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1 de diciembre de 2010

ADVIENTO Y NAVIDAD

EL ADVIENTO Y LA NAVIDAD

Ante todo recordemos que la Navidad es una fiesta eminentemente CRISTIANA. Si alguien celebra otra cosa, entonces COINCIDIRÁ en el tiempo su celebración con esta nuestra conmemoración del NACIMIENTO de Cristo, pero NO CELEBRA LA NAVIDAD. Tal vez en nuestros países de Latinoamérica aún hay la noción –aunque vaga-- de que Navidad es igual a Nacimiento de Cristo. En muchos países de Europa es sólo la temporada del invierno.

En gringolandia ya no es “políticamente correcto” decir “Feliz Navidad” porque –dicen los secularistas, los que niegan la existencia de Dios-- se podría ofender a la otra persona si es que no celebra esta fiesta cristiana... es el colmo. Los cristianos no podemos osar celebrar lo nuestro porque los demás se ofenden... pero los demás pueden celebrar lo que quieran y mofarse de lo que quieran, AUNQUE NOSOTROS NOS OFENDAMOS... Suena un poco a FANATISMO Y DISCRIMINACIÓN. No puedo dejar de pensar en las actitudes discriminatorias con las que Hitler empezó a construir su persecusión y exterminio del pueblo judío: Todo lo que fuera judío le molestaba y lo prohibía para luego reprimirlo... Hoy todo lo que es cristiano se empieza a prohibir y a reprimir, sobre todo en el campo de la cultura y los Medios. Hay un parecido cada vez mayor.

Volviendo: El Adviento es el tiempo litúrgico en el que la Iglesia busca nos preparemos (nosotros los que queramos) a celebrar EL NACIMIENTO DE CRISTO. Son casi 5 semanas en las que La Palabra de Dios nos expone el mistrerio de la Redención, en voz de los Profetas y Apóstoles.



La dinámica de todos los tiempos litúrgicos es esta: EN EL PRESENTE recordamos y conmemoramos EL PASADO, para seguir caminando en la vida y prepararnos AL FUTURO, es decir a la segunda venida de Cristo. Segunda venida de Cristo que puede ser el fin del mundo (si, el fin del mundo anunciado en Las Escrituras) o el que lo encontremos después de nuestra muerte, que no necesariamente coincidirá temporalmente hablando con ese fin del mundo. Esa es la dinámica del “Maranatha” o “Ven Señor Jesús”.

Dejemos, entonces, bien claro que celebrar la Navidad es celebrar el Nacimiento de Nuestro Salvador, de Cristo. Por desgracia esta celebración se ha ido “diluyendo” y se le ha impregnado (gracias a esta cultura capitalista) de tinte consumista y materialista. Nos han vendido la idea de que tener una FELIZ NAVIDAD es estar contentos porque hemos recibido regalos materiales costosos y que nos hacen sentir bien... poco a poco entonces NOSOTROS NOS HEMOS IDO CONVIRTIENDO EN EL CENTRO DE LA NAVIDAD. Ya no es Jesús –venerado en el pobre y el necesitado que recibe un regalo para reconocer en Él la presencia divina-- sino nosotros mismos los que estamos en el centro de esa celebración... así resulta que Jesús es el ausente DE SU PROPIA CELEBRACIÓN. La Navidad, por desgracia se ha convertido en un pretexto pseudoreligioso para el consumismo y para reactivar la economía.

No podemos seguir fomentando en forma sentimentaloide la especie de que los niños son el centro de la Navidad... si no es Jesús, insisto, entonces celebramos las fiestas del invierno (aquí en el hemisferio norte) pero no la Navidad. Tenemos que rescatar para Cristo esta fiesta.

Y para esto el Adviento es un buen tiempo. En las lecturas de la Misa iremos haciendo un recorrido por lecturas que nos recuerdan el sentido de espera del Mesías que desemboca en el Nacimiento de Cristo, llegada “La Plenitud de los tiempos” como leemos en la Carta a los Hebreos.

En este Adviento reflexionemos sobre lo nefasto de la figura de Santaclós, una deformación abominable de San Nicolás. No tiene nada que ver con la Navidad. Santaclós es un vendedor de refrescos ideado por la Coca-Cola para reactivar sus ventas en la época en que menos vende, el invierno. Precisamente es esta figura la que más ha paganizado la celebración de la Navidad.

Durante este Adviento, piense en cómo hará para celebrar a Cristo –en la Navidad-- y no a Usted mismo o a los niños o a la familia. Si, que sea ocasión de unión familiar y de alegría, pero CRISTO EN EL CENTRO DE LA CELEBRCIÓN. Piense en un regalo para el festejado: Cristo que nace en Belén de Judá.




PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.


1 comentario:

  1. JOSE DE JESUS QUEZADA1 de diciembre de 2010, 18:40

    Definitivamente tienes mucha razon en tu articulo. Y unas de las cosas que debemos hacer mas enfasis es que no hay NAVIDAD sin Cristo. El es el celebrado y nososotros los celebrandos. Hay que llamar al pan pan y al vino vino. No hagamos arroz con leche sin arroz. Esto lo puedo ver en este pais en el que vivo. En mi trabajo e el mes de diciembre tenemos el "lonche de navidad" pero nadie se acuerda o nos acordamos que es lo que celebramos. El dueno habla de sus ganancias o sus perdidas durante los pasados meses y nosotros los obreros sobre que? no se. Por seguridad no de Cristo. Simplemente sera la conclusion de un ano mas.
    Si las casas muy bonitas llenas de luces navidenas.Pero como estara el alma de sus habitantes..quiza con telaranas del no lejano hallowen pasado. En fin es tiempo de abrir las puertas de nuestro corazon a Cristo. Estar listos desde hoy, desde este momento...no esperar al dia de navidad, quien nos asegura que llegaremos ahi.

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