. La celebración por supuesto que es en el aquí y el ahora, es decir, el PRESENTE. Y TODO LO QUE EL CRISTIANO HACE --referido a Cristo-- TIENE SENTIDO DE FUTURO, de escatología, de concurrencia a la vida futura, que será la vida plena del Reino de Cristo.

Por todo lo anterior, cuidado: Celebrar la Navidad no es recoger las miles y miles de hojas que --desde entonces-- han caído del calendario. Celebrar la Navidad, tampoco es CONSERVAR UNA TRADICIÓN ni mucho menos fomentar un indicio cultural. No. Celebrar la Navidad ha de ser --para el cristiano sin importar de la marca que sea-- prepararse a vivir y celebrar la SEGUNDA VENIDA DE CRISTO, bien que se dé el fin de los tiempos, bien que a cada uno nos lleve a su presencia en la forma que sea.

Y sobre todo, cuidado con diluir el sentido de la Navidad, haciendo a los niños el centro de la misma, con una celebración o fiesta infantil. Y, ante la realidad que se impone, saquemos a la Navidad de la esfera comercial. ¿Cómo se puede hacer esto? Les propongo algo chocante, duro y antipático: No regalemos cosas a nuestros seres queridos y amigos. Regalemos nuevas actitudes, regalemos al mensajero, a Cristo. Desandemos el camino que nos ha llevado a convencer a los niños que una feliz navidad es un tiempo en el que se han recibido juguetes caros ó suculentos dulces y platillos... ¡Qué difícil será volver al sentido primigenio de la Navidad¡ PODEMOS INTENTARLO AÑO POR AÑO.


Pbro. Roberto Sánchez Del Real.

1 de diciembre de 2010

ADVIENTO Y NAVIDAD

EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD

Ante todo recordemos que la Navidad es una fiesta eminentemente CRISTIANA. Si alguien celebra otra cosa, entonces COINCIDIRÁ en el tiempo su celebración con esta nuestra conmemoración del NACIMIENTO de Cristo, pero NO CELEBRA LA NAVIDAD. Tal vez en nuestros países de Latinoamérica aún hay la noción –aunque vaga-- de que Navidad es igual a Nacimiento de Cristo. En muchos países de Europa es sólo la temporada del invierno.

En gringolandia ya no es “políticamente correcto” decir “Feliz Navidad” porque –dicen los secularistas, los que niegan la existencia de Dios-- se podría ofender a la otra persona si es que no celebra esta fiesta cristiana... es el colmo. Los cristianos no podemos osar celebrar lo nuestro porque los demás se ofenden... pero los demás pueden celebrar lo que quieran y mofarse de lo que quieran, AUNQUE NOSOTROS NOS OFENDAMOS... Suena un poco a FANATISMO Y DISCRIMINACIÓN. No puedo dejar de pensar en las actitudes discriminatorias con las que Hitler empezó a construir su persecusión y exterminio del pueblo judío: Todo lo que fuera judío le molestaba y lo prohibía para luego reprimirlo... Hoy todo lo que es cristiano se empieza a prohibir y a reprimir, sobre todo en el campo de la cultura y los Medios. Hay un parecido cada vez mayor.

Volviendo: El Adviento es el tiempo litúrgico en el que la Iglesia busca nos preparemos (nosotros los que queramos) a celebrar EL NACIMIENTO DE CRISTO. Son casi 5 semanas en las que La Palabra de Dios nos expone el mistrerio de la Redención, en voz de los Profetas y Apóstoles.



La dinámica de todos los tiempos litúrgicos es esta: EN EL PRESENTE recordamos y conmemoramos EL PASADO, para seguir caminando en la vida y prepararnos AL FUTURO, es decir a la segunda venida de Cristo. Segunda venida de Cristo que puede ser el fin del mundo (si, el fin del mundo anunciado en Las Escrituras) o el que lo encontremos después de nuestra muerte, que no necesariamente coincidirá temporalmente hablando con ese fin del mundo. Esa es la dinámica del “Maranatha” o “Ven Señor Jesús”.

Dejemos, entonces, bien claro que celebrar la Navidad es celebrar el Nacimiento de Nuestro Salvador, de Cristo. Por desgracia esta celebración se ha ido “diluyendo” y se le ha impregnado (gracias a esta cultura capitalista) de tinte consumista y materialista. Nos han vendido la idea de que tener una FELIZ NAVIDAD es estar contentos porque hemos recibido regalos materiales costosos y que nos hacen sentir bien... poco a poco entonces NOSOTROS NOS HEMOS IDO CONVIRTIENDO EN EL CENTRO DE LA NAVIDAD. Ya no es Jesús –venerado en el pobre y el necesitado que recibe un regalo para reconocer en Él la presencia divina-- sino nosotros mismos los que estamos en el centro de esa celebración... así resulta que Jesús es el ausente DE SU PROPIA CELEBRACIÓN. La Navidad, por desgracia se ha convertido en un pretexto pseudoreligioso para el consumismo y para reactivar la economía.

No podemos seguir fomentando en forma sentimentaloide la especie de que los niños son el centro de la Navidad... si no es Jesús, insisto, entonces celebramos las fiestas del invierno (aquí en el hemisferio norte) pero no la Navidad. Tenemos que rescatar para Cristo esta fiesta.

Y para esto el Adviento es un buen tiempo. En las lecturas de la Misa iremos haciendo un recorrido por lecturas que nos recuerdan el sentido de espera del Mesías que desemboca en el Nacimiento de Cristo, llegada “La Plenitud de los tiempos” como leemos en la Carta a los Hebreos.

En este Adviento reflexionemos sobre lo nefasto de la figura de Santaclós, una deformación abominable de San Nicolás. No tiene nada que ver con la Navidad. Santaclós es un vendedor de refrescos ideado por la Coca-Cola para reactivar sus ventas en la época en que menos vende, el invierno. Precisamente es esta figura la que más ha paganizado la celebración de la Navidad.

Durante este Adviento, piense en cómo hará para celebrar a Cristo –en la Navidad-- y no a Usted mismo o a los niños o a la familia. Si, que sea ocasión de unión familiar y de alegría, pero CRISTO EN EL CENTRO DE LA CELEBRCIÓN. Piense en un regalo para el festejado: Cristo que nace en Belén de Judá.




PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.