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27 de febrero de 2012

JESUS ESTÁ VIVO Y SIGUE SANANDO A LOS ENFERMOS

CHAMPOTÓN, CAMPECHE


Si, es el nombre de una población mediana que queda entre Cd. Del Carmen y Campeche, capital del estado del mismo nombre. Es una palabra Maya que significa “lugar de la mala pelea”. Ahí los indígenas vencieron facilmente a los Españoles conquistadores: triunfaron las flechas sobre las ballestas y arcabuces. Esta linda y pintoresca población, queda a orillas de la playa. Por ahi pasa la carretera --ribeteada de pintorescos restaurantes que ofrecen pescado en caldo o asado-- que corre de Cd. Del Carmen a la Capital. No se si tenga algo de particular esta pequeña ciudad campechana, pero, desde la primera vez que oí su nombre, me llamó mucho la atención.


Y, ¿Qué anda haciendo tan lejos el párroco del Señor De La Misericordia de la ciudad de Aguascalientes? Bueno, pues vine a predicar, porque me invitaron (seguramente que no hallaron más) y con gusto acepté; creo que El Señor me trajo por acá y le agradezco que fue en tiempo 'fresco'. Llegué el Jueves a Cd. Del Carmen, porque –aunque Usted no lo crea– hay más vuelos a este lugar que a la Capital del Estado. Aproveche para visitar a Jorge y Gisela, que son de mi Parroquia y andan acá en el exilio, por cuestiones de trabajo. Mera curiosidad. En pleno febrero estábamos a más de 35 grados Celsius. Normal para los campechanos pero algo difícil para un tapatío-hidrocálido, que aparte tiene que vestir un alba y casulla, uffffffhhhhh!!!


El autobús entra también a un pueblo pequeño que se llama Sabancuy, situado a la orilla de una laguna de agua salada, de la que sus habitantes extraen –no todos por supuesto– su sustento diario, a través de la pesca a pequeña escala. La mayoría trabaja en Cd. Del Carmen, en alguna actividad ligada a los servicios o al petróleo. Pertenece al municipio carmelita.


Cuando escribo esto, es porque acabo de terminar mi participación en el Encuentro Diocesano de la RCCES (Movimiento De La Renovación Carismática Católica en El Espíritu Santo) que se llevó a cabo, en Campeche capital, con motivo del XXXVI Aniversario del mencionado Movimiento. Vengo en un ADO, acompañado por mi ahijado Jorge Humberto quien –como ya mencioné– trabaja en Cd. Del Carmen, y quien no para de mandar mensajitos por celular a su novia Brenda, quien por cierto cumple años, allá en Aguascalientes, en el Infonvit-Morelos, en la Parroquia Del Señor De La Misericordia.


El Encuentro de Renovación –del 24 al 26 del presente– se llevó a cabo en el Estadio de Baseball “20 de Noviembre”, con una asistencia aproximada de mil setecientos católicos. La temática fue sobre Jesús La Palabra Eterna Del Padre. Tuvimos la participación de unos 3 grupos musicales católicos muy buenos, muy animados, y dos francamente tropicales, de esos que alaban a Dios con cantos tipo: María, María, de Nazareth/ está en la playa con San José/… tara tarara tarata, ta/ tara tarara taratataaaa/…


Uffffff! Está tan en serio el calor, que regreso semi-obscuro de la cara y brazos; ya cuando oigo por la calle: ¡Hola mi negro! Volteo rápido para saludar… Pero no me hablan a mi… Además, ¿Quién podría conocerme por estas tierras?. Como en la mayoría de los Encuentros de Renovación, en la parte del centro de la cancha hay una tienda de campaña grande en donde se levanta una capilla provisional para el Santísimo Sacramento. En verdad con este calor me imagino muchas cosas… Sonrio para mis adentros, cuando escucho en la pequeña y ardiente capillita el canto: Mi Jesús Sacramentado/ yo te adoro y te bendigo… Pues más bien deberían de cantar: Mi Jesús deshidratado/ yo te adoro y te bendigo… Si afuera son 36 grados adentro de la capillita son fácil ¡45 grados en pleno febrero!.


Los asistentes llegaron de muchos lugares de la cálida geografía campechana. La gran mayoría por supuesto integrados en grupos parroquiales. Coincidió –aunque no se llevaron a cabo en el mismo lugar esos eventos– este Encuentro con la Reunión de los catequistas de la zona pastoral correspondiente al sureste mexicano: de las diócesis de Campeche, Chetumal, Villahermosa y la arquidiócesis de Mérida.


El Asistente Diocesano de La Renovación en Campeche, el P. Leobardo Castillo, me comentaba con entusiasmo que cuentan con el apoyo decidido y paternal de su Obispo Mons. Ramón Castro Castro. Es muy importante que los hermanos de Renovación estén siempre en comunión con su Obispo –porque es SU Apóstol– y con su párroco porque es su colaborador directo. Sin comunión no hay Iglesia.


Volviendo al Encuentro de Renovación, las catequesis llevaron un tono de urgencia en cuanto a la necesidad de volver a la oración personal y el conocimiento de La Palabra de Dios, vía la lectura y meditación de la misma. En repetidas ocasiones los invité a leer la Escritura iniciando con el Evangelio de San Juan. Un capitulo por dia es bueno para empezar. A todos los hermanos les recordé también que NOSOTROS LOS CATOLICOS PERTENECEMOS A LA ÚNICA IGLESIA DE CRISTO Y SUS APÓSTOLES; QUE NUESTRA IGLESIA NO FUE INICIADA POR ALGUN GRINGO O CHINO, SINO POR EL MISMO HIJO DE DIOS Y SUS PRIMEROS SEGUIDORES, por lo que es la única que tiene casi Dos Mil años de historia… Vimos también --con Biblia en mano-- cómo TODOS LOS SACRAMENTOS FUERON INSTITUIDOS POR CRISTO en la Iglesia, para ayuda y salvación nuestra.


El sábado en la Misa y la Hora Santa oramos al Señor por los enfermos y –al final del dia antes de terminar las actividades– recibimos directamente de los hermanos y hermanas asistentes, micrófono en mano, muchos testimonios de sanaciones de uno u otro tipo (40 ó 60). Todos nos regresamos a nuestras casas con la fe fortalecida y ahora –tal vez más que nunca– convencidos de algo que siempre, en cada oportunidad y en muchos países, en sus numerosos viajes decía con insistencia el venerado y querido P. Emiliano Tardif: ¡JESÚS ESTÁ VIVO!.


PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.

21 de febrero de 2012

TIEMPO PROPICIO PARA VOLVER A DIOS

LA CUARESMA EN ESTE 2012

 


Este miércoles 22 –Miércoles de Ceniza– inicia la Cuaresma. ¿Qué es la Cuaresma? Un tiempo de CUARENTA días, en el que los cristianos de la Iglesia Católica, nos preparamos para celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección Gloriosa de nuestro Salvador y Señor Jesús. En la Biblia, el número cuarenta significa penitencia, purificación y conversión. (Gen 7,1-4) Cuarenta fueron los días y las noche del Diluvio en que El Señor hizo llover sobre la tierra porque la humanidad se había olvidado de su Hacedor; cuarenta fueron los años que estuvo el Pueblo de Dios vagando por el desierto, en purificación por su rebeldía y falta de Fe; cuarenta fueron los dias que Jesús pasó en ayuno y oración antes de iniciar fortalecido en El Espíritu su predicación (Mt 4,1-11). Cuarenta eran los dias que los impuros debían hacer penitencia, para reintegrarse a la comunión del Pueblo de Israel, cuando trasgedían La Ley de Dios.

SIGNOS DE LA CUARESMA

El primer signo –por cierto no el más importante– es la Ceniza, que se recibe el Miércoles en que se inicia este tiempo litúrgico. En la antigüedad, para expiar los pecados y reconocer la culpa, los penitentes se cubrían de ceniza la cabeza, o la vertían sobre sus alimentos; y la ceniza está intrínsecamente ligada a la tierra de donde surge: la ceniza nos recuerda que somos tierra, materia débil y finita.

El ayuno es también un signo importante. Pues nos ayuda a recordar cuán débiles somos; nos facilita –al sentir el hambre– que somos seres en necesidad siempre, en contingencia.

Las mortificaciones voluntarias, nos ayudan a unir esas pequeñas cruces de la vida y convivencia diarias a la cruz salvadora de Cristo. No se trata de masoquismo sino de penitencia.

El color morado, signo de tristeza, de recogimiento, de penitencia y hasta cierto punto de luto, nos recuerda que el tiempo que vivimos es diferente a los demás, de introversión espiritual que ha de facilitar un movimiento de búsqueda personal e íntima para considerar qué es lo que hemos de cuestionar y replantear en nuestra vida.

LA PALABRA DE DIOS EN LA CUARESMA

Nos ha de guiar a la reflexión sobre cómo hemos caminado en el sendero de Cristo. En este tiempo nos hace escuchar de nuevo a los profetas que –enviados por Dios– reprendían al Pueblo, no con el fin de menospreciarlo sino de hacerlo volver al camino de la observancia de los Mandamientos. Pero no una observancia farisaica e hipócrita que hace de lo santo razón para la humillación de los otros –llena de soberbia– sino una observancia que arranque del corazón humano con brío y con celo por las cosas de Dios.

EL CORAZÓN DE LA CUARESMA

El objetivo de la Cuaresma es la conversión. Volver a Dios. Pero no podemos volver a alguien si no estamos convencidos de que de Él nos hemos apartado. Por ello de nosotros depende vivir esta Cuaresma con autenticidad y ardor de verdaderos cristianos: seguidores, que no sólo admiradores del Señor. Convertirse es apartarse del error; cambiar en la práctica de conducta; cambiar de criterios egoístas y cerrados a criterios centrados en Jesús y sus enseñanzas que podemos conocer en la Sagrada Escritura.

VIVIR LA CUARESMA COMO LO QUE ES

De nosotros depende que vivamos esta Cuaresma en forma auténtica o sólo COMO UN TIEMPO COSTUMBRISTA O HASTA FOLCLÓRICO. NO, la Cuaresma no debiera ser UN INGREDIENTE CULTURAL DE NUESTRA MEXICANIDAD, NI SIQUIERA SÓLO UNA “TRADICIÓN CATOLICA”.

ES TIEMPO DE CONVERSION, TIEMPO DE VOLVER A DIOS. Si no tenemos la intención de convertirnos, no nos engañemos, la ceniza –de este Miércoles– no sirve absolutamente para nada. ¿ASÍ DE RADICAL? Si. Él dijo: “El que no está conmigo, está contra mi”. ¿Qué quiere Usted? ¿Quiere vivir la Cuaresma? O ¿Sólo quiere que le pongan ceniza? Lo primero sirve para Salvación por la sangre de Cristo, lo otro sólo nos ensucia la cara.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

4 de febrero de 2012

JESUS ESTA VIVO Y ACTÚA POR MEDIO DE SU IGLESIA

Del exorcismo practicado por el Papa Benedicto XVI en el año 2009


TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD


Lo afirma, según recoge la revista italiana Panorama, el conocido exorcista italiano,
el P. Gabriele Amorth, el cual asegura que el exorcismo del Papa Benedicto XVI ocurrió en el año 2009.


Con motivo de una audiencia general del Papa en la Plaza de San Pedro durante el mes de mayo, entre los muchos asistentes se presentan a ella cuatro personas: dos de ellas son mujeres, no por casualidad asistentes del P. Amorth en sus exorcismos. Los otros dos son dos jóvenes muchachos, por nombre Giovanni y Marco.


Según Amorth “aquel miércoles, las chicas deciden llevarlos [a los dos jóvenes] a la audiencia del Papa pensando que podría hacerles bien [están poseídos]. Y añade: “No es un misterio que muchos gestos y palabras del Papa hacen enfurecer a Satanás. No es un misterio que la sola presencia del Papa preocupa y de alguna manera ayuda a los poseídos en su batalla contra aquél que los posee”.


Los cuatro se acercan al palco, aunque por no disponer de las entradas correspondientes, los agentes de la Guardia Suiza que proveen la seguridad del Papa, les detienen, impidiéndoles acercarse más. Las chicas imploran a los guardias que les dejen aproximarse, pero como es comprensible, éstos no acceden a sus ruegos. Entonces las dos muchachas ponen en práctica una estratagema probablemente acordada de antemano, y una de ellas finge sentirse mal, consiguiendo que los guardias las coloquen a ellas y a sus acompañantes en los sitios reservados a personas discapacitadas. Según Amorth, esto es lo que pasa entonces: “Ninguno de los dos [poseídos] habla. Están extrañamente silenciosos. Es como si los poseedores (se trata de dos demonios diferentes) estuvieran comenzando a entender lo que en poco tiempo habría de ocurrir en la plaza”.


Sobre las diez de la mañana, aparece el Papa de pie en un jeep con el conductor y con su asistente, Mons. Georg Gänswein. Los dos muchachos se muestran inquietos. A uno de ellos, Giovanni, comienza a temblarle los miembros y la boca. Mientras sus acompañantes femeninas intentan tranquilizarlos, de la boca de Giovanni salen estas palabras definidas como de ultratumba: “No soy Giovanni”. La chica no responde. “Sabe que con el diablo sólo un exorcista puede hablar”, afirma Amorth.


Mientras el jeep papal recorre la plaza, los dos poseídos se tiran estridentemente al suelo. Los guardias suizos lo ven pero no intervienen. El vehículo papal llega a pocos metros del portón de la Basílica. El Papa desciende del vehículo y saluda a las personas en primera fila. Los jóvenes poseídos comienzan a proferir aullidos. Una de las muchachas grita: “¡Santidad, Santidad, estamos aquí!”. El Papa se vuelve hacia ellas, pero no se acerca. Ve a las dos muchachas y a los pobres poseídos tirados por el suelo, temblando y vociferando. A pesar de la mirada de odio con la que le obsequian, el Papa no se turba. Mirándoles desde lo lejos les dirige una bendición. Los dos poseídos se sienten como golpeados hasta el punto de pegar un respingo que les lanza tres metros más lejos, dejando de pegar aullidos en ese momento. En su lugar, comienzan a llorar. Y al partir el Papa, ambos vuelven en sí, aunque no recuerdan nada de lo ocurrido.


Tal cual se lo cuento, lo relata en el libro que acaba de publicar el P. Amorth titulado “L’ultimo exorcista”, el cual saldrá a la luz el próximo día 7, en el que, según asegura, también Juan Pablo II practicó algún exorcismo similar.