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25 de junio de 2013

SAINT MARK'S PARISH

EVANGELIZAR FORTALECE LA FE Y ALEGRA LA VIDA

SAINT MARK´S CATHOLIC PARISH

Esta semana que pasó (del 17 al 22 del presente) en la Parroquia de Saint Mark de la Arquidiócesis de Chicago, prediqué una Evangelización Fundamental, a invitación expresa del P. Chuy Medina (Párroco de esta comunidad y amigo de muchos años).

Esta parroquia tiene varios rasgos que la hacen especial: la mayoría de sus fieles son puertorriqueños; hay muchos mexicanos, también hay una minoría de fieles anglosajones, su población ha venido a menos; una gran parte de los parroquianos que asisten son adultos (y la abrumadora mayoría son mujeres), los jóvenes son en verdad contados y -sobre todo lo que más preocupa- su subsistencia depende de la renta de un local que hace años fue una escuela católica. Serios retos pastorales para el P. Chuy, en verdad.

Llama la atención también que -en la esquina frente al templo parroquial- se encuentra una peculiar “ofrenda fúnebre”: hace unos meses mataron ahí a un líder de una banda (ganga en el lenguaje coloquial del Chicago hispano). Hay veladoras, flores, globos, letreros, que ponen los miembros de esa banda. La policía no deja de darse sus vueltas, todo el día pasan vehículos de integrantes de la misma organización.

UNA IGLESIA QUE ENVEJECE Y NO SE RENUEVA

El templo parroquial –por sus detalles de decoración y mobiliario– nos dice que conoció tiempos mejores, cuando era una parroquia muy viva y con multitudes en sus eucaristías y eventos. Jóvenes hay muy pocos en la Evangelización, aunque si se ven en las misas dominicales. Me llama la atención la familia de Melesio (Él y su esposa son de Michoacán) quienes cantan la Misa dominical de las 9 am; es toda la familia: incluye dos hijas y dos hijos… son el ejemplo de que sí se puede conservar la fe cuando ambos esposos lo quieren hacer y dan buen testimonio de coherencia cristiana.

Volviendo a la Evangelización, hay una participación entusiasta –aunque la verdad un poco desarticulada– que llega incluso a ser generosa. Y se ven pocos señores también. Llama la atención que la mayoría de las participantes son abuelas… Sí, lo he sabido escuchando con cuidado sus comentarios, consultas e inquietudes. La edad las delata. Una queja común: “mis nietos no vienen, mi hijo(a) nunca me hizo caso de traer a los niños y ahora ellos ya no quieren -por nada del mundo- venir ni siquiera a Misa”. Ahora estoy convencido: esta es la razón por la cuál parroquias como ésta se han ido diezmando. A sólo una cuadra de aquí hay una iglesia cerrada que servía a católicos de raíces polacas; a los alrededores de este vecindario también se pueden ver otras “iglesias que ya no son iglesias”. Parroquias que han tenido que cerrar y que son ‘Galerías de Arte" o guarderías, porque dejaron de ser viables, financiera o demográficamente. Triste en verdad.

FAMILIAS QUE HAN DEJADO DE LADO LOS VALORES MAS IMPORTANTES

Y no se trata de hacer un juicio crítico ni sumario, sino de explicar -y entender- qué es lo que ha pasado en los últimos diez o quince o veinte años. Por el tiempo que llevo de ser ‘observador no oficial’ de la realidad de la Iglesia Estadounidense, estoy persuadido de que la ‘Pastoral Hispana’ es algo que siempre está de moda y que siempre se queda corta. Se parece a la tan manida pastoral de adolescentes en México: TODOS COINCIDEN EN QUE HAY QUE IMPULSARLA, PERO SE QUEDA EN EL PAPEL Y EN EL CAJÓN DE LOS FRACASOS PASTORALES, MIENTRAS A LA IGLESIA SE LE ESCAPAN LOS PADRES Y MADRES DE FAMILIA DEL MAÑANA: LOS ADOLESCENTES DE HOY. Aquí pasa igual.

En un gran número de circunscripciones eclesiásticas de este gran país la así llamada pastoral HISPANA, muchas veces no va más allá de ayuda en aspectos legales a los migrantes y paliativos asistenciales. Pero es insuficiente a todas luces. En otras consiste en celebrar quinceañeras y hacer ‘algo’ el 12 de Diciembre y las Posadas. En otras diócesis se dan pasos como empezar a celebrar Misas en español… pero falta mucho… Y falta porque los otros grupos nacionales cuando llegaron a Estados Unidos (irlandeses, polacos, lituanos, alemanes, italianos, etc.) trajeron con ellos a sus sacerdotes y los hispanos no, aunque van llegando de alguna manera en números insuficientes.

No se ha podido llegar a fondo a -por ejemplo- la formación en los valores, por una multitud de factores, desde el omnipresente e innombrable racismo, pasando por el no saber con precisión qué hacer, hasta problemas de orden económico muy serios… Y muchas veces nuestros hispanos no contribuyen en verdad por irresponsabilidad o comodidad: ver siempre a la Iglesia como la madre rica que tiene que ayudar a sus fieles es lo que hace no se comprometan en forma responsable en su sustento y actividades.

Retomando el aspecto de las abuelas, concluyo que son sus hijos los que dejaron -poco a poco- de lado la fe. Seguramente estuvieron muy ocupados los adultos de esa generación, tratando de abrirse paso en un ambiente adverso. También, sin dominar el idioma, a los abuelos y abuelas, les fue IMPOSIBLE comunicar su fe. Y parece ser que la Iglesia tampoco lo hizo. Y así, tenemos a una muchedumbre de católicos “nominales”… que se sienten tal vez identificados con esa “etiqueta” pero nada más. Por ende, sus hijos (los hijos de los hijos) han crecido tal vez sin una educación en la fe. Demasiado ocupados en hacerse de un lugar en este país, envueltos en la cultura contemporánea de no someterse a reglas, a límites y con mucho esfuerzo consiguiendo -en el mejor de los casos- las herramientas de la educación profesional. Hasta se puede afirmar que muchos se han “quitado” -como si esto fuera posible- su ser hispanos y católicos, pues en este país ambas cosas de alguna forma estorban.

Por desgracia muchos de esos nietos están en serio enredados en la cultura de las bandas y sus secuelas. Pienso que tal vez los hijos se adaptaron tan bien a este país, aspirando a ser parte del “mainstream” que perdieron lo más importante: su fe. Recordemos que -aunque sea políticamente incorrecto lo que voy a decir- este país es ANTICATÓLICO. Sí, así lo demuestra la historia. Y a pesar de todo esto, la Iglesia norteamericana va creciendo. Ya de cada 5 norteamericanos uno dice ser católico, aunque no vaya ni siquiera a Misa.

EVANGELIZAR ES REVIVIR

La asistencia fue un tanto irregular. En resumen unos 85 asistentes diarios, con unos 50 que perseveraron todos los días. Estuvieron atentos y participativos. Como siempre con mi cantaleta básica: Dios nos ama, Cristo ganó para nosotros la salvación, los sacramentos todos vienen en la Biblia, María es importante porque es la madre del Señor, nuestra Iglesia es la única fundada por Cristo y los Apóstoles y no por un gringo, necesitamos al Espíritu Santo… Esa cantaleta básica causó furor, como que sí nunca lo hubieran escuchado antes… Les dio seguridad y certezas. EXCELENTE dice un amigo.

VOCACIONES

Alienta ver que hay un grupo de monaguillos que va creciendo; alienta que dos de ellos han manifestado querer en un futuro ir al Seminario. Seguramente el buen testimonio del P. Chuy actual párroco y del anterior tenga mucho que ver con ese querer entregarse a Dios en la vida sacerdotal. Alienta que Humberto -de sólo 4 años- quiere ser sacerdote y lo ve como ahora los niños ven a los superhéroes: con admiración.

TRANSFORMACION

Conforme van pasando los días voy viendo cómo el ambiente se va animando, cómo las caras van tomado un “tinte” de esperanza. Los comentarios que me hacen dan a entender que la Evangelización les ha abierto la mente… y el corazón. Lo reafirmo: el pueblo evangelizado camina con mayor CERTEZA Y ENTUSIASMO EN LA FE RECIBIDA EN LA UNICA IGLESIA FUNDADA POR CRISTO Y LOS APOSTOLES: NUESTRA IGLESIA, LA IGLESIA CATÓLICA.

PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.

8 de junio de 2013

INCONGRUENCIA EN LA INTERPRETACIÓN 'LITERAL'

BORDEÓ EL ATEÍSMO, fue pentecostal… y volvió a la Iglesia católica en una eucaristía especial

TOMADO DE RELIGIÓN EN LIBERTAD

“¿Los judíos creen en Jesús?”.

Una “absurda pregunta” como ésta fue la chispa necesaria para despertar en Shane a los 13 años una profunda crisis de fe.

Había acudido a visitar una sinagoga como parte de su programa de estudios en el colegio. La pregunta la formuló un compañero de clase al rabino, y al profesor de Religión se le salieron los ojos de las órbitas. Sin embargo, este hecho y la respuesta del rabino desencadenaron una serie de pensamientos que cambiaron por completo la vida y la perspectiva de Shane.

“Crecer en una familia cristiana y asistir a una escuela católica no me dio nunca muchas oportunidades de ponerme en contacto con otros sistemas de creencias”, comienza, “me di cuenta de que yo nunca había conocido a alguien que no creyera en Jesús o al menos basara su vida en un sistema de creencias que lo incluyera de una u otra manera”. «»

Así que, admite, “la pregunta de mi compañero realmente no era tan estúpida después de todo”.

“Cuanto más leía, más preguntas”

Los padres, de educación y vida católica, recibieron esa noche un aluvión de preguntas de Shane: ¿Por qué creéis en Jesús? ¿Cómo sabéis que era el Mesías? Si Él era el Mesías, ¿por qué creemos que es Dios también? ¿Cómo podéis estar tan seguros?

“Es una cuestión de fe, Shane”, le respondieron. “No es algo que se puede probar absolutamente, es algo que sabes en tu corazón”.

Hermoso y sincero, reconoce Shane … pero de ninguna ayuda para él.

Así que, en las siguientes semanas, Shane devoró la World Book Encyclopedia que estaba en su casa, leyendo todo lo posible sobre cristianismo y judaísmo.

También amplió su curiosidad al hinduísmo, el budismo y el islam.

Pasaba horas en la sección de Filosofía de la biblioteca local buscando autores “con autoridad”. Pero pronto se dio cuenta de las lagunas que existían entre ellos: mientras unos defendían la reencarnación, otros se reafirmaban en la resurrección; mientras unos hablaban de la gracia, otros abogaban por el karma; y así un largo etcétera.

“Cuanto más leía, más preguntas tenía para mis padres", recuerda.

Buscando la verdad

“Cuanto más buscaba respuestas, más me daba cuenta de lo importante que era encontrarlas. O Dios nos ha dado reglas para vivir, o no lo ha hecho. O las decisiones que tomamos tienen consecuencias eternas, o no las tienen. O el cristianismo era cierto, o millones de personas estaban perdiendo el domingo por la mañana. Si Dios era el Creador y Juez de todos, quería saber lo que deseaba de mí”, explica.

En poco tiempo, Shane pasó de cuestionarse cuál era la religión verdadera a preguntarse cómo podía estar seguro siquiera de que había un Dios.

La opción le parecía posible. Pero lo único que podía ver es que una vida fuera de Él significaba soledad y vacío: “Necesitaba saber si había un Dios que me amaba. Sólo quería saber si podía contar con ser amado. Si tuviera eso, estaría dispuesto a hacer lo que Él me pidiera sin importarme que la gente pensase que era un fanático religioso”

Dos pasos hacia delante, uno hacia atrás

Un día, Shane pasó por la cocina y decidió, una vez más, poner a su padre contra las cuerdas: “Papá, dime una vez más por qué crees en Jesucristo”, le dijo. “Shane, Jesús te ama tanto que llora por ti. Te quiere, pero tú no quieres volver a Él”, le dijo con el rostro entristecido.

Y en ese momento Shane pudo ver en el rostro de su padre al mismísmo Jesucristo, llorando por Él. “Me eché a llorar. Sucedió en un instante, fue como un flash en mi mente”, explica.

No era la clase de evidencia que había estado buscando -objetiva, verificable, libre de emociones- y sin embargo era personalmente innegable. Han pasado más de veinte años desde ese día y sigo sintiendo las repercusiones”, admite.

Desde ese momento, Shane tuvo el convencimiento de que Jesús de Nazaret estaba vivo, corporal y espiritualmente vivo, y que le amaba.

Con evangélicos y pentecostales

Su hambre de conocer se hizo aún mayor y empezó a leer libros de Billy Graham, fundador de una escuela evangélica, y de Hal Lindsey. “Lindsey me convenció de que la Iglesia católica había malinterpretado seriamente el modo en que Jesucristo nos salva”, explica.

En pocos meses Shane estaba acudiendo a reuniones con los Pentecostales, fascinado por su energía y su carisma, por la música y el ambiente.

“¡La falta de inhibición que las personas sentían al regocijarse ante Dios era tan diferente de mi experiencia de la misa católica hasta ese momento! Veía a los católicos atrapados en lo externo: confesión, la Virgen María, el Papa… Me parecían obstáculos directos para la relación con Dios. En la iglesia pentecostal a la que acudía no había normas ni obligaciones, ni siquiera no acudir a Misa era un pecado, para ellos la Biblia debía ser interpretada literalmente”.

Sin embargo, Shane también encontró una gran inconsistencia en esta iglesia: “La única doctrina católica que nunca dudé fue la presencia de Jesús en la Eucaristía. Me sorprendió que esta iglesia pentecostal no confesional, tan literal en su interpretación de otros pasajes de la Biblia, se se mostrara inconsistente en éste: Éste es mi cuerpo, ésta es mi sangre”.

La primera Eucaristía real

Un viernes Shane fue, como tantos otros, a una Eucaristía católica. Sin embargo, ese día sucedió algo especial en la comunión. Sintió verdaderamente, y no sólo intelectualmente, que Jesús venía a él.

“Esta venida de Jesús es parte de la realidad de la Eucaristía, nunca lo había experimentado así”. A partir de este momento Shane se confirmó, fue aceptando una tras otra las verdades que proclama la Iglesia católica, se casó y hoy es padre de dos hijos.

“Lo que mi propia experiencia me ha enseñado es que en realidad no hay un conflicto entre la fe del credo o dogma y una relación viva con Dios. Donde está la Iglesia allí está el Espíritu de Dios, y donde está el Espíritu de Dios, la Iglesia y toda gracia”.

Shane Kapler cuenta su experiencia en el blog justacatholic.blogspot.com y además es autor de The God Who is Love: Explaining Christianity From Its Center (El Dios que es Amor: Explicar el cristianismo desde su centro).