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28 de marzo de 2012

ESCUCHEMOS AL PAPA BENEDICTO XVI

SIMULACIÓN PASTORAL

LA VISITA DE BENEDICTO XVI

Apenas si acaba de pasar la visita al país de Su Santidad el Papa Benedicto XVI. Me ha gustado cómo se ha ganado a todo el mundo. En nuestro país la prensa –muchas veces reflejo mercenario de la prensa gringa– desde siempre lo ha motejado como alguien duro, impopular, insensible, dogmático hasta lo enfermizo, etc. Creo que en esta visita hasta a esa prensa ‘ligera’ la ha sorprendido. El pueblo de Dios se ha volcado, lo ha querido. Nos ha sorprendido en verdad a todos, incluidos muchos sacerdotes, que nos quedamos cautivados con Juan Pablo II y que todavía nos equivocamos en el momento en que se pide –en la Misa– por el Papa.

Esa prensa mal intencionada y mimética le ha querido “cargar” los muertitos: le quieren hacer responsable de los desmanes y crímenes del infausto Maciel, vergüenza para la Iglesia y para México. Es también algo que le han querido cargar a Juan Pablo II. No lo han logrado ni lo lograrán. Recordemos que –consciente o inconscientemente– de lo que se trata es de DESCALIFICAR A PRIORI A LA IGLESIA COMO INSTANCIA ÉTICA Y MORAL. Eso lo hace el movimiento secularista mundial y sus sucursales locales, y usan y usarán TODO LO QUE SE PUEDA. Ya los vería cuestionando la autoridad de un líder musulmán… Nosotros todo lo sobrellevamos con ‘lomo duro’ y rezos… Ellos resolverían los insultos con un poquito de pólvora (por eso los “respetan”… El miedo no anda en burro). Pero no sólo me ha gustado que se ha ganado al Pueblo de Dios, sino también sus mensajes y homilías.

MENSAJES PAPALES

A todos nos invitó a renovar nuestra Fe y dejar de lado el cansancio y la rutina en nuestra vida cristiana. Nos ha dicho a todos que no nos dejemos amedrentar por los que hacen el mal, que no estamos solos. En la catedral de León les ha dicho a los Obispos –entre otras cosas– que han de estar cerca del pobre y del necesitado como pastores del Pueblo de Dios. Les ha dicho también que han de estar cercanos a los sacerdotes, que han de acompañarnos. Les ha dicho que urge un cambio de actitud hacia los laicos, que no es posible que apenas si cuenten en la vida de la Iglesia como quien es tolerado (palabras más palabras menos). El Papa ha sido muy claro y directo con los Obispos les ha señalado puntualmente sus obligaciones y la actitud que han de tener ante los fieles y los sacerdotes.

LA SIMULACION PASTORAL

Hace años cuando la Diócesis de Aguascalientes estaba vacante y nos visitó el Nuncio Apostólico Christophe Pierre (no se si así se escriba) platiqué brevemente con él y le dije que un día lo visitaría. Mi única intención era plantearle algunos problemas y pedirle apoyo para la Pastoral de Adolescentes. Después recapacitando creí que no era conveniente ¿Qué puede un simple sacerdote hacer? Yo no tengo derecho de picaporte ni tiene por qué –El Nuncio– creer lo que le diga, además no vale la pena hacer juicios sumarios. Creo que lo único que puedo hacer es atender bien mi Parroquia, no más.

Yo encuentro que uno de los más grandes males pastorales que sufrimos –no sólo en la Iglesia mexicana sino en muchos países– es “LA SIMULACIÓN PASTORAL”. ¿Qué es eso? Bueno, es querer engañar y hacer creer que se atiende, que se apoya que se trabaja, que se planea en lo pastoral. Espero que no me excomulguen, pero la simulación pastoral la he visto en todas partes: la he visto y vivido en México, en Uruguay y en Estados Unidos… Y lo más seguro es que he hasta participado de ella.

  • Se simula pastoralmente cuando se tienen prioridades de papel: por ejemplo, en el “Plan Diocesano de Pastoral” se pone que tal Pastoral es ‘Prioridad Diocesana’ o ‘Decanal’, pero no se le dan recursos humanos ni materiales para que funcione… Se ahoga sola y NO SE REMEDIA NADA, el tiempo –y un ganchito– hace que la prioridad cambie, pues se modifican las condiciones y ya.

  • Algo que demuele comunidades y atrasa procesos pastorales: medrar con la pobreza. Sí, es un recurso muy socorrido, “agarrarme” de la pobreza de mi comunidad para no hacer nada, al fin de cuentas la pobreza me cubre y me justifica a los ojos de los demás. Y hasta me pone como héroe. Eso es más fácil –y lucrativo en todo sentido– que tratar de salir de ella con trabajo pastoral creativo y constante.

  • También se cae en ese vicio cuando algo se hace en el papel pero no en la vida: por ejemplo, se pide que se sectorice la Parroquia, y si se hace… Pero sólo en el plano de la Parroquia. Y a la mejor hasta se ‘nombran’ coordinadores… que no coordinan nada.

  • Lo más típico de la simulación pastoral: “Batear a la gente”. Se le dice que vuelva ‘otro día’ sin fecha concreta; siempre se le dice que el padre ‘no tiene tiempo’.

  • Algo lamentable: Los pastores (obispos o sacerdotes) no se adecuan a las condiciones de las ovejas. Esto pasa mucho en Estados Unidos, en donde los gringos quieren que los mexicanos y los hispanos dejen de serlo y sean tan cuadrados y ‘metódicos’ como ellos… ‘Todo con cita’; nunca se pueden confesar porque en las horas para ello, ellos están trabajando y les es imposible, pero los padres no modifican sus criterios, no les interesa. O los Obispos que ven a los hispanos no como riqueza sino como carga por ‘su cultura’… ¡Y luego se van a las sectas! Ahí si tienen tiempo.

  • El mayor ‘cáncer’ pastoral: hablar sin dialogar. No se le puede decir nada al sacerdote o al obispo porque se ofende y se enoja y luego hay represalias. Se critica por debajo de la mesa y no de frente. Ese es el peor mal, ello provoca odios, chismes, divisiones, rencores e inmovilidad pastoral.

  • Estar contra todo y a favor de nada: apenas se empieza a proponer algo y el sacerdote – o el laico– ya está en contra aún antes de que se termine de exponer lo que se propone.

  • Lo de nuestro tiempo: “amargura pastoral”. Sentir y creer que haga lo que haga NADA HARÁ LA DIFERENCIA. Y esto lleva también a la inmovilidad pastoral y a la frustración.

CONCLUSIÓN

Si Usted es laico o sacerdote (dudo que un Obispo algún día lea esto) ¿Qué tiene que hacer para acabar con este mal que es LA SIMULACION PASTORAL?.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

27 de marzo de 2012

EL CARDENAL VAN THUAN

EL SOL DE INDOCHINA


PROCESO DE BEATIFICACIÓN DEL CARDENAL VAN THUAN


La desmemoria es uno de los mayores pecados del pueblo cristiano y una de las claves de su debilidad en este momento histórico.


TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD


La desmemoria es uno de los mayores pecados del pueblo cristiano y una de las claves de su debilidad en este momento histórico. No podemos permitirnos el lujo de olvidar (olvido es sinónimo de banalidad e inconsciencia) las maravillas que Dios hace en nuestra historia: no por atesorar bellos recuerdos, sino porque esta memoria es fundamento de la certeza que nos permite atravesar las circunstancias por duras que sean. Es algo que Israel hubo de aprender con dolor a lo largo de toda su aventura, y nosotros seguimos en ello.


Diez años no son muchos, pero en el actual marasmo digital parecen una eternidad. Fue en 2002 cuando nos dejaba tempranamente el cardenal Van Thuan. Cuatro años atrás había asumido alegremente el encargo que le hiciera Juan Pablo II de presidir el Consejo Pontificio Justicia y Paz. ¿Quién mejor que él, testigo viviente del gulag, que había perdonado a los mismos verdugos ante quienes nunca se doblegó? Pero en el fondo nunca se adaptó del todo a su estancia romana, siempre deseó volver a su amado país. Nadie ha hecho una película sobre este vietnamita cuya historia apasionante conmueve a cualquiera que se le acerque: hijo de una familia católica con más de trescientos años a las espaldas, que llegó a prestar grandes funcionarios e intelectuales a la corte; joven arzobispo de la antigua capital del sur, Saigón, cuya prisión fue decretada por los revolucionarios antes aún de que cayera la ciudad; prisionero incomunicado, testigo infatigable, amigo de sus carceleros, sagaz y astuto para aprovechar la mínima rendija en los terribles campos de internamiento, finalmente exiliado de su patria y acogido en Roma.


La púrpura le llegó como homenaje de otro hombre que conocía bien al régimen que lo había torturado, Karol Wojtyla. El mismo que lo encontró por un pasillo y le espetó: “¿sabe quién va a predicar mis ejercicios este año, es un vietnamita, quizá lo conozca? A los orientales les suena raro nuestro humor, pero Van Thuan entendió: "Santo Padre, ¿qué puedo decir?, he pasado mi vida en las cárceles”. Y el Papa le sonrió: “háblenos de eso, háblenos de cómo le sostuvo la esperanza”. Y de aquel encargo nació un bellísimo libro escrito a corazón abierto, en el que descubrimos lo que la fe en Cristo realiza en el alma que la acoge sin reservas. Un torrente de razón y de amor, una inteligencia única, una libertad indomable que asombraron a todos, y que obligaban a cambiar sistemáticamente a sus guardianes no fuera que quedasen cautivados por el prisionero-obispo. Es impresionante la descripción de la noche en que, habiendo sido despojado de todo, Van Thuan recorre el país camino de su cruel internamiento. Allí, viendo caer por tierra todos sus proyectos, hubo de tomar partido entre la desesperación y la confianza en un Dios que ya no le pedía grandes construcciones, sólo su corazón. Decir sí le transformó en sostén de cuantos se encontraron con él en medio de la desolación.


En esa tremenda noche cuaja la verdadera historia de Francisco Javier Nguyen Van Thuan, la que estos días lleva a una delegación vaticana hasta los lugares donde vivió, para recabar múltiples testimonios que completen el necesario escrutinio para su causa de canonización. La memoria de este gigante humilde y sonriente nos lleva a tomar conciencia de la epopeya de los católicos del Vietnam, que todavía hoy luchan por que sea reconocida su plena ciudadanía. Todavía hoy, mientras el gobierno comunista dialoga con la Santa Sede, abundan los atropellos, las restricciones, los controles, incluso las detenciones de sacerdotes y laicos que se muestran demasiado libres para implicarse en la vida civil. Pero la comunidad católica sigue creciendo.


Mientras la Iglesia madre escudriña las estaciones de la vida de este hijo suyo nacido de la buena tierra de Indochina, nosotros podemos aprovechar mucho de su testimonio. Él vivió la familiaridad con Cristo hasta dejarse modelar totalmente, fue testigo de la novedad humana que porta la fe allí donde fue traído y llevado, sin que la amargura y el rencor consiguieran nunca conquistarle. Vivió la esperanza que no defrauda en medio de las más horribles circunstancias, no como escape espiritual, sino como forma de la mente y del corazón. Y así ayudó a forjar un pueblo (que no cesa de recordarle) y nos enseñó que la fe no quita nada, sino que lo da todo.


Por José Luis Restán.

26 de marzo de 2012

BENEDICTO XVI EN MEXICO ARRASTRA MULTITUDES

El Papa entusiasma a los mexicanos y revitaliza su fe con un fuerte llamamiento a la evangelización


TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD


El Papa ha pedido resistir a la “tentación de una fe superficial y rutinaria” para “superar el cansancio de la fe y recuperar la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia”, durante la homilía de la Misa presidida en el Parque Bicentenario de León, México.


Esta alegría, según ha dicho, servirá para servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano. Concretamente, el Papa ha recordado la misión continental, que se está llevando a cabo diócesis por diócesis en este continente y que tiene precisamente el “cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales” para donar “la alegría para servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar”.


Junto al Santo Padre, han celebrado 250 entre cardenales, obispos de México y los presidentes de las 22 conferencias episcopales de América Latina y el Caribe así como otros obispos de todo el continente Americano, así como 3 mil presbíteros. Al inicio de la Celebración Eucarística de este V domingo de cuaresma, el Arzobispo de León, monseñor José Guadalupe Martín Rábago, ha dirigido un saludo al Papa y ha recibido del Pontífice en regalo un Mosaico de Cristo Rey para colocar al interno del Santuario del Cubilete.


Benedicto XVI ha citado la V Conferencia General del CELAM de 2007 en Aparecida, Brasil en la cual los obispos de Latinoamérica y el Caribe “han sentido con clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en la historia de estas tierras, desde el encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros”.


Refiriéndose a la vida de los santos, el Pontífice ha señalado que en su corazón hay “una apuesta incondicional por Cristo, de quien habían aprendido lo que significa verdaderamente amar hasta el final”.


El Papa ha recordado a la Virgen de Guadalupe -Patrona de las Américas- y al indio san Juan Diego, el pontífice ha citado el poema nahuatl del Nican Mopohua que describe a Jesús “no como a un héroe portentoso de leyenda, sino como al verdaderísimo Dios, por quien se vive, al Creador de las personas, de la cercanía y de la inmediación, del Cielo y de la Tierra”.


Referencias a Juan Pablo II
Además, el Santo Padre ha evocado de nuevo a su predecesor el beato Juan Pablo II al haber visto el monumento de Cristo Rey en lo alto del Cubilete por la mañana desde el helicóptero y refiriéndose al Papa polaco ha afirmado que a pesar de que “deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra”. Por ello, ha añadido, “seguramente se alegrará hoy desde el cielo de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes”. En este sentido, ha subrayado que el “poder” de Cristo Rey no consiste en “sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia” sino que se funda en “el amor de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio”.


El Papa ha invitado a la preparación profunda de la Semana Santa -que es la próxima semana- donde la Iglesia celebra el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor porque este tiempo “ayuda a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica”.


Al finalizar, Benedicto XVI ha recordado el Año de la Fe que ha convocado para toda la Iglesia que “es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”. Asímismo, ha invocado a la Virgen María para que “siga acompañando y amparando a sus queridos hijos mexicanos y latinoamericanos, para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad”.


Por la mañana, antes de dirigirse al Parque Bicentenario, el Papa se ha encontrado con el gobernador del Estado de Guanajuato, Juan Manuel Oliva Ramírez y del alcalde del municipio de Silao, Juan Roberto Tovar Torres, que le ha entregado las llaves de la ciudad, al llegar, el Papa ha dado un recorrido panorámico entre los fieles que se encuentran en el Parque Bicentenario con capacidad de 500.000 personas.

EL PAPA BENEDICTO XVI EN SU VISITA A MEXICO

El Papa exhorta a la comunión y pide evitar «divisiones estériles, críticas y recelos nocivos»


TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD


El Papa ha invitado a los obispos latinoamericanos a ser “vigías que proclamen día y noche la gloria de Dios, que es la vida del hombre” y les ha exhortado a estar “del lado de quienes son marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo”, durante la celebración de las Vísperas, en la Catedral de Nuestra Señora de la Luz de León (México), en la que se ha reunido con numerosos obispos del país así como representantes de las 22 conferencias episcopales del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM que conmemoran los 200 años de independencia.


Durante el rezo de las Vísperas, el Pontífice ha expresado su “gran ilusión” por el encuentro con pastores de la Iglesia de Cristo que peregrina en México y en los diversos países del Continente". En este sentido, ha manifestado su esperanza de que ésta sea una “ocasión para mirar juntos a Cristo, que les ha encomendado la hermosa tarea de anunciar el evangelio en estos pueblos de recia raigambre católica”.


A su vez, se ha detenido en la situación actual de las diócesis que “plantea ciertamente retos y dificultades de muy diversa índole”. “Al saber que el Señor ha resucitado pueden proseguir confiados, con la convicción de que el mal no tiene la última palabra de la Historia, y que Dios es capaz de abrir nuevos espacios a una esperanza que no defrauda”, ha destacado.


El Papa ha pedido a los pastores de las diversas Iglesias particulares presentes trasmitir a sus fieles su “afecto entrañable”, que lleva muy dentro de su corazón todos sus sufrimientos y aspiraciones".


“No estáis solos”


Además, ha agradecido a los obispos “su solicitud pastoral paciente y humilde” y ha remarcado que “no están solos en los contratiempos, como tampoco lo están en los logros evangelizadores”. “Todos estamos unidos en los padecimientos y en la consolación”, ha añadido.


También ha señalado que es de “capital relevancia cuidar con gran esmero de los seminaristas, animándolos a que no se precien de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado”. Asimismo, ha asegurado que es fundamental “la cercanía a los presbíteros, a los que nunca debe faltar la comprensión y el aliento de su Obispo y, si fuera necesario, también su paterna admonición sobre actitudes improcedentes”.


En la misma línea, Benedicto XVI ha exhortado a prestar igualmente atención a “las diversas formas de vida consagrada, cuyos carismas han de ser valorados con gratitud y acompañados con responsabilidad y respeto al don recibido”. También ha invitado a tener atención especial a “los laicos más comprometidos en la catequesis, la animación litúrgica, la acción caritativa y el compromiso social”. Así, ha recalcado la importancia para los Pastores de que “reine un espíritu de comunión entre sacerdotes, religiosos y laicos, evitando divisiones estériles, críticas y recelos nocivos”.


El Pontífice ha recordado cómo la fe católica ha marcado significativamente la vida, costumbres e historia del continente americano en el que muchas de sus naciones están conmemorando el bicentenario de su independencia. “Es un momento histórico –ha añadido– en el que siguió brillando el nombre de Cristo, llegado aquí por obra de insignes y abnegados misioneros, que lo proclamaron con audacia y sabiduría. Ellos lo dieron todo por Cristo”.


Además, ha invitado a poner especial atención en las iniciativas que se realicen con motivo del Año de la fe, que “deben estar encaminadas a conducir a los hombres hacia Cristo, cuya gracia les permitirá dejar las cadenas del pecado que los esclaviza y avanzar hacia la libertad auténtica y responsable”. Al respecto, ha señalado que a este objetivo “está ayudando también la Misión continental promovida en Aparecida, que tantos frutos de renovación eclesial está ya cosechando en las Iglesias particulares de América Latina y el Caribe”.


Finalmente, ha afirmado que la Iglesia en América Latina ha de seguir siendo “semilla de esperanza” y ha solicitado a la Virgen que “disipe las tinieblas del mundo y alumbre el camino, para poder "confirmar en la fe al pueblo latinoamericano en sus fatigas y anhelos, con entereza, valentía y fe firme en quien todo lo puede y a todos hasta el extremo”.


Auxilio divino para los problemas


Previamente, el presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) y arzobispo de Tlanepantla, Carlos Aguiar Retes, ha confiado en que el auxilio divino se derrame en México para “afrontar y superar los nuevos y complejos problemas” que la aquejan.


Aguiar también ha recordado la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada en Aparecida (Brasil) para subrayar que el fruto de aquel encuentro “se experimenta en la Iglesia que peregrina en este Continente”. Así, ha asegurado que la Nueva Evangelización esta en marcha mediante la convocatoria y compromiso episcopal de la Misión Continental, que actualmente “ha sido extendida con aceptación y convicción por los agentes” de pastoral de las Diócesis.


En este sentido, ha afirmado que llena de esperanza constatar que el “dinamismo espiritual y pastoral” va despertando la conciencia de los fieles laicos para participar activamente en los distintos ámbitos familiar, laboral y social con la clara finalidad de ser ellos levadura que aporte los valores evangélicos ante los nuevos escenarios de este tiempo. “Constatamos que la Iglesia está viva”, ha dicho, al tiempo que ha agradecido al Pontífice la puesta en marcha de la iniciativa del Año de la Fe.

21 de marzo de 2012

EL DEMONIO NO ES UNA FANTASÍA DE GENTE FANÁTICA

LOS EXORCISMOS DE JUAN PABLO II EN 1982 y 2000 FUERON CONTRA DEMONIOS DE EXTRAORDINARIO PODER


Tomado de RELIGION EN LIBERTAD.


Este martes sale a la venta Así se vence al demonio (LibrosLibres), de José María Zavala, un impactante testimonio de exorcistas y poseídos sobre la realidad de la posesión diabólica y las armas de la Iglesia para luchar contra ella.


El capítulo 3 (“Yo he visto a Satanás”) incluye una entrevista con Gabriele Amorth, el más prestigioso exorcista del mundo, que lo fue de la diócesis de Roma. En ella cuenta los dos exorcismos, al menos, que realizó Juan Pablo II siendo Papa, y contra demonios de gran poder que no salieron de sus víctimas tras el primer ritual celebrado por el Pontífice y requirieron muchos esfuerzos posteriores.


ReL ofrece, como anticipo de esta obra, la parte de la entrevista consagrada por Amorth al Papa Wojtyla.


Juan Pablo II fue el primer Papa en casi 400 años que se enfrentó, como usted, cara a cara con el diablo. Sucedió el 4 de abril, domingo de Ramos, de 1982, al inicio de su pontificado…
Lo recuerdo perfectamente. Yo conozco a Francesca, la joven que acudió aquella mañana a la audiencia papal en el Vaticano. Previamente, el obispo de la diócesis a la que pertenecía esa chica le preguntó a Juan Pablo II si estaba dispuesto a exorcizarla, a lo que el Papa asintió sin ningún problema. De modo que el Pontífice procedió poco después al exorcismo en su capilla privada del Vaticano. Francesca no hacía más que escupir y revolcarse por el suelo. Las personas que rodeaban al Papa no daban crédito a lo que veían: “¡Nunca habíamos presenciado una escena como la que se describe en los Evangelios!”, reconocían, admiradas.


Una advertencia: mejor no jugar con fuego… Pero el primer impresionado resultó ser el mismo Papa, a juzgar por el testimonio del cardenal francés Jacques Martin, según el cual Wojtyla confesó luego a Ottorino Alberti, obispo de Spoleto: “Nunca me había sucedido algo semejante en mi vida”…


Juan Pablo II decía, en efecto: “Todo lo que sucede en los Evangelios, sucede también hoy”. Pero además de pensarlo y decirlo, Juan Pablo II acababa de experimentarlo por sí mismo. Su exorcismo fue de cierta eficacia aunque, siendo sincero, debo añadir que para liberar a Francesca se requirieron cinco años enteros de bendiciones.


¿Recuerda algún otro exorcismo de Juan Pablo II?
Uno mucho más reciente, acaecido en septiembre de 2000. Una chica de diecinueve años de un pueblo cercano a Monza, al norte de Italia, vino una semana a Roma para que la exorcizase junto con mi compañero y hermano Giancarlo Gramolazzo. La sesión se celebraba a primera hora de la tarde, de lunes a jueves. De modo que el miércoles por la tarde ella estaba comprometida con nosotros, pero no así por la mañana. Pensó en acudir entonces a la audiencia general con el Papa en la Plaza de San Pedro. En cuanto llegó allí, los guardias se percataron de que su actitud no era normal y la colocaron en primera fila, junto a los enfermos. Poco después, mientras el Pontífice impartía su bendición a una multitud de más de 40.000 peregrinos, la atractiva muchacha empezó a gritar como una posesa.


¿Intervino la Policía?
Los agentes intentaron tranquilizarla en vano, pues la chica, dotada de una fuerza sobrehumana, logró rechazar a varios de ellos. Gritaba palabras ininteligibles, profiriendo insultos contra el obispo Gianni Danzi, secretario general de la Gobernación del Vaticano, que trataba también de calmarla bendiciéndola con un crucifijo. Intuyendo que la muchacha estaba poseída, monseñor Danzi informó al secretario de Juan Pablo II, monseñor Stanislaw Dziwisz, quien finalmente se lo contó al Papa.


¿Y qué hizo el Papa?
Ordenó que retirasen a la chica a un lugar apartado, donde él mismo pudiese exorcizarla al término de la audiencia pública. Hicieron entrar así a la joven por el Arco de las Campanas, rodeando la Basílica de San Pedro, para conducirla finalmente hasta un lugar cerrado donde Juan Pablo II la exorcizó en presencia de sus padres, del obispo Danzi y de varios hombres que a duras penas podían sujetarla.


Aquella misma tarde, Giancarlo Gramolazzo y yo volvimos a bendecir a la muchacha acompañados de monseñor Danzi. Ella misma nos contó lo ocurrido por la mañana en el Vaticano. El exorcismo del Papa tuvo algún efecto beneficioso, pero no sirvió para liberarla del diablo. Juan Pablo II trató a la joven, eso sí, con inmenso cariño durante media hora, anunciándole que ofrecería por ella la Misa del día siguiente.


El jueves repetimos el exorcismo, durante dos horas. El demonio aludió entonces al encuentro celebrado la víspera con el Papa. Estaba contentísimo. Menudas carcajadas soltó el miserable. Indujo a la pobre muchacha a decirme: “¡Ni siquiera tu jefe [Juan Pablo II] ha logrado hacer nada conmigo!”.


¿Cuál fue el origen de la posesión?
La chica era un portento de bondad y de pureza.


¿Entonces…?
Ofrecía al Señor todos los sufrimientos atroces por la conversión de los pecadores.


¿Víctima de algún maleficio, acaso?
Yo creo que sí. Con tan sólo doce años quedó ya poseída… hasta que tuvo diecinueve. Pero insisto: cuando no se manifestaba la posesión, era buena y candorosa, ofreciendo su particular calvario por la expiación de las almas.


¿Tiembla Satanás cuando se invoca a Juan Pablo II en los exorcismos?
Una vez le pregunté al demonio: “¿Por qué tienes tanto miedo a Juan Pablo II?”. Me dijo que por dos motivos: primero, porque había desbaratado sus planes con la caída del régimen comunista en Europa; y segundo, porque le había arrebatado las almas de muchos jóvenes durante su pontificado. Acto seguido, al preguntarle por qué temía también a la Virgen María, me contestó: “Porque he sido muy humillado y vencido por una criatura humana”.

17 de marzo de 2012

RELATOS FRANCISCANOS 3

RELATOS FRANCISCANOS III


GUADALUPE, ZACATECAS


RECUERDOS INFANTILES NEBULOSOS


Que recuerde, la primera vez que visité ese bello lugar fue en los setentas, cuando en alguna ocasión viajé con mi abuelo, camino a Monte Escobedo, un risueño y simpático pueblo del serrano sur zacatecano, cuna familiar de nosotros los Sánchez y los Del Real. Aunque las evidencias cuentan que también teníamos parientes en Villa Guerrero y Mezquitic, ambas poblaciones de Jalisco. El viaje –desde Guadalajara– en aquel entonces era largo: vía Aguascalientes se llevaba ocho horas. Los autobuses no eran tan cómodos como los de ahora (Algunas lineas: Transportes Zacatecanos, Línea Verde, Estrella Blanca y Ómnibus de México) y las carreteras eran francamente malas. De la Ciudad de Zacatecas a Guadalupe el tramo se hacia en un camión urbano lento, muy lento (Transportes de Guadalupe).


Con todo, la visita era interesante por muchos motivos: la tranquilidad, poco tráfico, los edificios tan majestuosos y bellos, el ‘tiplecito’ zacatecano, comer gorditas, tunas, etc. Un detalle más que me parecía atrayente y “bonito”: por las empinadas y limpias calles de cantera de la ciudad, sólo muy de vez en cuando se veía algún automóvil circular (esto lo contrastaba con Guadalajara). Otro pincelazo sobre esta hermosa ciudad: el hoy flamante “Teatro Calderón” estaba cerrado y en ruinas. No se veía mucha gente por las calles pero el viento frío se hacía sentir siempre. Era muy distraído y sólo tenía diez años.


Algo más que me impresionó –volviendo al Guadalupe, Zac., de antaño– que ahí se veneraba a la Virgen de Guadalupe, en un templo grandotote y viejo; que era un pueblo pequeño, bien barrido, con calles bien empedradas, simpático y con un aire de dignidad y majestad provinciana. Nada le pedía a la ciudad; me atraía su cantera rosada y sus añosos árboles; Guadalupe –para mi corta edad– era un lugar de ensueño… algo tenía que lo hacía diferente y atrayente. Otro detalle que llamaba mi atención: los padres de ese templo tan grande y alto traían un “vestido” café, un ‘gorrito’ en la espalda para guardar ‘su Biblia’ (no pensaba en otra cosa para un padre), guaraches y una cuerda blanca en la cintura con tres nudos; sí, ¡Eran de los mismos de la Basílica de Zapopan!.


EL CONVENTO Y EL NOVICIADO


En el Convento no sólo está el Santuario sino también el Noviciado de la Provincia “De Los Santos Francisco y Santiago en México”, que resulta de la fusión de lo que quedó del Colegio de Propaganda Fide, de la Provincia de Zacatecas, el Convento Dieguino de Aguascalientes, el Colegio de Zapopan y no estoy seguro si también algo que quedó de una antigua Provincia con asiento en Jalisco. Debe ser pues en muchos lugares de Jalisco las parroquias fueron hechas por los franciscanos.


Y, ¿Qué es el Noviciado?. Es una pregunta legítima, para quien no esté familiarizado con estos temas. Bueno, (y aquí me acomodo los anteojos) es la etapa de probación en la que los candidatos a la vida religiosa, por vez primera, viven ya el estilo propio de vida consagrada, de acuerdo al carisma de la Orden o Congregación a la que se pretende pertenecer. Generalmente esta etapa dura de uno a tres años (según ‘El Derecho’ diría un colega de por acá). Para ser religioso es obligatorio estar en el Noviciado, pues luego viene el tiempo de la profesión religiosa temporal y luego la perpetua. (¿Qué tal la explicación? Y ‘eso que no soy licenciado’ diría un padre de aquí de la Diócesis, que no ha superado el trauma de que no lo mandaron a estudiar a Roma… A mi con que me manden de paseo.)


La segunda vez que estuve en Guadalupe fue entre el 13 y el 15 de Agosto de 1984, para la profesión religiosa de los novicios franciscanos, entre los que estaba Fray Victorio Ramos Garza. Victorio después sería un entrañable amigo. Por cierto en esta ocasión estaba acompañado de Fray Martín Rodriguez, un fraile Nicaragüense filósofo, que conocí en Zapopan. También visité a Sergio Castillo y su familia; el era un muchacho de allá y compañero del Colegio Seráfico de San Agustín, Jal. Estudiaba la Prepa.


Guadalupe –sobre todo en aquel tiempo más que ahora– giraba alrededor del Convento-Santuario Franciscano y de lo que en este ocurriera; el motivo de su existencia como población, sin duda alguna, era el Convento. Recordemos que ese majestuoso sitio se fundó como “Colegio Apostólico de Propaganda Fide”. Hay otros semejantes a lo largo de lo que era La Nueva España. Los que recuerdo: La Santa Cruz (Querétaro, Qro), Santa Bárbara (California, USA) y De Nuestra Señora de La Expectación (Zapopan, Jal). Necesariamente habrá algún otro del que no me acuerde (que al cabo no soy ‘licenciado’, ja ja ja) En relación a éstos surgen las figuras legendarias y gigantescas del Siervo de Dios Fray Antonio Margil de Jesús OFM, y el Beato Junípero Serra OFM, ambos evangelizadores incansables, que recorrieron –a pie– desde Centroamérica hasta la Alta California. Si mal no recuerdo este Convento fue fundado en el siglo XVIII. Y fue refugio y comfort para hasta quinientos frailes misioneros. Ahí vivían y se fortalecían física y espiritualmente, se curaban, estudiaban y luego salían a predicar el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. Alternaban la vida conventual con la misión: seis meses y seis meses.


Volviendo al presente: podemos decir que la Villa de Guadalupe, Zac., es una pequeña Roma: Convento y Noviciado Franciscanos, Parroquia, Seminario Diocesano, Noviciado y asilo así como Postulantado de Las Hijas del Sagrado Corazón y Santa María de Guadalupe, Escuela de Catequistas, Monasterio de Las Capuchinas, Casa Museo del Beato Miguel Agustín Pro, Museo y Pinacotepa. Mucho en pocas cuadras. También hay casas, ¡Eh!, no crean que sólo hay puras iglesias, seminarios y conventos… No sólo hay padres, madres y seminaristas… También hay gente ‘normal’.


Guadalupe es una población pequeña y risueña, de serpenteantes e irregulares calles empedradas, que no sigue un trazo “urbano” planificado en sí, sino que las casas fueron surgiendo y las calles se fueron construyendo conforme se fueron haciendo necesarias. Está un poco alejada de la Capital –Zacatecas– y se une a ella por medio de un “humeante” servicio de transporte urbano (Los ya mencionados Transportes de Guadalupe) que aún hoy van y vienen con lentitud. Sin duda alguna, aún ahora para un buen número de habitantes, el Convento sigue siendo el centro de la vida no sólo religiosa sino social y cultural de la población. En el siguiente número hablaré de la vida en el Noviciado… Créame hay mucho que contar…


PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

13 de marzo de 2012

RELATOS FRANCISCANOS

RELATOS FRANCISCANOS II


BREVES PINCELADAS DE LA DIVERTIDA VIDA EN EL COLEGIO SERÁFICO.


Recordar aquellos ayeres, cuando era un adolescente de sólo diecinueve mayos (porque nací en ese mes) me hace sentir muy joven y lleno de ideales. Esos días de seminarista franciscano fueron decisivos para mi. Ese primer año escolar de Aspirantado en el Colegio Seráfico de San Agustín –1984/1985– fue en verdad interesante e intenso; pero también en ocasiones un poco difícil. Fue sin duda un año muy rico en experiencias y además animado y feliz. ¡Vaya que tener ideales es saludable y plenificante!. Recuerdo con afecto a muchos de mis Formadores: el P. Daniel Córdova, el P. Javier Benítez, el P. Adrián Valdéz, Fray Javier Hernández (el famoso crack), Fray Raúl Ramos y, como olvidar, a Fray Andresito y Fray Elseario. Y por supuesto, tuve muchos compañeros ilustres, venidos de muchos lugares del país: de Chihuahua, Saltillo, Monclova, Monterrey, Zacatecas, Colima, Uruapan, Cd. Obregón, Ensenada, Mexicali, San Luis Potosí, Cd. Victoria, Guanajuato, Nayarit (Rubén Morán y ‘El Niño’ famoso) varios de Aguascalientes y de muchos otros lugares de Jalisco; en 4 “A” (los que llegábamos con la Prepa terminada) éramos alrededor de 25.


Cada uno de nosotros había llegado a ese lugar por una ‘Historia Vocacional’ admirable; la gran mayoría no tenía claro el ser sacerdote o ser religioso-sacerdote, de alguna forma había una confusión. Ha pasado el tiempo y sólo unos pocos llegaron a la meta de ser franciscanos. Seguramente que muchos han logrado el éxito en su vida profesional. Unos pocos somos diocesanos, por ejemplo, que yo sepa, el P. Liborio Romero Ortega en la diócesis de Tijuana, el P.Fernando de Santiago en San Luis Potosí y su servidor en Aguascalientes. Y claro que hay un ‘garbanzo de a libra’ (y no porque sea pródigo en carnes).


El recién consagrado Obispo del Nayar Mons. Fray José De Jesús González Hernández OFM, también fue nuestro compañero: de Etzatlán, Jal. Por cierto, siempre fue un chico, humilde, agradable, estudioso, piadoso, noble, buen deportista y trabajador… Y no lo digo para adularlo porque es ahora Obispo (e influyente). Créanme que AHORA SI EL ESPIRITU SANTO LE ATINÓ (¡Vaya, ya me tenías preocupado Holy Spirit!). El otro día me mandó un mensaje por celular y me pareció simpático como lo firma: +Joven. Ustedes saben que los obispos deben firmar con la cruz (+) no por cuestiones eléctricas (positivo y negativo…) sino para significar su cercanía con Cristo y su ser Sucesores de los Apóstoles. Y sí, a él le decíamos “el joven fino del norte”. Lo nombraron obispo siendo párroco de una comunidad en Mozambique (¿Alguien sabe dónde queda?) anteriormente ya había estado –desde estudiante– en La Prelatura Del Nayar. Está joven, 47 años… monseñor le esperan 28 largos años de trabajo entre los indígenas y mestizos de esa parte de nuestro país ¡Ánimo!.


MUCHO QUE CONTAR Y COMPARTIR… ESCOJA LA QUE GUSTE.


Y hay cientos de anécdotas que podría relatar. Van unas pocas y muy breves, porque supongo que tienen muchas cosas que hacer y no sólo estar en Internet:


1.- Mis compañeros de la Prepa # 7 de la U de G, que eran unos 30, me visitaban y entre ellos –al momento de la salida– hacían una colecta; de modo que, gracias a ellos, de alguna manera yo era el colegial más rico y el que menos vivía la pobreza franciscana (por eso acabé de diocesano). Todos teníamos sobrenombres, luego les digo cómo me decían.


2.- Cuando a un seminarista le llevaban sus familiares o amigos una reja de manzanas o de mandarinas, después de la repartición comunitaria, le tocaba una manzana… O una mandarina… A lo más dos (Ahí sí me gustaba el comunismo, cuando al que le traían era al otro).


3.- Todos éramos hermanos… Y cuñados (por supuesto que en ‘El Señor’), sobre todo si había hermanas ‘ajenas’ y bonitas que admirar (¡Oh bella y fugaz adolescencia!) y a las cuales conocer.


4.- El pan (el alimento) era muy codiciado, pues tenía un poder ‘llenativo’ muy necesario en la ya mencionada adolescencia en la que te puedes comer hasta un árbol si se llega a ofrecer. Bueno, pues teníamos un compañero que eso lo tenía muy en claro en esa ‘selva’ de la casa de formación. Su técnica de conservación de alimentos y de disuasión –para que nadie se comiera el pan sobrante que guardaba de la cena– era muy efectiva: lo guardaba muy bien entre su ropa sucia (guaaàcatelassss) que por cierto sí estaba muy muy sucia (seguramente que su bocadillo ya no necesitaba mostaza u otro condimento).


5.- Las tazas para el café –que en el principio cuando Dios lo creó todo eran verdes– tenían ‘barbas’ de tan talladas y lavadas, se iban haciendo viejas (¡Hombre qué quieres todo por servir… adquiere barbas!).


6.- El Decano era ‘el Hombre más poderoso del Colegio’ (Bueno después del P. Rector y el Prefecto). Cuando eres Decano (¡yo lo fui!) te salen muchos muchos amigos y uno que otro enemigo envidioso de tu propio grupo (no digo nombres al aire, que al cabo ellos saben quienes eran… Ja ja ja). Y mi sucesor fue el joven, nuestro obispo del que les he hablado algunos renglones arriba.


7.- Los segundos “mas poderosos” eran los servidores pues tenían el poder de alimentar bien a los que fueran sus amigos y de darles lo ‘pior’ a sus enemigos (pero eso se daba en otros Postulantados de otras provincias no en el nuestro).


8.- La tía Felipa –que tenía tienda y nos quería demás– era la viejita más querida y adorada del pueblo y de la región.


9.- Por ello su tienda parecía empresa del gobierno (¿Como PEMEX?): En vez de ganar dinero lo perdía; nos daba a todos galletas, dulces, chocolates, pan, refrescos y sabritas. Era un milagro que no la cerrara por incosteable. Luego falta que todavía le cobraran impuestos, o que le pidieran de la Parroquia que cooperara con algo de diezmo.


10- El Padre Benítez te tenía consideración si le decías la verdad cuando te cachaba en infracción. Pero si le salías con algún cuento chino (y no hablo del P. Javier Ley, conste) no te la acababas. Y eso me gustaba. Si, claro, yo siempre decía la verdad y pues eso tenía sus ventajas.


11- Tenía (el P. Javier Benítez) un perro Collie –no recuerdo si así se escribe– como Lassie. ¿Se acuerdan de ese famoso perro?. Se llamaba ‘El Chubasco’; todos lo queríamos… Decíamos que era otro ‘colegial’. Hasta jugaba Foot-ball con nosotros y entraba a la Capilla. En alguna ocasión se enojaba y te mordía. Y uno que otro collón llegó a chillar… Pero cuando mordía, te mordía despacito, con cuidado hasta eso (¡A ver, a ver, ponga su manita!).


12.- Unos compañeros hablaban dormidos (entre ellos) y se respondían y se hacían preguntas (El Elvis y el Hule, según recuerdo). ¡Aaayyy que miedo!. Sobre todo cuando eso pasaba a las 3 ó 4 de la mañana. Por cierto el ‘Hule’ era buen chavo, originario de Fresnillo (junto con el Truck) y dormía en una tabla.


13- Todos (menos yo) le tenían mucho miedo a Victor ‘El Zapopan’, ‘quesque’ porque era muy ‘pelionero’. A mí me la… contaron así. Ja ja ja ja.


14- Había tres compañeros karatecas: Tony Kiaaaaap (mi amigo de Uruapan), Francisco Javier Araiza y Lancaster-Jones (al que ‘Paquito’ le puso ‘Johnson & Johnson’). En una ocasión la dentadura de Lancaster salió volando por una patada de Kiaaaaap. Todos nos reímos mucho, menos Johnson.


15- Las Moya eran catequistas amigas de todos los colegiales. Sobre todo Tere… Saludos hasta San Agustín.


16- La tasa de deserciones era alta. Varios de los compañeros se quedaron de novios con las nativas de la región (y lo digo sin mala onda, ehhhh!)


17- Unos éramos tan buenos para el Foot-ball que nos pusieron ‘Los Clásicos’… Con el tiempo muchos mejorábamos, otros a pesar de los años, sólo veían los partidos desde adentro en vez de jugar (El Pato dixit).


18- Desde Plaza Del Sol hasta San Agus, en los ‘torbellinos azules’ que se iban por todo López Mateos, y también iban a Santa Anita, tranquilamente te podías echar unas dos horitas. Por eso se llevaba uno un buen libro (acuérdense que no había iPod o celulares) pues una grabadora era muy estorbosa para oír música y se veía muy ‘power ranger’.


19- Los que hacían la Prepa en el Seráfico se creían con más derechos que los que la habíamos hecho ‘afuera’. Y nosotros a ellos los veíamos ‘más inmaduros y más mañosos’; ja ja ja… de modo que a mano, ¿No?.


20- La mejor hora para dormir era la hora de estudio, sobre todo para los que se dormían con los ojos abiertos, como el Elvis de acá de Aguas. Muy amigo por cierto del ‘Chico Menudo’ (Chuy López) a quien he tenido el gusto de saludar por acá por Aguas.


21- Todos veíamos a los novicios como súper héroes. Y no se diga a los filósofos o teólogos. Y soñaba uno con tener su Santo Hábito y su cuerda… Y sus sandalias ‘franciscnas’.


22- Los chavos del pueblo, en su gran mayoría, nos veían como rivales, ‘quesque’ porque les bajábamos a las chavas de ahí, sobre todo a las catequistas (a la mejor estaba relacionado con el que nos bañábamos TODOS LOS DIAS, con agua fría… Eso nos estiraba la piel y nos hacía ver más brillosos, rozagantes y jóvenes, creo… ¿Tendría algo que ver?).


23- Había un compañero de San Juan De Los Lagos al que le decíamos ‘Roberto Genutivo’ (Ahhh raza, ¡Cómo son! Sólo porque en lugar de decir ‘Genitivo’ en la clase de Latín, dijo ‘Genutivo’. ¡No se aguantan, carretas!). A mi me decía: ¡No te rías pin… Tocayo! Y más me reía…


24- Miguel Angel Zamora, de Ejutla Jalisco, nos plegoneaba a todos, nadie se le escapó… Bueno a la mejor sólo el Provincial… Para todos y todo tenía respuesta y un pinnn…to ‘dichito’ de acuerdo a la ocasión y el motivo. Me pregunto si no será pariente de Roberto Gómez Bolaños o de Derbéz… No dudo que haya sido asesor de la Real Academia De La Lengua Española, porque la manejaba muy bien… Es más, a la mejor él ‘inventó’ el Español.


25- El peor de los oficios eran los baños de la Portería, pues siempre estaban de dar pena ajena. Era común que los muebles sanitarios estuvieran rebosantes y cubiertos de pilares de oro y… (Nota: no hablamos del Estadio Jalisco y sus porterías sino de la portería del Convento).


26- Uno de los mejores momentos de nuestra existencia como seminaristas era cuando llegaba el momento de la posada del pueblo para los colegiales (sí, nosotros), ese día nos vengábamos y comíamos por todo el año. Había puestos de todo… El de la fila más larga era el de los tacos de Plácido Moya. ¡Qué días aquellos!.


27- La publicidad en el pueblo se hacía por medio de un altoparlante que llegaba a todas las calles y casas… Y se oía cada cosa: ofertas, canciones de fulanito para zutanita, y viceversa, de fulanita para los colegiales (nosotros), avisos de la Parroquia, avisos del delegado de pueblo, del ejido. Disfrutábamos más esa propaganda comercial en el momento del estudio… Parecía que te ponían la bocina en las orejas.


28- De vez en cuando, por azares del destino y permisión divina, te salía una piedra en los frijoles… A mi en una comida –el día más doloroso de mi vida– me salieron cuatro… En un solo plato. ¡Imagínese las que habría en toda una olla!. Pero era lo de menos.


29- Los colegiales tramposos fumaban en la azotea. Pero nos podíamos dar cuenta por el humo que salía de ciertas partes. De vez en cuando el P. Benítez les daba un susto. Ahhh y también les encantaba ir a la huerta a lo mismo.


30- La meditación se te pasaba rápido… Como un sueño. Ja ja ja, en una ocasión un compañero empezó a gritar a media capilla, pues estaba –en la meditación– en plena pesadilla, con gritos y pataleos y todo.


Cuántas anécdotas e historias interesantes. En verdad yo fui muy feliz en el Colegio Seráfico San Antonio de Padua, en San Agustín, Jal. Levantarte desde las seis y andar en friega hasta las diez de la noche, vaya que era un reto; pero lo hacías con gusto, porque era el principio de tu sueño: ser franciscano, ser sacerdote, ser de Dios.


PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

6 de marzo de 2012

SER VALIENTE CON CRISTO

TRES MONJES REBELDES


Es el título de mi libro favorito. Y, mire querido y sufrido lector que –modestia aparte– he leído cientos… No como un personaje de la política que –en una feria del Libro– fue incapaz de decir el nombre de uno solo; como siempre dicen los que poco o nada leen, afirmó haber leído La Biblia… Ojalá. Bueno, volviendo al libro, la traducción al Español ha tenido varios tirajes, hechos por la Editorial Herder (España). Creo que últimamente ha salido alguna nueva edición aquí en México. El título del original en Inglés de esta “historia-novelada” es “Three Religious Rebels”. Su autor –junto con otros dos libros que hacen toda una saga– es el Padre M. Raymond –un monje norteamericano– de la Trapa de Nuestra Señora de Getsemaní en un pequeño pueblo del estado norteamericano de Kentucky. Y vea Usted si no es mi libro preferido: lo he leído como unas diez veces. Y voy por la que sigue, pues siempre le encuentro cosas nuevas e interesantes.

¡Dígame, si no es verdad!, pero el título no suena atractivo, pues al hacer alusión a monjes, creemos, en forma espontánea y generalizada, que NECESARIAMENTE TENDRÁ QUE SER UN LIBRO ABURRIDO.



UN LIBRO EMPOLVADO Y APARENTEMENTE ABURRIDISÍSIMO

Perdonen el neologismo-regionalista que he usado como último adjetivo, en este subtítulo, pero aún no pierdo mi “hablar tapatío” y, además, en verdad en mi prejuicio inicial sobre la obra literaria de la que trato, decir sólo aburrido sería pobrisísimo (¡Otra vez!) Bueno, vamos mejor al libro: la primera vez que lo vi, con una portada negra y naranja, poco atractiva por cierto, fue en la Biblioteca del Convento Franciscano de Guadalupe, Zac., en el noviciado. Sí, yo era ahí novicio franciscano en 1986. Vi el libro y lo hojee, pero quiero ser sincero –como no tenía “monitos” y si muchas muchas letras– lo dejé de inmediato aterrado y al borde del colapso intelectual, con el firme, solemne y espontáneo voto hecho a Nuestra Señora de Guadalupe (patrona del convento y llamada por el pueblo “La Preladita”) de NUNCA, NI POR EQUIVOCACIÓN, –aunque fuera el único libro sobreviviente de diluvio cataclismo o armagedón– TOMARLO DE NUEVO EN MIS MANOS Y LEERLO. No cumplí tal voto –me confieso terrible pecador–. Tal vez deba investigar, por ello, mi situación canónica. Rompí ese voto y lo he roto en repetidas ocasiones.

No fue sino hasta como veinte años después, en una visita relámpago, ya ordenado como sacerdote del clero diocesano de Aguascalientes, que pasé de nuevo por aquella biblioteca, por casualidad, y entonces de reojo reconocí aquella portada tan sencilla y simple –como ya dije– en colores negro y naranja con fondo y letras blancas… Es el mismo libro, lo vuelvo a ver ahí a simple vista, arrumbado, empolvado, pero con sus hojas blancas muy bien conservadas (signo de no ser un libro muy popular o de que los novicios franciscanos cuando leen se lavan las manos muy bien; no como los monjes benedictinos de la Obra de Umberto Eco ‘El Nombre De La Rosa" que pasan los pergaminos mojando sus dedos en la lengua…. Ughhhhjjj!!. Aunque, ¡menos mal que no es en la lengua del monje sentado en el pupitre contiguo!).

Hice memoria y recordé aquel voto de nunca tocarlo ni por equivocación, sin embargo y muy a mi pesar, sentí curiosidad por leerlo (A fin de cuentas, ¿Que podría perder? Además si no me gusta pues simplemente lo boto y ya, pensé) me atreví y lo pedí prestado; y pensé que no me lo prestarían por ser externo. Pero me lo prestaron. ¡Tarde se me hacía por llegar de regreso a Aguascalientes a empezarlo! Lo leí en dos dias, lo devoré. Y al poco tiempo de acabarlo lo inicié de nuevo. Resultó ser un libro interesante, entretenido, lleno de valiosos conocimientos sobre la vida monacal y el mundo del siglo XII. Pero sobre todo, en verdad, es un libro muy inspirador. ¡Cómo me había equivocado! Resultó ser todo lo contrario a los que pensé. UN LIBRO AMENO Y QUE ENSEÑA MUCHOS VALORES CRISTIANOS.

SU CONTENIDO

Este libro es parte de lo que se puede llamar con toda propiedad una saga. Los protagonistas de ésta no son los vikingos o los güelfos, sino los monjes Cistercienses (Trapenses se les llama en América). Inicia con la narración del momento en el que Roberto –de sólo quince años– se enfrenta a su padre (Teodorico) al decirle que quiere ser monje… Tiene en ese trance ante sí la posibilidad de ser armado caballero. Renuncia a esa gloria por Cristo.

Está divido en tres partes muy entrelazadas entre si: las vidas de San Roberto Abad de Molesme, San Alberico y San Esteban Harding. Recordemos el “ambiente” de la época: Es la edad media, el feudalismo es el sistema en boga, la Iglesia se encuentra en situación de oscuridad por el vicio de la investidura laica (los cargos eclesiásticos se compran y venden), el camino a la “gloria” –la fama y la riqueza– pasa por el campo de batalla. La caballería es la profesión de mayor lustre y prestigio, por ello los jóvenes sueñan con ser armados caballeros. Las acciones suceden en Borgoña, Francia, en el siglo XII. Y la trama en sí es la narración de cómo este monje Benedictino idealista –San Roberto de Molesme– funda una nueva Orden, disidente de la rama principal, que se encuentra bajo la esplendorosa observancia cluniacense. Pero él no busca reprochar al gran Cluny su aburguesamiento ni falta de ardor en la observancia de la Regla de San Benito, sino simplemente vivir en una forma valiente la caballería en el claustro, es decir, vivir una observancia generosa y estricta, en medio de un mundo que tiende a olvidarse de Dios, aunque lo invoque, le rece y parezca seguirle. Veamos sólo una pequeña parte del diálogo entre Teodorico --el padre-- y nuestro joven idealista, Roberto:

Le dice Teodorico al joven Roberto: -Hijo mío, en estos tiempos la Iglesia necesita combatientes. Los necesita mucho. Y la otra noche, Tú me recordaste que hace algún tiempo tuvo lugar cierta elección en Roma… Ahora tenemos un Papa que se llama Benedicto IX… ¡Antes era Teophiláctico! Imagina, Roberto. ¡Un niño de doce años en la Silla de San Pedro! La Iglesia de Dios está necesitada de santos que equilibren esa monstruosidad. ¿Me oyes? ¡Necesita santos! Tú ardías por alistarte en lo que llamas “la más noble Caballería”. ¡Pues sigue ardiendo! No nos resultes un fuego de paja. Tienes que arder firmemente. ¡Tan firmemente como el sol y las estrellas! ¡Arde, hasta que te consumas totalmente! Si te vas a entregar a Dios, entrégate por entero o no te entregues. ¡Sé santo!.
(pág. 37).
También nos presenta un poco sobre San Bernardo De Claraval, que ingresa al Monasterio con 32 de sus hermanos, primos, un tío y amigos. Parte importante y central de la trama es cómo vivir, para mantenerse fieles a la observancia de La Regla. La Orden crece y crece, se expande y estará luchando por no perder su perfil penitencial, su frescura e hidalguía.

EN RESUMEN

Este magnífico libro, aparte de que nos lleva a un pequeño tour por la Edad Media, nos ayudará a soñar, a creer que, en medio del mundo que se olvida de Dios, nosotros, todos los cristianos, podemos ser “Valientes con Dios”. Y termino con una frase de San Benito –padre espiritual de nuestros “Tres Monjes Rebeldes”– que nos será de mucha utilidad vivir, por venir de un auténtico guía de vida cristiana: NO PREFERIR ABSOLUTAMENTE NADA A CRISTO.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

5 de marzo de 2012

UN SECTOR MARGINADO DE LA IGLESIA

LA PASTORAL DE ADOLESCENTES


LO EVOLUTIVO Y LO SOCIAL


EL MOMENTO PRESENTE


No podemos negar que los ritmos sociales y familiares han cambiado: por un lado se atrasa el momento de la toma de compromisos (la edad de casarse, de tener hijos, por ejemplo) y por otro lado, se alargan los rangos cronológicos de las etapas evolutivas del ser humano, en nuestra cultura occidental –en general– y mexicana en particular. No hace mucho tiempo, una persona de 20 años era considerada un adulto en toda la extensión de la palabra. Ahora –la generalidad– considera a un veinteañero como un adolescente; y nuestros muy sufridos veinteañeros felices de la vida, pues pueden moverse a sus anchas en esa elástica franja a su conveniencia y discresión: en la pista de los derechos los tienen todos y en la pista de las obligaciones todo se les puede ‘perdonar’ y con facilidad justificar.


ANTES JOVENES AHORA ADOLESCENTES


Así pues, alguien que está entre los 14 y 19 años es llamado adolescente. Y, en esta etapa, sin la madurez requerida, toma muchas de las decisiones que marcarán su rumbo “vital”: si terminará una carrera o no, si empezará su vida sexual o no, si se ‘permitirá a sí mismo’ el uso de drogas y alcohol o no, si será ‘católico’ o ‘ateo’, si encarnará el papel de persona responsable y consciente o no… ESTA ES LA ETAPA CLAVE en cuanto a decidir si Cristo será el centro de su vida, si pertenecerá en verdad a la Iglesia como un miembro realmente activo o si será sólo parte de los registros parroquiales de bautismos, primeras comuniones y confirmaciones.


ANTES ADOLESCENTES AHORA PRE-ADOLESCENTES


Una persona entre los 11 y los 13 años, en el pasado, prácticamente –en lo social y lo familiar– era un niño: obedecía, acataba, respetaba, estudiaba, jugaba, no contaba mucho… Seguía –obedientemente por lo general– el camino que se le trazaba. Ahora, por el contrario, en esa edad se inician las rebeldías, los gustos personales, la semi-autonomía: ya tiene ‘sus cosas’, ya dice con todo aplomo ‘no quiero’, ya goza en serio de mucha privacidad. Ya tiene una voz a ser considerada por la familia y la sociedad.


LO PASTORAL


Creo que la mayoría de los sacerdotes que trabajan con adolescentes están muy conscientes de los cambios que arriba enuncié. Debo aclarar que ya pagué ‘mi cuota de sangre’ pues por diez laaaaargoooos años trabaje con adolescentes en el Movimiento de EPA (Encuentros Para Adolescentes) pero ya –gracias a Dios– poco tengo que ver con ese submundo tan importante… Terminé cansado y sigo cansado. Mi consideración –muy sentida– a los que trabajan con adolescentes.


Ignoro por qué se truncó el paso que llevaba la Pastoral de Adolescentes a nivel nacional. Dicen que porque se integró a Pastoral Familiar. Don Trinidad González –obispo auxiliar de Guadalajara– hizo un magnífico trabajo como asesor episcopal de adolescentes hará unos diez años.


Veo con preocupación cómo esta pastoral es PRIORIDAD DE PAPEL y nada más. De seguro que por el oráculo de algún “genio” de la Pastoral que asesora a los obispos se decidió ‘integrarla’ (un buen término para desaparecerla) a la Pastoral Familiar. SEÑOR GENIO (quien sea, que dudo vaya a leer esto porque no lo pienso enviar ni haré algún inútil tramite a “donde corresponda”) su idea ha sido un fracaso. Nuestro país se empieza a “uruguayizar” (no hay adolescentes en las parroquias ni jóvenes y los seminario se empiezan a vaciar). Y perdón si a alguien ofende este neologismo que uso, es con buena intención.


Señores obispos, vean la realidad… Piensen en el futuro de la Iglesia. ¿Podrían por favor apoyar en serio la Pastoral de Adolescentes?. Yo sé que nada pasará… Este artículo se perderá en la infinitud virtual del ciberespacio y los señores obispos, sus ‘gurús’ de la Pastoral y nosotros seguiremos con nuestras cuentas alegres de 83 % de católicos en México… ¡Simón! Como dice un sobrino mío… Que precisamente es adolescente… Y Simón en ese mundo es Sí, pero de a mentiritas, para salir del paso y evadir responsabilidades.


PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

3 de marzo de 2012

AUNQUE USTED NO LO CREA

Un exorcista relata la primera vez que se enfrentó al Maligno: «Me escondí detrás de unas monjas»


TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD


De niño, Rufus Pereira era devoto y buen estudiante, pero muy tímido. Creció en una familia y un pueblecito católico de las afueras de Bombay, en la India, una comunidad evangelizada por San Francisco Javier hace 400 años. En la familia rezaban el Rosario unidos cada día, arrodillados ante un altar casero con la imagen del Sagrado Corazón. “Siempre comíamos juntos y compartíamos las vivencias del día”, explica el hoy popular sacerdote.


La vida del pueblo era de una auténtica comunidad cristiana. Junto a la cruz en la plaza del centro se reunían los vecinos. Las casas estaban siempre abiertas, y todos compartían fiestas, enfermedades o entierros. Rufus ayudaba en misa, en una parroquia de 4 siglos fundada por portugueses, sin llegar a ser monaguillo “porque yo era muy flojo y temía que se me cayese el pesado misal”. Aunque tenía buena memoria, era tan tímido que no se atrevía a recitar los poemas obligatorios en el colegio (que se sabía perfectamente) y le ponían malas notas.


Pequeño y fragil entró en el seminario de Bombay, dirigido por un jesuita español, que profetizó que aquel chico canijo y calladísimo nunca sería predicador. Se equivocó.


Realizó los estudios superiores en el Colegio Urbano de Propaganda Fide en el Vaticano, y fue ordenado allí en 1956 junto a 34 compañeros de 20 países. Cada cinco años vuelven a encontrarse.


El Espíritu Santo le quitó la timidez


En 1972, Rufus Pereira llevaba 13 años como pastor de una parroquia en Bombay y atendiendo varios colegios, cuando cambió su enfoque pastoral al conocer la Renovación Carismática. Le interesó porque él siempre fue un apasionado de la Biblia, y veía que los carismáticos la usaban con soltura y pasión. En Pentecostés unos carismáticos oraron pidiendo para él la “Efusión del Espíritu Santo”. “Tuve una experiencia abrumadora del amor de Dios, mi Padre, un encuentro personal con Jesús como Señor y Salvador y un derramamiento del Espíritu Santo que cambió mi vida. Esto me aportó un hambre increíble por la Palabra de Dios, una insaciable sed y gran gusto por la oración, un deseo gozoso de comunión y una compasión profunda por las personas de corazón herido”.


Rufus se convirtió así en un predicador apasionado, especializado en temas bíblicos. El cardenal Gracias, de Bombay, le dio permiso para que se dedicase por completo a la predicación itinerante. Se convirtió en formador de laicos enamorados de la Biblia en el Instituto Bíblico Católico Carismático de Mumbai (el nuevo nombre de Bombay) y en editor de la revista “Charisindia”. Un antiguo colega de Roma, que ahora era arzobispo en Japón, le dijo: “Rufo, tú que eras siempre tan serio y equilibrado, ¿cómo es que te obsesionaste con estas manías carismáticas?”. Pero al padre Pereira nunca le han faltado las peticiones para predicar en todo el mundo.


Exorcismo a la hora de la siesta


En julio de 1976 Rufus Pereira realizó, muy contra su voluntad, su primera oración de liberación. Le gustaba la predicación carismática, la Biblia, hablar del amor de Dios… pero “no podía aceptar que en estos tiempos modernos la gente pudiera quedar poseída”. Estaba predicando un retiro sobre la Providencia a las Hermanas de Santa Ana en Secunderabad, en el centro de la India. La misa había sido intensa, la comida también, Rufus se retiró a su habitación a descansar, empezaba su siesta (usa la palabra española “siesta” en su relato en inglés en la revista “Charisindia”)… cuando llamaron a la puerta.


Allí estaban la superiora, la provincial y la maestra de novicias de las Hermanas con dos mujeres, hermanas de sangre, de una familia católica bien conocida en la zona. El hijo de una de ellas estaba en un asilo mental, y pensaban que el chico probablemente no estaba enfermo, sino poseído.


“Les dije que no podía ir con ellas a rezar por el chico, y que deberían ser ellas las que rezasen por él. Pero ellas insistieron, y decían que muchas enfermedades y aflicciones emocionales que atormentaban a sus familias se originaban en una diosa-demonio popular, de la que sus ancestros habían sido sacerdotes. Y que aunque iban a misa diaria y rezaban el rosario diario, no mejoraban”.


Rufus no sólo no creía en tales demonios, sino que admite “que estaba enfadado con las Hermanas y la familia por interrumpir mi siesta. Así que les dije que rezaran más. Y como último recurso me dijeron: ´al menos puede rezar por nosotras ahora´. Les dije que ya lo haría luego por mi cuenta. Pero sentí como si el Señor me dijese: ´Rufus, esta gente ha venido buscando a un sacerdote para que rece por ellos ahora. Lo haces ahora.´. Me enfadé un poco con el Señor, pero recé, con bastante reticencia, siento decirlo. Y muy suavemente pedí que Jesús liberase a esa familia de ese demonio… suponiendo que existiese”.


“Me escondí detrás de las monjas”


“La reacción fue instantanea e inesperada. La mujer más bajita, la piadosa, que me había estado contando sus problemas mientras sus dedos pasaban las cuentas del rosario, cayó al suelo con gran fuerza y por primera vez en mi vida me vi cara a cara con el Maligno. Me escondí detrás de las monjas, mientras ella me gritaba obscenidades y me gritaba que volviese a Bombay… ¡en inglés, una lengua que ella no conocía!”.


Pereira, que no había recibido ningún entrenamiento para casos así, se quedó estupefacto e impotente, sin saber qué hacer, mientras una veintena de novicias de Santa Ana vaciaban botella tras botella de agua bendita sobre la mujer enfurecida y agitada sin ningún resultado.


El poder de la oración en lenguas


“De repente, sentí una unción del Espíritu Santo que me dio firmeza, dio poder a la gracia de mi sacerdocio y me guió a rezar con confianza y suavidad en lenguas, la puerta -me habían dicho- de los carismas de poder y conocimiento. Se produjo una transformación inmediata en la mujer. De una cara diabólica de odio y manos como garras, a una contención angelical de gentileza y manos alzadas para alabar a Dios… aunque seguía tumbada de espaldas en el suelo. Se sentía muy débil, sin fuerzas, pero con paz y gozo. Su familia la llevó a casa en un vehículo”.


Una semana después, Pereira volvió al pueblo a dar un retiro a sacerdotes. Y las dos mujeres fueron a hablar con él. La hija de la “endemoniada” aseguró que su madre, que durante muchos años había sido de muy mal genio y de carácter imposible, ahora era cariñosa y amable. Además, había recuperado la vista completamente en los dos ojos, porque antes uno estaba ciego y el otro había perdido la mitad de la visión. La familia, que culpaba a la madre por haber hecho marchar a su marido con su genio imposible, ahora entendía que no había sido culpa suya. Las Hermanas de Santa Ana confirmaron al padre Rufus que toda la familia ahora era feliz y sana.


Rufus Pereira luego estudió cómo realizar el ritual completo del exorcismo, contactó con más exorcistas y crearon la Asociación Internacional de Exorcistas, de la que durante muchos años ha sido vicepresidente. Pero siempre recuerda que su primer caso no lo resolvió con el ritual, sino con una oración humilde en lenguas, la oración carismática que usa el habla sin lenguaje, cumpliendo lo que decía el apóstol San Pablo: “El Espíritu viene en nuestra ayuda en nuestra debilidad, porque cuando no sabemos como orar adecuadamente, el Espíritu mismo pide por nosotros en gemidos que no pueden expresarse con palabras” (Romanos 8,26).