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30 de julio de 2012

LA IGLESIA MASACRADA EN CAMBOYA TRAS LA DICTADURA GENOCIDA DE POL POT


Kike Figaredo: «La Iglesia de Camboya es una Iglesia mártir, fue arrasada totalmente»




TOMADO DE RELIGIÓN EN LIBERTAD



María Lozano entrevistó a monseñor Enrique Figaredo Alvargonzález, S.I., prefecto apostólico de Battambang en Camboya, para el programa semanal de radio y televisión Donde Dios llora, producido por la Catholic Radio and Television Network junto con la fundación pontificia de caridad católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.



Usted entró en el noviciado de la Compañía de Jesús a los 20 años en Madrid. ¿Por qué y cuándo fue el cambio a Camboya?



Yo buscaba un encuentro con Dios y lo tuve en mi noviciado y lo tuve cuando estaba estudiando filosofía. Pero cuando acabé la carrera económica, mi razonamiento era que quería poner los rostros a esos números que había estudiado en la carrera, así que le dije a mi provincial que quería ser voluntario para refugiados y aprender de esas personas. Pensé que los refugiados eran los que me iban a enseñar cómo es ese Jesús, ese Cristo sufriente. Estaba preparado para cualquier cosa y de repente me llegó una carta de Bangkok, del Servicio Jesuita para los Refugiados: “Te esperamos aquí el 1 de septiembre”. Esa carta llegó en mayo, todavía no había hecho los exámenes de fines de carrera y me puso muy nervioso…



Además Camboya estaba aún en guerra…



Sí, sí…, tuve que mirar en el mapa cómo era aquello. Las primeras fotos que vi de camboyanos estaban todos con el cromá, con esta prenda que llevo. El cromá es un pañuelo, un fular que en Camboya es multiusos, se usa tanto para el sudor como para taparte del sol, como toalla, o como hamaca para que duerman los pequeños. Si tuviéramos que escoger un símbolo de Camboya para identificar al pueblo camboyano, tendríamos que escoger al cromá. Cuando yo llevo este cromá es un poco como llevar a Camboya conmigo.



Usted llega en septiembre de 1985 a Camboya que estaba en guerra, ¿cuál fue su primera impresión?



Bueno, primero, miedo, muerto de miedo. Cuando fui a los campos de refugiados fue una odisea. Había que pasar cinco controles militares y cada vez que pasabas un control militar, las cosas se hacían como más oscuras: los militares vestidos de negro, poco sonrientes, te pedían tus papeles de una manera muy violenta. Cuando llegué a la puerta del campo de refugiados -eso nunca lo olvidaré- se abrió el paso a nivel y entramos. De repente vi niños, muy mal vestidos, descalzos, ¡pero alegres! Recuerdo mucha alegría, vida…vida, vida en plenitud aunque vivían encerrados en un campo de refugiados, digamos como prisioneros de guerra.



¿Y qué pasó entonces?



Entonces fui a visitarles y me recibió Jhaimét, que era el jefe, como el líder de ellos. Me acuerdo muy bien: estaba de pie con sus muletas, le faltaba una pierna, la otra la tenía malherida y le faltaba un ojo. Yo no hablaba en camboyano, pero había un chico que me tradujo. Me dijo: “He oído que vienes a ayudarnos”. Y yo -muerto de miedo-: “Sí, sí…”. Y dice: “Pues no te preocupes, te diré qué es lo que necesitamos”. En ese momento sentí una paz impresionante, por decir así, la voz de Dios era Jhaimét que me decía: “No te preocupes, aquí te acogemos, te queremos…”



Camboya es un país de una mayoría budista, o sea que en estos campos de refugiados la mayor parte de la gente también son de religión budista ¿no?



Sí, mayoritariamente budistas. Por supuesto que hay católicos, pero pocos. Además la guerra se encargó de que desaparecieran. Mucha gente fue asesinada: sacerdotes, obispos, todo el mundo… En los campos quedaba como un pequeño resto de Israel, de cristiandad, pequeñas familias, muchas veces sin cabeza de familia. En la mayoría era una viuda, a veces no había ni esa cabeza de familia, eran hijos de católicos pero sin gran formación y ellos también requerían una ayuda especial.



En la ceremonia de toma de posesión de la Prefectura Apostólica, hubo una superviviente que dio su testimonio y habló de la iglesia de Camboya como “una iglesia que en los últimos treinta años había sido una iglesia de lágrimas y sangre”. Se refería a la persecución de los jemeres rojos de Pol Pot, a lo que está usted haciendo referencia… ¿La Iglesia de Camboya es una iglesia mártir?



Sí, es una Iglesia mártir. La Iglesia de Camboya fue arrasada totalmente. Todos nuestros líderes, como le decía antes, los obispos, los sacerdotes, las religiosas, los muchos catequistas fueron asesinados. El que no fue asesinado murió de hambre o de enfermedad y la comunidad quedó muy mal. Hoy en día tenemos dos sitios en Camboya en donde nos acordamos de los mártires. El 7 y el 8 de mayo nos acordamos de ellos. Pero en la memoria de estos mártires también crecemos en fe, porque han sido personas que murieron con la fe viva. El obispo Paul Tep Im Sotha, primer prefecto apostólico de Battambang, al que yo sucedo, dos días antes de morir celebró una misa, dio la bendición a todos y les dijo: “Malos tiempos vienen, cuidad de vuestra fe, cuidad la fe de unos a otros”. Se acabó la misa, salió en coche y lo asesinaron. El obispo Joseph Chhmar Salas, de Phnom Penhg, fue nombrado obispo cuatro días antes de que los Jemeres Rojos entraran en Phnom Penhg; su obispado fue en los campos de los arrozales…



…Que eran como campos de concentración…



Eso es, y en esos campos de concentración él ejercía de pastor y visitaba a los católicos. Rezaba y celebraba la eucaristía con muchísimas limitaciones, pero lo hacía. Cuidaba de su gente como una persona pobre y terminó muriendo de hambre y de enfermedad. Después de su muerte, su cruz pectoral la recogieron sus padres, y la gente se reunía a rezar en torno a la cruz pectoral del obispo Salas.



Un testimonio que a usted le debe dar mucha fuerza ahora que si bien ya no es -gracias a Dios-, una iglesia mártir, aún sigue siendo una iglesia que sufre necesidad…



Así es. Después de Pol Pot vino un régimen comunista pro-vietnamita que hizo sufrir mucho a la gente, que no dio libertad religiosa, por lo que la gente siguió padeciendo y sufriendo en pobreza y sufriendo por libertad. Y bueno, la memoria de todos nuestros mártires nos da mucha fuerza porque los hemos visto entregándose en el sufrimiento, y nuestros católicos también han pasado por muchísimo sufrimiento y hoy dan testimonio con su vida.

25 de julio de 2012

SÓLO POR LA EVANGELIZACIÓN SE ANUNCIA A CRISTO

RALPH MARTIN, EL ANTIGUO ATEO Y EXPERTO EN NIETZSCHE, QUE PIDE UN NUEVO ‘PENTECOSTÉS’

TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD

Ralph Martin era un estudiante ateo norteamericano, con una tesis sobre Nietszche, que se convirtió al catolicismo en un Cursillo de Cristiandad, en 1964.

Al nacer la Renovación Carismática Católica en 1967, Martin fue uno de sus primeros difusores e iniciadores. Es padre de familia con tres hijos ya crecidos. En la Renovación Carismática de EEUU, Martin ha hecho de todo y ha sido uno de sus coordinadores mundiales. Ha podido ver como se extendía: nació como un grupo de 20 estudiantes y hoy ha impactado a más de cien millones de católicos y reune a más de 20 millones en grupos de oración de reunión semanal.

En los últimos años Martin ha sido uno de los responsables de la plataforma internacional de evangelización Renewal Ministries (www.renewalministries.net). Además, es un enamorado de los místicos españoles.

El año pasado fue elegido como uno de los 25 asesores del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, pero no por lo que inició en los años 60, ni para representar a los carismáticos (hay otros 3 carismáticos en el Consejo). Está allí por una novedad: su trabajo de los últimos cinco o seis años en el seminario de Detroit, donde es director de Evangelización de la Sacred Heart School of Theology de Detroit

Un seminario lleno de vocaciones En una diócesis con 1,5 millones de católicos el seminario ha empezado el curso con 119 seminaristas (pensemos que Barcelona, con 2,3 millones, o Sevilla, con 1,7 millones, tienen solo unos 30 seminaristas cada una). De ellos, la mitad viene de ambientes carismáticos. Y otro 30% se “carismatiza” en el seminario.

Se entrena sistemáticamente en el uso de dones y carismas, desde la práctica. Martin explica en la revista GoodNews, de los carismáticos ingleses, que “hace diez años era imposible”. Más aún, ahora la diócesis le pide entrenar a 200 empleados diocesanos. Hemos querido entrevistarle sobre estos aspectos.

- ¿Hasta qué punto podemos decir que el seminario de Detroit está “carismatizado”? - Somos afortunados de tener cierta cantidad de profesores y estudiantes profundamente impactados por la Renovación Carismática y aportan esta riqueza a sus clases, su vida personal y sus ministerios. La Renovación ha sido una fuente de vocaciones para la Iglesia en EEUU y en muchos otros países. Nuestro objetivo en el seminario no es que la gente se sume a un movimiento, sino que entienda aquello que atrae nuestra atención a realidades y experiencias que pertenecen a todos los católicos y necesitan ser parte de cualquier educación integral.

- ¿Es Detroit el seminario con más estudiantes de EEUU? - No, pero este año, al empezar con 119 alumnos, nos poníamos al nivel del año 1973. Además, tenemos 350 estudiantes laicos y candidatos al diaconado permanente.

  • El antiguo rector del seminario, el padre Jeffrey Monforton, ha sido designado ahora como obispo de Steubenville, donde está la muy carismática Universidad Franciscana. ¿Es un reconocimiento por su apertura a la Renovación?

  • No sé cual es su contacto personal con la Renovación, pero el obispo electo Monforton siempre ha dado apoyo a la dimensión carismática que está presente en los cursos apropiados del seminario y en otras actividades. Será un excelente obispo para Steubenville y estoy seguro de que su nombramiento tiene en consideración a la Universidad Franciscana, con su ortodoxia dinámica, inspirada en la Renovación. - ¿Qué diría usted a obispos reticentes con “esas cosas carismáticas” o los que dicen “yo sólo doy a mis seminaristas espiritualidad diocesana”?

  • Pienso que tenemos gran necesidad de “poder de lo Alto”. No creo que tengamos una nueva evangelización floreciente si no tenemos una experiencia de Pentecostés más profunda.

- La nueva evangelización, ¿es cosa de métodos? ¿O, más bien, de movimientos eclesiales? - La Iglesia tiene grandes documentos, pero a menudo no se atienden los pasos pastorales prácticos que llevan a su aplicación efectiva. Cursos Alpha, Cursillos de Cristiandad o los Seminarios de Vida en el Espíritu, y otros, son métodos buenos y prácticos para ayudar a que la gente conecte con nuestra hermosa teología.

- ¿Qué papel tienen los grupos pequeños o células en la nueva evangelización? - Los grupos pequeños son una parte muy importante de muchos movimientos y es necesario que en el futuro se ofrezcan a un abanico de católicos mucho mayor, si queremos ayudarles a resistir la incansable cultura secularizadora. Yo mismo me beneficié mucho de unos grupos pequeños inspirados por Cursillos de Cristiandad, que es otro de los dones de España a la Iglesia universal. Precisamente, en España, la editorial de la Conferencia Episcopal está a punto de publicar mi libro La plenitud de todo deseo: una guía para el viaje hacia Dios basado en la sabiduría de los santos. Espero que ayude a muchos a profundizar en su fe.

24 de julio de 2012

¿POR QUÉ SAN JUAN NO RELATA LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA?

Nueva hipótesis sobre uno de los grandes misterios del Nuevo Testamento

TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD

Durante siglos, los exégetas y estudiosos de las Sagradas Escrituras se han tropezado con un misterio sin aparente solución: los Evangelios sinópticos (San Mateo, San Marcos y San Lucas) incluyen un relato de la institución de la Eucaristía, y sin embargo el de San Juan no, a pesar de que dedica cinco capítulos -mucho más que los otros evangelistas- a la Última Cena y al sermón de Nuestro Señor en ella.

Ahora parece que la solución ha sido encontrada o, al menos, una hipótesis verosímil. Sintetiza 35 años de estudios de monseñor Anthony La Femina, canonista y teólogo que trabajó durante años en el Pontificio Consejo para la Familia, y que ha escrito un libro, Eucharist and Covenant in John’s Last Supper Account [Eucaristía y Alianza en el relato de Juan de la Última Cena], reseñado por National Catholic Register. La legitimidad de la hipótesis viene avalada por el prólogo que presta a la obra el cardenal Raymond Burke, prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica y uno de los más leales representantes de la “línea Benedicto XVI” en la Curia.

La tesis de La Femina es que también San Juan relata la institución de la Eucaristía, pero de forma analógica en la acción de Jesús de lavar los pies a los apóstoles. San Juan “utiliza el recurso de la analogía para transmitir verdades sobre la Eucaristía que no son evidentes en otros relatos de la Última Cena”, afirma.

Para demostrar este aserto recurre a un estudio filológico griego y hebreo y a las conclusiones de otros estudios que han precedido al suyo, sobre el sentido teológico de las ceremonias de alianza de Dios con su pueblo.

Según La Femina, el lavatorio incluye en el Evangelio de San Juan idénticas circunstancias, atributos y efectos que la Eucaristía en los sinópticos, incluida la orden de repetir la acción, signo de la muerte de Jesús, así como el entorno físico y teológico, el orden de los hechos y la secuencia de las palabras.

En su opinión, todo el relato de San Juan de la Última Cena remite a las tradiciones del Antiguo Testamento para el establecimiento de una alianza y eran reconocibles por los contemporáneos de Jesús. La Femina estudia esa correspondencia versículo a versículo.

Hay una continuidad, pues, entre la Antigua Alianza y la Nueva Alianza, y en ese contexto el mandamiento nuevo (“amaos los unos a los otros como yo os he amado”) tiene una implicación eucarística directa: “Además de ser apostólico, el mandamiento nuevo es esencialmente eucarístico: no sólo supone la alianza cristiana con el Padre en la vida y actividad del Hijo, sino también la unión con la vida y actividad de Jesús en el seno del sacrificio eucarístico”, concluye La Femina.

La idea de que, mediante el lavatorio de pies, San Juan pretende iluminar la naturaleza de la Nueva Alianza instituida por la Eucaristía, y lo que esto signfica (a través del mandamiento del amor) para todos los cristianos, es “sorprendente”, subraya la editorial dominica que ha publicado el libro; es “atractiva e innovadora, pero absolutamente compatible con la doctrina católica”, según el prestigioso teólogo dominico Aidan Nichols, profesor en Oxford y Cambridge y autor en 1988 de un estudio sobre la teología de Joseph Ratzinger; y es “un regalo para la Iglesia”, en palabras del cardenal Burke. Toda una invitación para la reflexión escriturística y teológica de los especialistas

5 de julio de 2012

RELATOS FRANCISCANOS 7

EL CONVENTO DE ZAPOPAN: UN LUGAR MUY ESPECIAL

Desde afuera se ve imponente y majestuoso: desde adentro compruebas que –aparte de eso– también es un lugar místico. Varias capillas, jardines, la Biblioteca. Pero también es una casa compleja, pues alberga las oficinas del Gobierno Provincial, el Archivo Histórico, la Imprenta Provincial (ya no existe), Enfermería, es posada de misioneros, Santuario Mariano y Estudiantado de Filosofía o Coristado (es decir lugar de residencia de religiosos de coro: destinados a las Órdenes Sagradas).

Por lo regular este Convento está habitado por más de cien religiosos de todas las edades, formaciones, pasados, presentes y futuros. Por supuesto que cada sección tiene su área física, pero se interactúa mucho, sobre todo en el ‘Refectorio’ (comedor). Los ‘Oficios’ que aquí encontramos por lo regular son: El Provincial, El Vicario Provincial, El Ecónomo Provincial (es el fraile que maneja los varos de la Provincia), El Secretario Provincial, El Guardián, El Vicario Conventual, El Ecónomo de la casa, El Sacristán Mayor de la Basílica, El Maestro de los estudiantes, El Vice-Maestro, El Director Espiritual, los Coristas, etc., etc.

Aquí conviven varias ‘Instituciones’ internas: La Curia Provincial, El Definitorio Provincial (es la reunión del Provincial, el Vicario y los Definidores que representan a todos los frailes), El Capítulo Conventual (al que pertenecen los hermanos de la comunidad local) y El ‘Coetus’ (al que asisten El Maestro, Vice-Maestro y Formadores).

Y dentro del ‘Coristado’ pues están los estudiantes de los tres años de Filosofía y por supuesto, como coordinador, el ‘Decano’ o ‘Bedel’. Ahhhh¡ Y en aquellos tiempos funcionaba a toda máquina el ‘Centro Pastoral Segovia’ con infinidad de Coros Juveniles y grupos de apostolado y misioneros.

LA FILOSOFÍA

¡Vaya que hay un gran cambio del Noviciado a la Filosofía! del cielo a la tierra. Ya la vida no será sólo oración y meditación… Nuestras materias de estudio pasan de “La Regla De San Francisco De Asís” a Metafísica, Antropología Filosófica, Existencialismo, Filosofía Latinoamericana y otras ‘de ese corte’. Ahora en especial a pensar, leer y confrontar, pero también a rezar (para no perder la poca fe que tenemos). Ahora a enfrascarse en las ideas y tesis de autores de los que nunca antes había oído hablar: Nietzsche, Sartre, Aristóteles, Platón, San Agustín, Santo Tomás De Aquino, San Buenaventura, Emmanuel Kant, Søren Kierkegaard, Schopenhauer, Hegel, Schelling, Karl Marx, Hölderlin, Vasconcelos, Justo Sierra, etc… ¡Me gusta!. Para muchos compañeros esta etapa fue en verdad una ida al desierto; gracias a Dios, para mi, es una delicia intelectual, un gran bocado que me abre más a la Cultura y el Conocimiento. Y me sorprende gratamente que no me cueste trabajo estudiar Filosofía.

MI CONVERSIÓN A MARÍA

Yo siempre he querido y respetado a María. Y para mi la advocación de Nuestra Señora de Zapopan es la más querida, desde mi infancia… Entiéndanme, crecí prácticamente ‘a la sombra de las torres de su Basílica’. Sí conozco otras advocaciones: Guadalupe, Del Refugio, Del Perpetuo Socorro, Fátima y Del Carmen. Pero para mi ‘La Virgen’ es la de Zapopan.

Ahora recuerdo que cuando tenía unos 8 años le pregunté a mi mamá: “Mamá, ¿Cuántas Vírgenes hay?”. Me respondió: “Nada más hay una”. Pensé por un rato, regresé y le dije: “Pero, entonces, ¿Por qué hay imágenes de la Virgen de Zapopan, de Guadalupe y Del Refugio?”. Pensó unos segundos y contestó, con voz fuerte (tal vez hasta molesta): “La Vírgen es una sola, pero la conocemos con muchos nombres y muchos vestidos, pero es una: María”… ¡Ahhhh muy bien entonces ya entiendo!, pensé.

Como para la mayoría de los habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara, el 12 de octubre de cada año era para mi un día de fiesta… Era el día de la Vírgen. Antes de ese día –desde hace creo más de cien años– su imagen recorre muchas de las parroquias; su visita –en cada una de ellas- es toda una fiesta: mucha gente, juegos mecánicos, mucho comercio, danzas, flores, pólvora, etc.

Algo que yo observé siempre y que me ‘molestaba’ era ver cómo esa gran devoción a María no se traducía en una mejor vida cristiana: mucho ruido y pocas nueces. Por ello yo decía que el ‘exagerado’ culto popular a María (en su advocación de Zapopan) no se debería de fomentar sino más bien habría que evangelizar y catequizar a tanta gente. No es que fuera ‘anti-Mariano’ pero si creía que llevar la imagen parroquia por parroquia no ayudaba al Pueblo; un Pueblo que no gusta del esfuerzo ni del compromiso, que no ‘se muere’ por conocer más a Jesús. No veía –ni entonces ni ahora– un esfuerzo serio de parte de la Iglesia por evangelizar en serio… En fin. Por todo lo anterior, no me simpatizaba mucho lo de las visitas de la imagen de La Vírgen. Pues ¡Cómo son los caminos de Dios!. Me nombraron ‘chofer de la Vírgen’; me tocó llevarla –junto con el hermano encargado de resguardar su imagen– a recorrer muchas parroquias. ¿Qué les parece?.

Ahora les narro un gran acontecimiento que me cambió: El último día de su peregrinar por las parroquias –el 11 de octubre– recorre el Mercado Corona (que está en el centro de Guadalajara) para luego llegar a la Catedral y así salir el día siguiente (a las seis de la mañana) hacia su Basílica. Bueno pues antes de entrar a la Catedral, en las últimas escalinatas de la puerta lateral derecha, nos dice el P. Guardián a Fray Lucas y a mi: “Den la bendición con la imagen”. Y así lo hacemos: entre los dos tomamos la imagen y trazamos la señal de la cruz con ella sobre la multitud. Pude sentir con mucha fuerza y claridad cómo –desde el centro de la imagen– salía una especie de energía hacia la multitud fervorosa; esa energía me traspasaba para ir a tocar a la gente; también pude ‘visualizarla’ como si fueran rayos que se perdían en la gente tan pronto la tocaban… Al mismo tiempo pude apreciar cada rostro –de esos miles de personas que estaban ahí hincados– como si no hubiera alguien más sino solo la persona que en forma extraordinaria estaba yo visualizando… Esos segundos los viví como si hubieran sido muchos muchos minutos… A pesar de que han pasado 22 años no he olvidado esta extraordinaria experiencia. Entendí: Dios se vale aún de la ignorancia o la fe sencilla para llegar a su Pueblo… Claro: DE TODOS MODOS URGE EVANGELIZAR…