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16 de septiembre de 2011

RELATOS PERUANOS 5

RELATOS PERUANOS # 5

PERÚ Y SUS MARAVILLAS

Ir al Perú, sin estar en Cuzco y Machu-Pichu, es como ir a Italia y no visitar Roma. De hecho, la mayoría de los turistas de todas las latitudes piensan en estos dos lugares, cuando de conocer el Perú se trata. Estos dos puntos de la geografía peruana están entre los 10 más visitados del mundo. Y la mayoría del turismo es europeo, no latinoamericano y mucho menos norteamericano.

A los norteamericanos los podremos encontrar sobre todo en los destinos de playa, no en lugares altamente culturales como un sitio arqueológico del estilo de Machu-Pichu o un lugar colonial y muy rico en expresiones culturales como Cuzco. Los peruanos están justamente orgullosos de sus riquezas. Sorprende ver cómo también los extranjeros sienten gran emoción y respeto al visitar Cuzco y Machu-Pichu… Saben que van a admirar la grandeza del Perú, y recorren esos lugares no sólo con curiosidad sino también con una actitud de inmenso interés.

CUZCO

Es una ciudad de aproximadamente un millón de habitantes. El viaje desde Lima fue vía aérea y Lan-Perú es la linea que más vuelos tiene. Sorprende saber que son algo así como 12 vuelos diarios (esos había cuando yo fui en 2009) para una ciudad de tal tamaño. Todos los vuelos van llenos hasta el tope. El aeropuerto es mediano, con mucho movimiento de pasajeros.Y uno observa cómo casi el 80 % de los visitantes son extranjeros; y del total de turistas, tal vez más de la mitad son europeos.

Cuzco está a más de 3000 metros de altura, pues recordemos que está al pie de los majestuosos Andes, que recorren Sudamérica desde la Patagonia. A las 3 ó 4 horas de haber llegado, se siente el efecto de estar a gran altura sobre el nivel del mar y duele la cabeza. Hay varios medios para paliar ese dolorcillo; el más popular es comerse unos 2 ó 3 dulces de coca; sí, así como leyó: dulces de coca, que son (al menos en esta parte del mundo y en amplias regiones de Bolivia) perfectamente legales. Y esos caramelos son hoja de coca lucen como simples caramelos, de esos de papelito y envoltura plástica que se venden a unos centavos. Claro que los de allá son más caros.

El centro de Cuzco es eminentemente colonial; sus calles serpentean en forma irregular; están pavimentadas con piedra. Se parecen mucho a las calles de ciudades mexicanas como Zacatecas, Guanajuato, Taxco y parte del centro de Querétaro. Siempre el ambiente es frío, tirando a helado. En la plaza principal sobresale la Catedral con sus torres achaparradas, pero muy sólidas. Los portales que circundan el área de la plaza principal son amplios y espaciosos y están llenos de comercios de lo más variado. Sus mercados son tradicionales y bien surtidos de toda clase de artículos comestibles, de vestir y artesanales. Y claro que el comercio ambulante está en grande, sobre todo lo que se refiere a artesanías de toda índole. Lo más común son los gorros tejidos del estilo propio de la región. Abundan los niños que ofrecen dejar tus tenis blancos más blancos que la nieve… Los míos se volvieron “ligeramente” azules (sospecho que el chico los “blanqueó” con una brocha que había usado en unos zapatos negros). Cada vez que veo mis tenis “azulitos” me acuerdo de Cuzco y de sus servicios turísticos. Si alguna vez quieres convertir tus tenis blancos en “azulitos” espérate y llevalos a Cuzco… Te quedarán muy bien.

No puedo pasar por alto lo majestuoso en todo sentido del convento franciscano. Su Iglesia es bella y solemne. Las imágenes que están expuestas a la veneración pública son antiquísimas y muy valiosas. Es increíble todo lo que uno puede admirar: Cristos de Marfil de las Filipinas, porcelanas de China, pinturas y retablos hermosos de autores europeos y americanos de tiempos de La Colonia, bellos trabajos en madera y plata. Es un verdadero tesoro; los frailes no se dan abasto y no cuentan con los recursos necesarios para restaurar estos tesoros. El convento cuenta con una de las pinacotecas más grandes de América. Por la falta de vocaciones, desgraciadamente, este convento está habitado por sólo 5 frailes franciscanos, que también pertenecen a la Provincia de “Los Doce Apóstoles”.

En esta ciudad se encuentran lo antiguo y lo actual. Las casas en donde viven sus moradores son —algunas— muy antiguas y otras de reciente manufactura. Aquí todo gira alrededor del turismo. Todo está enfocado a los servicios. No pecaría de exagerado al afirmar que esta podría ser descrita como una ciudad-museo. Este es lugar de encuentro también entre peruanos mestizos y peruanos indígenas de los varios grupos que en el país conviven.

No podemos hacer referencia al Perú sin pensar en los Incas. En verdad que la Historia no les ha hecho justicia pues poco se sabe sobre ellos. Bueno Por lo que escuché, aún los peruanos ignoran mucho sobre su propia historia. Y por supuesto que al decir Incas decimos “Machu Pichu”. El centro simbólico de esa civilización antigua.

MACHU PICHU CONTINUARÁ

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

9 de septiembre de 2011

LA BIBLIA LO CONDUCE A LA IGLESIA CATOLICA

DE JUDIO A CATOLICO

“Tengo una deuda enorme con el protestantismo evangélico, pero no comprendí la profundidad y amplitud más plena de la Presencia viva de Cristo en la tierra hasta que la descubrí en la Iglesia Católica”

Richard Maffeo: de judío a cristiano evangélico, y treinta y dos años después, católico 

Fue la Biblia quien le condujo en su viaje, y también el testimonio de las enseñanzas de los primeros cristianos   

LA BIBLIA AFIRMA CON AUTORIDAD LA PRESENCIA DE CRISTO EN LA EUCARISTIA

Ginés/ReL

Richard Maffeo nació en un hogar judío en Estados Unidos. Cuando tenía 22 años, en la Nochebuena de 1972, rezó una breve oración: “Dios, creo que Jesús es el Mesías”. “Yo no entendía mucho lo que significaba comprometerse con el Mesías, pero entendía que necesitaba su perdón, su ayuda para cambiar mi vida”.

Maffeo aceptó a Jesús como el Mesías prometido a Israel a la luz de distintas profecías del Antiguo Testamento que le señalaron unos cristianos protestantes que las conocían bien. “Por ejemplo, me señalaron Isaías 7, que adelanta el nacimiento del Mesías de una virgen. Y el Salmo 22, que describía su crucifixión. Isaías 9,6 habla de un niño que será llamado Maravilloso, Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz. Daniel 7 profetiza sobre el Hijo de Hombre que recibirá del Anciano de los Días un dominio eterno”, enumera. Y por supuesto, el fragmento que abre la película de Mel Gibson sobre la Pasión, en Isaías 53, el “siervo sufriente”: “fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; por sus llagas fuimos curados”.

“Después de leer y releer la Escritura del Antiguo Testamento, entendí la verdad de forma repentina. No sólo Dios me amaba, sino que había planeado desde el inicio de la Creación enviar a su Hijo para sobrellevar el castigo que mis pecados, que todos nuestros pecados, merecen. Al confiar en su muerte sacrificial, por mi, yo podía ser salvado”, fue la conclusión del joven Maffeo.
Se consideró un judío mesiánico o un judío cristiano y durante más de treinta años acudió a iglesias evangélicas y estudió las Escrituras con pasión. Es un periodo que recuerda con sincero agradecimiento.

“Ansia de agradar a Dios”

“Fue en iglesias evangélicas donde aprendí la necesidad de arrepentimiento diario. Aprendí que la santidad personal no se adquiere siguiendo una lista de normas, sino desarrollando un ansia profunda de agradar a Dios. Experimenté plenitud espiritual en adoración. Esperaba al domingo para perderme en adoración a Cristo. Mis maestros y pastores me ayudaron a adquirir un hambre espiritual por la oración y los carismas del Espíritu Santo. Centrados en la Escritura me enseñaron a amar y memorizar la Palabra de Dios”, explica. “Tengo una deuda enorme con el protestantismo evangélico, pero no comprendí la profundidad y amplitud más plena de la Presencia viva de Cristo en la tierra hasta que la descubrí en la Iglesia Católica”, añade.

La presencia eucarística

Con el paso de los años, conoció católicos que argumentaban las enseñanzas católicas desde la Biblia. Richard ya conocía de memoria muchos versículos, pero aislados. Cuando pensó en ellos de forma conjunta, cambió su forma de ver las cosas.
“Me di cuenta, como los Apóstoles y los Padres de la Iglesia se dieron cuenta, de que el Señor Jesús está con nosotros también físicamente en el altar de la Eucaristía, con Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad”.

Ahí estaban las extrañas palabras de Jesucristo en el capítulo 6 de San Juan: “Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y le resucitaré en el día final”. Y lo que enseñaba San Pablo a los corintios: “¿Acaso la copa de acción de gracias [eucaristía] no es una participación en la sangre de Cristo? ¿Y no es el pan que partimos una participación en el cuerpo de Cristo?” (1 Cor 10,16).

¿Cómo entendían esto los primeros cristianos? Desde luego, no como evangélicos del s.XX o XXI, no como un recuerdo simbólico. San Justino, converso de familia pagana y culta, que nació en Palestina hacia el año 100 d.C., es muy claro en sus textos: “el pan que recibimos no es pan común. Y la bebida no es bebida común. Nos han enseñado que así como el Verbo de Dios se encarnó por nuestra salvación, esta comida, sobre la cual proclamamos la acción de gracias con la palabra del Señor se ha transformado en la carne y sangre de ese mismo Jesús, y esta comida, así transformada, alimenta nuestro cuerpo”.

Así, los católicos mantienen esa enseñanza: que realmente, el pan y el vino se convierten en esa Carne y esa Sangre de Jesús, la Jesús pedía que se comiese para tener vida eterna.

Los santos que rezan por nosotros 

“Los protestantes que reciten el Credo Niceno reconocerán la frase: creo en la Comunión de los Santos”, continúa explicando Maffeo. “Dios me hizo recordar esa escritura que había leído muchas veces al estudiar la Biblia durante años, y abrió mis ojos al significado más pleno de la frase nicena: los cristianos tienen el privilegio de pedir la intercesión de los santos que están al otro lado de la tumba”.

A Maffeo le hizo pensar que Moisés, aunque había muerto muchos siglos antes, mantuvo una larga conversación con Jesús y Elías en la Transfiguración. Y en la parábola del rico Epulón, éste pedía la intercesión de Abraham, muerto en el pasado lejano, para que avisase a sus hermanos. “Pensé que si el rico pedía la intercesión de Abraham, ¿por qué he de dudar de que los santos interceden por nosotros? Si podía pedir a mis amigos vivos y a mi familia que rece por mí a Dios, ¿por qué no pedirlo también a nuestra familia cristiana que está mucho más viva en el Cielo?” Y entendió en ese sentido Lucas 20,38: “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos viven”.

El papel de Pedro y sus sucesores 

“Durante 33 años me resistí a la interpretación católica de Mateo 16,18 (´tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y a ti te daré las llaves del Reino de los Cielos´), que el Señor eligiese a Pedro y sus sucesores para dirigir la Iglesia. No sabía que casi todos los doctores antiguos de la Iglesia -Ireneo, 198dC; Tertuliano 200d.C; Jerónimo, 383 d.C, Agustín, 402 d.C- reconocían la autoridad de Pedro basada en Jesús por este pasaje”.

“Pero cuando busqué en la Biblia la palabra ´llaves´, descubrí que cuando no se usa como herramienta para abrir algo, la palabra representa la autoridad sobre algo, como en Isaías 22,22; o en Apocalipsis 1,18 y 3,7. En ese punto, mi memoria me llevó a Juan 21, y entendí por qué Jesús encargó específicamente a Pedro que alimentase sus ovejas”.

María: venerada, no adorada 

“Como protestante me hacía retroceder lo que me parecía una adoración idolátrica de la madre de Cristo”, explica Maffeo. Descubrió en el Catecismo (párrafo 971) que la veneración a la Virgen “difiere en esencia de la adoración debida al Verbo Encarnado, que es igual a la del Padre y el Santo Espíritu”. Así, vio que María es venerada, no adorada.

Pero antes de llegar al Catecismo, Maffeo, pasó, como siempre, por la Biblia y los antiguos cristianos. Así, descubrió que para Justino (155dC), Ireneo (190dC) y Tertuliano (210dC) María era una “segunda Eva”, “la que corrigió el error de nuestra primera Madre. La veían como la nueva Arca de la Alianza, cuyo vientre acunaba al Pan de Vida. La veían como la reina de los cielos, igual que los reyes de Judá honraban a sus reinas-madre (como en 1Reyes 2,19; Proverbios 31,1-9; Jeremías 13,18). Incluso Martín Lutero, padre de la Reforma Protestante, mantenía posturas católicas tradicionales sobre María, como su virginidad perpetua y su inmaculada concepción”.

El fin del viaje 

“En la Vigilia Pascual de 2005, fui recibido en la Iglesia Católica. Esa noche Dios tomó mi amor por la Escritura, la oración y la adoración y los combinó con la Eucaristía, la Comunión de los Santos, la Virgen María, la autoridad papal y otras doctrinas y sacramentos que Dios entregó al mundo a través de la Iglesia”.

Hoy Maffeo y su esposa Nancy acuden a la parroquia de San Carlos Borromeo de Tacoma, Washington. Escribe en varios blogs en inglés sobre temas espirituales y de apologética (como www.equippingcatholics.blogspot.com) y ha escrito dos libros con su testimonio y lo que ha aprendido en su itinerario espiritual (www.richmaffeobooks.com).

3 de septiembre de 2011

¿EXISTE DIOS SÓLO EN LA NECESIDAD?

A PROPÓSITO DE LAS LECTURAS DEL DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO.

AMAR A DIOS

Por supuesto que este es un tópico sobre el que se ha escrito mucho. Todos los cristianos hablamos sobre el amor a Dios. En la Primera Lectura del Domingo XXII del tiempo Ordinario, que correspondió al 28 de Agosto del presente, se nos presenta la ocasión de reflexionar con cierta profundidad sobre el tema. Veamos: “Me persuadiste, oh Señor, y quedé persuadido; fuiste más fuerte que yo y prevaleciste. He sido el hazmerreír cada día; todos se burlan de mí. Porque cada vez que hablo, grito; proclamo: ¡Violencia, destrucción! Pues la palabra del Señor ha venido a ser para mí oprobio y escarnio cada día. Pero si digo: No le recordaré ni hablaré más en su nombre, esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente encerrado en mis huesos; hago esfuerzos por contener lo, y no puedo. Porque he oído las murmuraciones de muchos: ¡Terror por todas partes! ¡Denunciad le, denunciémosle! Todos mis amigos de confianza, esperando mi caída, dicen: Tal vez será persuadido, prevaleceremos contra él y tomaremos de él nuestra venganza. Pero el Señor está conmigo como campeón temible; por tanto, mis perseguidores tropezarán y no prevalecerán. Quedarán muy avergonzados, pues no han triunfado, tendrán afrenta perpetua que nunca será olvidada. (Jer 20,7-11).

En otras traducciones el término usado no es “persuadir” sino “SEDUCIR”. Y en verdad que expresa mejor la situación del profeta con respecto a Dios. Jeremías por supuesto que tiene un “relación personal” con Dios; por esa relación -que es una relación de Amor- el profeta deja “su vida” para involucrarse en una vida muy diferente, en la que de continuo tendrá que renunciar a sus planes y enfrentar peligros y violencias, pues El Señor lo manda a anunciar muerte y destrucción. En estos versículos pareciera que el profeta le reclama a Dios, o al menos, le recuerda todo lo que ha significado para él ser su profeta.

Hablar de seducción es sólo propio de una relación de amor; si no hubiera tal, entonces el término cambiaría drásticamente a engaño. En una relación de verdadero amor, en ocasiones alguno de los amantes tendrá que hacer cosas que no tenía pensadas o que no le agradaban. Y cede por amor.

Tal vez muchos de nosotros no podamos entender este lenguaje (en relación con Dios) pues por desgracia la mayoría —seamos sinceros— no sabemos lo que es amarlo. Reconocemos que existe, reconocemos que lo necesitamos, reconocemos que de Él hemos recibido la Salvación, reconocemos la conveniencia de cumplir Los Mandamientos, pero nos ha faltado dar el paso decisivo: AMARLO. ¿Lo amamos en verdad o sólo lo necesitamos?.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.