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23 de mayo de 2012

RELATOS FRANCISCANOS V

EL NOVICIADO

¡No me lo van a creer! pero ha sido, para mi, una de mis mejores épocas en la vida. Me gustó tanto que estuve en esta etapa más de una vez (en serio, no es chiste, ingresé en tres ocasiones). La primera vez en Agosto de 1986, la segunda reingresé en Diciembre del mismo año… Y la última en Agosto de 1989 (y por desgracia ya nunca más estaré) para –finalmente– profesar el 15 de Agosto de 1990. De modo que tengo dos grupos y estuve bajo la tutela de dos Maestros: el P. Fray Guillermo Téllez-Girón Gil (+) y el P. Fray Alberto Campos Hernández, Obispo de la Prelatura de San José Del Amazonas en el Perú.

Seguramente para los que no están muy metidos en el ‘mundo eclesial’, ya –apenas aquí– surgen varias preguntas: ¿Qué es el Noviciado? Es la etapa inicial en la que el candidato (o candidata) ingresan como religiosos a una Orden o Congregación, pero en ‘probación’; el mínimo canónico es de un año y hasta tres, según el derecho propio de cada instituto. Y ¿Qué hace un Maestro de Novicios? Bueno es el formador principal (el equivalente en el seminario diocesano al prefecto) y además coordina el equipo formador. ¿Prelatura? Un territorio o jurisdicción, que no es totalmente autosuficiente en recursos, que está bajo el cuidado y autoridad pastoral de un ‘Prelado’ que, por lo general, es un obispo; las Prelaturas están ‘auspiciadas’ por La Santa Sede y por alguna Orden o Congregación. Advierto: las definiciones que he dado no son exhaustivas, pero si descriptivas suficientemente.

AL FIN: NOVICIO DE SAN FRANCISCO

Bien, es claro que no soy franciscano sino diocesano. ¿Qué me atrajo de la vida franciscana? Varias cosas como el carisma de la pobreza evangélica, la dimensión ecológica del franciscanismo y la tendencia a la misión. ¿Qué me espantó? ¿Por qué no estoy allá sino acá? No tengo las suficientes habilidades para la vida de comunidad; una lástima, pues siempre creí que ser franciscano era lo mío. Aunque soy franciscano de corazón y estoy muy agradecido con la Orden.

Volvamos al Noviciado. Se inicia, entonces, con la ceremonia de “La Toma de Hábito” (y no crean que es un brindis inicial por eso de ‘toma’ ni el inicio de algo malo por eso de ‘hábito’). Es presidida por el Provincial, el Maestro de Novicios y el Guardián (el Guardián es el superior de la Casa Religiosa). El día de La Toma de Hábito es el primero en el que tu vestimenta es el Santo Hábito Franciscano y recibes el título de “Fray” (fratello en italiano o hermano). Es por supuesto una Ceremonia muy emotiva para todos: los novicios y sus familias, la Provincia (en este caso la de “Los Santos Francisco y Santiago en el norte de México). En Guadalupe (Zacatecas) era un gran acontecimiento. El Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe lucía a reventar, como cada año por la fecha; el Coro que encabezaba la animación del canto era el "Margil”, aunque para esa especial ocasión se conformaba un gran coro, participando muchos de los integrantes de todos los demás.

En el momento de la “vestición”, recuerdo que entonaron el canto “DEJA TU PATRIA”, que narra la “Vocación de Abraham”, cuando Yahweh-Dios lo invita a dejar su patria e ir al desierto en pos de la tierra prometida. Nunca olvidaré ese canto, pues me hace pensar –aún ahora después de 26 años– que para que el creyente ‘llegue’ a la ‘tierra prometida’ necesitará, invariablemente, confiar en El Señor y esperar con paciencia a la cristalización de las promesas. De alguna manera era para mi una ‘descripción’ del sendero por el que caminaría toda mi vida. Y hasta este día, ese canto me sigue diciendo que el camino siempre lleva hacia adelante —aunque parezca que en momentos nos podemos perder— si confiamos en El Señor.

LA VIDA DIARIA

EN LA MAÑANA

Se iniciaba a las 5:45 am, cuando el campanero te despertaba cantando (aunque a veces, según las habilidades del susodicho, en vez de cantando era “berreando”). Y ¿Cuál era el canto?. Claro que no era una canción de moda ni el Himno Nacional o La Marcha de Zactecas (¿Qué tal que nos multen por cambiar la letra?). Los “Benditos” era ese primer contacto con la realidad de un nuevo día; su letra era una en la mañana y otra en la noche. El “Bendito” matutino decía (a ver si me acuerdo):

“Bendito y alabado sea el SANTISIMO Sacramento del altar/ La gloriosa Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Maestro y Salvador, Jesús/ y los dolores de su Purísima Madre/ María Santísima, concebida sin la culpa del pecado original/ a Laudes, padres y hermanos/ que es hora de alabar a Dios y a su Santísima Madre” (más o menos de eso me acuerdo).

Luego el campanero iba y tocaba fuerte cada puerta hasta que el morador desde adentro –muchas veces entre ronquidos– decía: “Ave María Purísima”; el campanero contestaba a la jaculatoria: “Sin pecado original concebida”. Y entonces teníamos media hora para levantarnos, lavarnos los dientes, vestir el Hábito e ir a la Capilla del Noviciado.

Nos dividíamos en dos coros y rezábamos ‘Las Laudes’, luego la meditación y por lo regular la Misa; aunque en ocasiones asistíamos en la tarde o al mediodía en el Santuario, con el pueblo de Dios. Acto seguido el desayuno, como a eso de las 8 am; y desde las 8:30 a las 9:00 los aseos de casa, para iniciar luego las clases, no recuerdo si a esa hora o a las 9:30 teníamos 4. Por supuesto a las 12:00 rezábamos el “Angelus” que dice así:

  • EL ANGEL DEL SEÑOR ANUNCIÓ A MARÍA. R- Y concibió por obra del Espíritu Santo. (Ave María)
  • HE AQUI LA ESCLAVA DEL SEÑOR. R- Hágase en mi según tu palabra. (Ave María)
  • Y EL HIJO DE DIOS SE HIZO HOMBRE. R- y habitó entre nosotros. (Ave María) Y luego una Oración final.

De las clases, mis favoritas eran FRANCISCANISMO y CANTO. El Guardián era el P. Fray Junípero Mata, quien también nos ensayaba y enseñaba en la clase de CANTO. Al mismo tiempo nos daba ‘clases’ de pobreza franciscana cuando cortaba las servilletas en cuatro… Para ‘ahorrar’. La verdad es que si me defendía muy bien a la hora de cantar: tenor puro y bueno (bueno eso me dijo el padre Juni). A otros los mandaban mejor a la cocina, cuando se veía que no había posibilidades de cantar decentemente: “Fray, este, bueno, mejor, no te ofendas, véte a la cocina a ver en qué ayudas”. Esa era la frase para los de garganta ‘irregular’.

POR LA TARDE Y NOCHE

Después de la comida (13.00 hrs) venía la siesta (que yo nunca dormí, pues me parecía tiempo perdido) y luego para las 15.00 rezábamos Oficio de Lectura y Vísperas en el coro del Santuario. Para ir al Coro del Santuario, nos formábamos en el claustro superior y, en dos filas, nos dirigíamos hacia allá, por lo que ahora es el “Museo”; toda esa porción enorme formaba parte de lo que el gobierno “expropió” a la Orden (y que bueno porque darle mantenimiento es muy caro). Ahí en ese Museo hay una gran colección de pinturas de los tiempos de La Colonia. Muchas de las veces había un buen número de turistas, sobre todo extranjeros… Nos tomaban muchas fotos. Y no es por nada, pero se “horrorizaban” al ver tanto joven tirar su vida ‘a la basura’, los llegue a escuchar. Ya en el Coro, ocupábamos los sitiales antiguos y rezábamos con nuestra liturgia en mano. El Coro en verdad que tiene una acústica sorprendente. Me gustaba mucho rezar en ese maravilloso sitio.

Después regresábamos al Convento y teníamos un momento de trabajo manual, lavar nuestra ropa, arreglar los jardines, barrer las azoteas, hacer deporte, aseo personal y estudio. A eso de las 7.00 pm rezábamos Vísperas ya en nuestra Capilla interior. Luego la cena a eso de las 8.00 pm, convivencia y a las 9.45 pm a rezar Completas y a las 10.00 todo mundo en silencio a su celda (y no crean que nos esposaban, por lo de celda) y a dormir.

OTROS ASPECTOS DE LA VIDA DIARIA

LA COCINA

Para mi, el que me tocara la cocina, (y a todos nos tocaba una semana a vuelta de lista) era la muerte. Como yo no era “bueno para cocinar” ni sabía hacer “postrecitos” pues me tocaba lavar la loza, que consistía en un sinnúmero de ollas y peroles del tamaño de un tinaco, aparte de muchas cucharas y cucharones ¡Que pesadilla!. Pero lo más aburrido de la cocina era hacerles sus antojitos y recetas a ‘los padrecitos’: que el padre fulanito no come grasa (y luego te enterabas de que iba con una familia y tragaba chicharrones, mole, guacamole y helado… Grrrrrr¡¡¡¡), que el padre zutanito SÓLO come verduras, que el padre perenganito quiere licuado, que al Guardián no le gustan las tortillas, que las conchitas son para fray x… Muy muy complicado, en verdad.

LA SACRISTÍA

El mejor oficio era el de sacristán auxiliar del Santuario… Veías a la gente y a veces te tocaba algún refresco y hasta algún gansito o dulce. Además de eso, te enterabas de la vida de la gente y las familias allegadas al convento y hacias amistades. Se antojaba estar en la sacristía, pues aparte de lo anterior, aprendías desde como se llamaban los ornamentos y vasos sagrados.

BARRER LA CALLE

A mi nunca me había agradado tanto mantener la calle aseada. Amaba las escobas. Un tiempo barríamos la calle, y nos gustaba mucho, porque todo mundo te saludaba y de alguna forma te conectabas con la vida del pueblo… En ocasiones se te iba más en platicar que en barrer. Bueno, barríamos la calle hasta que –como dicen en los cuentos– un buen día, el Maestro se enteró de que un novicio tenía “novia” (bueno si rima ¿No? Novia con novicio, más o menos suena…). Perdimos ese trabajo y oportunidad de convivencia con las personas.

DEPORTE

Por supuesto que haciamos deporte adentro en el Convento y los miércoles afuera en un campo cercano. El deporte favorito era el fut-bol y un poco el basket-bol. La verdad que unos siempre le sacaban al deporte y por eso estaban gordos y achacosos. En el Convento teníamos mancuernas, pesas, escaladora, bicicleta fija, en fin, todo un gimnasio. Y también una cancha de basket-bol.

Pero lo que más nos gustaba era ponernos nuestros tenis y pants y caminar y caminar. Ir al cerro admirando el paisaje y subir. En ocasiones nuestros paseos, aparte de deporte, eran ocasión de convivir con nuestro pueblo. Comíamos lo que nos daban: mole, sopa de arroz, gorditas, nopales, tunas, frijoles, agua fresca. Ojalá que muchos hayan recibido buenos testimonios de nuestra parte.

ANDAR EN LA CALLE

Las oportunidades de salir en verdad eran pocas, y por ello, preciosas e invaluables. Para que les digo que no, pero TODOS éramos medio faroles, pues nos encantaba caminar por el pueblo luciendo nuestro Hábito. Era motivo de gran orgullo, en buen sentido. Nos admiraba la gente, pero sentías también el compromiso de la entrega; de alguna manera te dabas cuenta de lo grave que era portar el Santo Hábito Franciscano. Enfermarte era una bendición porque tenías la oportunidad de ir a Zacatecas con el médico, ir a la farmacia, caminar, comprarte un helado, un periódico. Por desgracia nunca me enfermé. ¡Qué contradictorio! Pero ibas al Noviciado a estar encerrado con Dios y querías salir… Pues si, así somos, sobre todo cuando estamos en plena juventud.

LAS CELDAS

Tenemos que hablar de celdas, aunque no se trata de cárcel. Ese es el nombre que reciben las habitaciones de los religiosos, de las órdenes mendicantes (franciscanos, dominicos, agustinos, jesuitas, mercedarios, etc) y también de los monjes. En el Noviciado, eran unos cuartitos pequeños de como 2.5 x 3, en los que caben una cama de cemento (claro con colchón, no se alarmen), una pequeña cómoda, un buró, una silla y un minilibrero. Ese era nuestro espacio personal. Ah! Y también teníamos una lampara de buró, un perchero de pared, unos 10 ganchos para ropa y un Cristo. Debajo de la cama de cemento podías acomodar tus maletas. La verdad es que tu celda era el lugar preferido… Lo malo que las paredes de cada celda no llegaban hasta el techo, de modo que si uno o varios roncaban ¡Ninguno podíamos dormir!.

EL REFECTORIO

Lo llamaríamos ahora comedor. Era un espacio tan largo como un túnel de algo así como 5 de ancho por 40 de largo, con el techo a la manera de los túneles o pasillos de antes. Había una ventana que daba con la cocina, por la que se pasaban las viandas y platillos. Nos acomodábamos a lo largo, es decir, había una bancas pegadas a la pared frente a frente con pasillo. Nos sentábamos así de manera que las viandas y loza se disponían en mesas largas enfrente de los comensales, con área para unos 5 espacios cada una. Entre las hileras de mesas se acomodaba una especie de púlpito, en el que se posicionaba el lector. Por lo regular la lectura –en especial los viernes– se tomaba de La Regla de San Francisco para los Hermanos Menores (nombre oficial de los franciscanos) y empezaba así:

“La Regla y vida de los Hermanos Menores es esta, conviene a saber: Vivir el Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo sin propio y en obediencia. El Hermano Francisco promete obediencia y reverencia al señor Papa Honorio y a sus sucesores legítimamente elegidos…” Créanme que a la mejor me equivoco en alguna palabra, pero es la idea. También se leían las vidas de los santos y en ocasiones documentos eclesiales.

DESCRIPCIÓN DE ALGUNAS FUNCIONES EN EL NOVICIADO

El ‘GUARDIÁN’ del convento: es el superior de la casa religiosa y es designado por el gobierno provincial. El ‘VICARIO’ del convento: es elegido por los hermanos de la casa religiosa, para hacer las veces del Guardián en su ausencia. Ya se habló sobre las funciones del Maestro de Novicios. El ‘VICE-MAESTRO’: es el auxiliar del Maestro y en ocasiones hace las veces del Maestro en sus ausencias; su autoridad es delegada por éste. El ‘DIRECTOR ESPIRITUAL’: es el sacerdote confesor de los novicios y quien les ayuda a discernir su vocación en base a su experiencia de vida en el noviciado. El ‘BEDEL’: es el mayor de entre los novicios en jerarquía; una especie de jefe de grupo, designado por el Maestro.

EL IZOTE, NAYARIT

La vez que si logré terminar el noviciado se dividió, por seis meses, el grupo. Así la mitad se fue al Izote y la otra mitad nos quedamos en Guadalupe. El Izote es una casa de ejercicios y eremitorio a las afueras de Tepic. Luego cambiamos. Nos ayudó mucho el cambio; ¡Vaya que es diferente en verdad vivir en un Convento vetusto y venerable como el de Guadalupe! Aquí en Tepic yo sentí la vida religiosa como más inestable e improvisada, pero más desafiante. El contacto con la naturaleza ayudó mucho a crecer en verdad en la identidad franciscana.

EL “QUID” DE LA CUESTIÓN

¿Para qué es el Noviciado? Para calarte y ver si puedes encajar en la vida religiosa. En este tiempo de formación tienes muchas herramientas para profundizar en tu ser, en tu historia personal, en tus planes… En tu relación con Dios. El silencio absoluto a ciertas horas, la disciplina, el horario alrededor del cual gira la vida del novicio, las horas de trabajo y estudio, la meditación y la oración son tus mejores herramientas para ‘discernir’. Por otro lado, la vida comunitaria, el compartir responsabilidades, saber trabajar en equipo, ser tolerante con los que no coinciden contigo, son también herramientas útiles sobre todo en el campo de la vida fraterna. Y, por supuesto, conocer a Francisco de Asís a través se sus escritos y de las biografías de la época, es el otro elemento esencial en esa búsqueda de la identidad del novicio, como ‘Hermano’ del pobre de Asís.

EL MÁXIMO BIEN ALCANZADO EN MI EXPERIENCIA DE NOVICIADO

Para mi el bien máximo alcanzado en el Noviciado fue, sin duda alguna, haber logrado la intimidad con Dios, la contemplación y un mayor autoconocimiento. Dios dejó de ser un concepto filosófico-teológico, para convertirse en MI PADRE. Jesús dejó de ser para mi un personaje histórico lejano –aunque importante– para convertirse en MI SALVADOR Y HERMANO MAYOR. Pero me faltaba descubrir al Espíritu Santo en todo su esplendor. Estoy convencido de que todos los católicos –en la juventud– deberían de tener la experiencia de vivir, a la manera de los novicios, por un año, para así lograr conocer más a Dios. Sé que esta idea puede sonar descabellada. Pero es innegable que vivir un año en disciplina, silencio, estudio, trabajo, fraternidad y oración puede cambiar en verdad nuestra vida. A mí me la cambió. Gracias a Dios por el Noviciado.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

9 de mayo de 2012

INSENSIBILIDAD SOCIAL

HAY ESPERANZA AUN ENMEDIO DE NUESTRAS URBES

Ando en mi ciudad natal, Guadalajara, y sin quererlo, en forma frenética comparo esta Ciudad del 2012 con aquella que me tocó disfrutar en los 70’s. Alguno de Ustedes, de mis queridos lectores, pensará: Y, ¿Para qué pierde el tiempo el Padrecito?. Ya lo descubrirá más adelante.

Veo, por doquier, egoísmo: taxistas que no respetan señales de tránsito ni semáforos –mucho menos tarifas–, camioneros que se creen los dueños de las calles y de los oídos de sus pobres pasajeros (con ‘música’ estúpida y asquerosa a todo volumen), automovilistas que ‘agreden a los peatones’ echándoles los autos encima, peatones que no respetan los tiempos y lugares para cruzar y que retan a los automovilistas con su actitud de pasar muy pero muy despacio, como diciendo ‘aplástame para que te cueste’. También se ven miles (no unos pocos, dije miles) de automóviles estacionados en lugar prohibido, bloqueando banquetas y cocheras, afectando a terceros; dueños de tiendas que llenan las aceras de trapeadores, refrigeradores y cajas obstruyendo el paso de los ciudadanos, que tienen que bajar al arroyo de la calle, arriesgándose a un accidente.

Más egoísmo: boleteras de Omnibus de México que se hacen tontas para robarte uno ó cinco pesos cuando compras tus pasajes (¿cuantos miles de pesos no les han robado a los más necesitados que no se fijan?); gente que arroja –en forma disimulada– el papelito del chicle o la bolsita de papitas; limpiadores de parabrisas que ensucian más los vidrios y que ‘exigen’ su moneda; adolescentes que casi atropellan a la gente en sus patinetas; mucho limosnero ‘buenisano’ que engaña y pide en lugar de trabajar; puestos de periódicos y revistas que obstruyen el paso del peatón; taqueros que sirven con las manos puercas; mujeres que exigen ser respetadas pero que no respetan con su lenguaje y actitudes; tenderos que roban de ‘a poquito’; estudiantes mediocres de pinta que defraudan a sus padres; fumadores que esparcen su veneno volátil sin importar las leyes y derechos de los otros; maestros que no enseñan pero que quieren cobrar más, y trabajar menos; policías que se ‘pasean’ a todo lo que dan en sus flamantes patrullas, quemando llanta, pero que no vigilan; partidos y candidatos que no pretenden servir sino que quieren engañarnos, al presentar caras bonitas y cerebros huecos; vendedores de artículos basura que quieren chamaquear y no orientar a los clientes, etc.

Y esto de lo que hablo se ve aquí, en Guadalajara, pero también en Aguascalientes o cualquier otra ciudad y pueblo, aunque a escala diferente. Y la pregunta que la mayoría nos hacemos ¿Cuándo se descompuso esto?. Y le preguntas a la gente y te dice que es culpa del PRI, del PAN, del PRD, de los gringos, de las drogas, de la Iglesia, de la Escuela, del Gobierno, de los políticos (un político ‘díxit’ en el debate) etc, etc. Nadie dirá algo así como ‘yo también tengo culpa’. Y, como nadie tenemos la culpa sino sólo ‘los otros’, pues resulta que cada uno no hacemos lo que debemos… Pero exigimos ‘que hagan’. Y esto se descompone cada vez más. Estamos fomentando nuestra propia tragedia; es como cuando compras un pasquín policiaco que esparce chismes y fotos grotescas de personas que se suicidan: lo dejas de comprar hasta que ‘te afecta’ porque sacaron –ésta si fuera de contexto– la tragedia de un familiar o amigo. Pero ya lo mantuviste y fomentaste por años.

Insistiré en lo mismo: esto se echó a perder en la familia. Si, en la familia que –por lo que sea– no educó en los valores y en el amor a Dios (o ya de perdida en el respeto al otro). Y, o se arregla ahí, o nunca se arreglará. Contribuimos a esta tragedia también los maestros que ‘escolarizan pero no educan’, los sacerdotes que no atendemos a la gente o que sólo nos preocupamos por la Liturgia pero no por la Evangelización y la Catequesis. Y por desgracia, mucho tienen que ver los padres y madres de familia que han enseñado con su propia vida a mentir, robar, abusar, ignorar, usar a los demás, despreciar a Dios, pensar sólo en la ganancia o el propio bienestar.

Pero mucho tienen que ver también los padres y madres de familia –que no siendo malos sino aún buenos– no han enseñado a sus hijos a perseverar, que no han enseñado a sacrificarse, que les han dado todo lo que éstos han querido. También mucho tienen que ver los que han pensado que su deber era evitar todo esfuerzo y sacrificio de sus queridos hijos e hijas “PORQUE ELLOS SUFRIERON MUCHO CUANDO ERAN NIÑOS”.

Una escena en plena Avenida 16 de septiembre y Morelos –a las 7 de la tarde en hora pico– me dio esperanza: un taxista que se detiene, pone sus intermitentes, se baja, abre la cajuela, abre la portezuela y ayuda a subir a una anciana paralítica en silla de ruedas, gorda, medio-ciega y pobre que había levantado su bastón para pedir sus servicios; un ‘skato’ que se acerca dobla la silla de ruedas y la pone en la cajuela del taxi; un caballero sesentón que recoge el bastón de la anciana y lo coloca adentro de la cabina; un agente de tránsito que ayuda con el tráfico; un camionero que no pita a todo lo que da el claxón sino que opta por el silencio comprensivo; la anciana que agradece y reparte bendiciones a sus bienhechores…

Esa escena me hizo pensar que El Reino de Los Cielos se puede hacer presente en plena selva citadina, e incluso en la persona de uno de los personajes urbanos más aborrecidos de nuestras ciudades como es un taxista. Tal vez ese taxista tuvo una madre o una abuela que le enseñaron el camino de la Caridad y el Servicio. O, a la mejor, fue monaguillo y recibió un buen testimonio de un sacerdote. Si fue al catecismo muy probablemente su catequista le enseñó bien y con ingenio acerca del Amor de Dios y se le quedó ‘pegado’ ese concepto. Podría ser que este taxista un día recibió un gran favor de alguien y entonces está agradecido. ¿Y si le debe una manda a la Virgen de Zapopan, que es ‘la que rifa’ en la zona metropolitana de Guadalajara?. A la mejor tuvo un maestro o maestra que le hablaron de valores en la escuela. ¿Y si tuvo un hermano mayor que le habló de ayudar a los pobres?.

Sigo caminando después de haber tenido la dicha de presenciar esta escena inaudita y pienso: ante esto, seguramente Jesús hubiera dicho en el cerro Del Colli: “El Reino de Los Cielos es semejante a un taxista que en pleno centro y en hora pico del tráfico se detiene y sube a una anciana paralítica, sin pensar en la ganancia sino sólo en ayudar, y en amarme a mí a través de ella. El que tenga oídos para oír que oiga.”

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

VALE MAS UN PERRO QUE UN NIÑO...

Novell: ¿Tenemos más entrañas para un perro que para los niños abortados?

TOMADO DE RELIGION EN LIBERTAD

Semanas atrás se supo por la prensa que un consejal del Ayuntamiento de un pueblo de Cataluña había matado a tiros a un perro abandonado que andaba causando temor entre la población. Las reacciones no se hicieron esperar: se pidió la dimisión inmediata del “asesino” y que se le sometiera a un proceso judicial.

Esta situación ha llevado al obispo de Solsona, monseñor Xavier Novell, a escribir una carta en la que se pregunta cómo puede ser que la gente tenga entrañas y pida caridad para un perro y no la tenga, por el contrario, para los niños que son víctimas del aborto.

Ante la ahora conocida como la “barbarie de Torà”, el obispo más joven de España pregunta y lamenta que “cuando cada año se publican las cifras escalofriantes de los abortos en Cataluña, ¿cómo es que casi todo el mundo calla? ¿Es que no tiene valor la vida de decenas de miles de nonatos eliminados impunemente? ¿Será cierto que los animales tienen tantos o más derechos que las personas? ¿Qué pasa en este país?”.

Novell ahonda en el asunto señalando que actualmente la “deformación moral es tan grande que los columnistas y tertulianos pro-abortistas llegan a afirmar que ´el aborto es un derecho´”, cuando más bien, “hay que decir bien claro y bien fuerte que el aborto es un crimen, uno los más terribles y abominables de la humanidad. Es el asesinato del más indefenso, del propio hijo. Esto lo tenemos que decir sin miedo”.

Asimismo señala que “el relativismo moral” de nuestra cultura “vitupera a aquellos que nos atrevemos a decir que el aborto es un crimen y nos califica como retrógrados, misóginos, carcas y antidemocráticos”.

“No se quiere escuchar que existe la obligación moral de defender al inocente y perseguir al criminal. Su criterio para discernir lo que está bien y lo que está mal es perverso: está bien lo que la mayoría lo considera un bien, es un derecho lo que la mayoría quiere ejercer sin obstáculos. Este es el camino falso a través del cual se llega a catalogar como un derecho lo que simplemente es un crimen”, concluye.

6 de mayo de 2012

CÁNCER EN LA IGLESIA

SIMULACION PASTORAL II

Ya hace algunas semanas escribía acerca de este terrible cáncer que afecta a la Iglesia. Y, lo califico de cáncer, porque es una enfermedad silenciosa y progresiva en el cuerpo de la Iglesia, que le hace un gran daño. Es un mal silencioso, mortal porque va debilitando a la Iglesia poco a poco y va matando, en forma sigilosa, una a una, sus células vivas (personas, organismos, comunidades, familias y parroquias).

Es un mal que no causa gran escándalo y que por ello, tal vez, pasa desapercibido. Por lo mismo, adormece, pues no libera las energías generosas que lo debieran combatir. Cuando nos percatamos de un mal reaccionamos con energía, pero cuando no nos damos cuenta simplemente no reaccionamos. Les decía que, para mi, Simulación Pastoral es –coloquialmente hablando– “hacer que se hace, sin hacer nada”; reunirse y no solucionar, trabajar sin comprometerse, perderse en estudios y diagnósticos, sacar muchas copias que no se leen, discutir sin llegar a soluciones, regirse por un ‘voluntarismo’ que defrauda a Dios, al mundo y a la misma Iglesia; llegar a la reunión sólo para que me vean, decir que sólo los otros han de hacer y corregir.

La peor forma de Simulación Pastoral, para mi, por ser la que mas influye en la dirección y marcha de la Iglesia, es la que practican los pastores (Obispos, Vicarios Episcopales, miembros de las Curias Diocesanas, Rectores de Seminarios, Decanos, Párrocos, Asesores Eclesiásticos, Capellanes, vicarios, etc.) Pero los laicos también la practican, y mucho: catequistas que no preparan su lección, miembros de Liturgia que no preparan su lectura, integrantes de las Pastorales tales como Juvenil y de Adolescentes que sólo van por pasearse o conseguir novio(a). Y también –por supuesto– hay que señalar la mala atención que se da en las Parroquias a los fieles, al no tomar en serio el apostolado que se tiene encomendado. Una buena parte de los laicos ‘creen’ (o quieren creer) que con asistir a Misa ya ‘siguen’ a Cristo: simulación también.

La forma típica de ‘evadir responsabilidades’ es culpar a la contraparte: los sacerdotes culpan a los laicos porque no trabajan, los laicos culpan al sacerdote porque nunca esta con ellos, los Decanos culpan a los sacerdotes porque no responden y los sacerdotes a los Decanos porque no organizan, etc. etc.

Otra forma lamentable de este mal es la discriminación por motivos pastorales… Y ¡vaya que hay muchas formas de discriminar!, pues ahora agregamos ésta. La discriminación pastoral es cuando el párroco no simpatiza con un Movimiento o Grupo y entonces, en forma discreta, le va negando espacios sin decir nada, incluso, para favorecer a sus preferidos; a los no simpáticos se les carga la mano en el trabajo, para que truenen, no puedan o ‘se vayan’. En fin, cuando se crea un ambiente negativo contra un Movimiento y sus miembros, sin importar sus aportes a la vida de la Iglesia, cuando se les trata sólo a base de ‘fobias pastorales’, renunciando el párroco o el sacerdote, a comportarse como ‘padre’, que debiera acoger a todos.

CONSECUENCIAS DE LA SIMULACION PASTORAL

1.- La Iglesia se va alejando de su gente, se va burocratizando; se convierte sólo en una institución más del espectro actual. 2.- Su voz se pierde entre el murmullo de muchas voces que tienen más poder para hacerse oír. 3.- Los problemas, al no resolverse, se complican. 4.- Crece la franja de ‘católicos’ sin atención y por ende de indiferentes. 5.- Avanzan las sectas. Se va ‘acorralando’ a la Iglesia, por la apatía de sus fieles. 6.- Los ateos y sus aliados van, poco a poco, incidiendo cada vez más en la cultura y la vida social y política, imponiendo sus ‘valores’ y logrando plasmar sus ideas en legislación, haciendo que los valores de Cristo sean considerados obsoletos y hasta opresivos. 7.- La presencia de la Iglesia se va diluyendo en la sociedad. Cristo no es predicado. 8.- Cristo es menos conocido y no es amado.

ESTE ES UNO DE LOS PEORES MALES PASTORALES DE NUESTRO TIEMPO EN LA IGLESIA: LA SIMULACION PASTORAL. ¿Qué hará Usted? ¿Hacer que no pasa nada? ¿Seguir simulando? ¿Comprometerse con Cristo y su Iglesia?. ¡No se haga, ya decídase por Cristo!…

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL

2 de mayo de 2012

LA PSEUDO-TEOLOGIA DEL BIENESTAR

¿PARE DE SUFRIR?

En nuestras ciudades empiezan a abundar –sobre todo en locales amplios que fueron cines o teatros– ‘iglesias’ protestantoides (porque ni a protestantes llegarían según sus practicas y ‘teologias’) que exhiben enormes mantas con la atrayente leyenda PARE DE SUFRIR y un corazón rojo con una paloma incrustada en éste, que remeda la forma del Espíritu Santo. Y hay ‘cultos’ o ‘sesiones de oración’ casi cada dos ó tres horas. Los ‘hermanos’ que están en la puerta –que ‘destilan’ amabilidad y sonrisas, y no como muchos sacerdotes que no tenemos tiempo para la gente, y estamos MUY MUY MUY ocupados– te hablan con un lenguaje que suena a ‘cristianismo’… En pocas palabras te dicen que El Señor puede solucionar todos tus problemas de dinero o de salud (y esto es cierto, hablando en forma absoluta). Te invitan a alabar a ‘Jehová’ y a entregarle tus necesidades, te dicen que no tienes porque esperar años, para que empieces a disfrutar de sus bendiciones. Según tu necesidad, hay un horario para cada cosa.

Ya en la sesión de alabanza, te incitaran a alabar a Dios, levantando las manos, luego cerrarás tus ojos; después te acribillarán con abundantes citas bíblicas en las que Dios –como si fuera candidato a senador o a presidente– hace cantidad de promesas de prosperidad económica y de salud y felicidad. Luego vienen los abundantes ‘testimonios’.

El método es preparar tu atribulado cerebrito, para hacerte creer que el siguiente paso es algo automático e infalible: Darle a Dios, es decir, ofrendar generosamente –claro por medio de ellos que han de ser sus corresponsales financieros en la tierra– para que luego Él te responda con mucha mayor generosidad. Ah! y se te ofrecen –a módicos precios– paños benditos y has de lavarte con un jabón especial –que nada más ellos tienen y que no encuentras en ninguna farmacia– para quedar purificado y estar listo a recibir una lluvia de bendiciones materiales, por supuesto. Y ¡Lo mejor de todo!, si vas a esos servicios nadie te hablará de cosas feas y desagradables como pecado, arrepentimiento, penitencia, confesión o conversión… puras $$bendiciones$$ ¡Directas desde el cielo!.

Alguien que va por primera vez, claro con mucha fe, puede salir –bajita la mano– con $ 300 pesos menos de su cartera, sin notarlo. Por supuesto que después serán –o podrán ser, porque Jehová siempre responde– miles de pesos. La gran mayoría NO REGRESARÁ al descubrir el agua tibia y darse cuenta de que esto es un fraude… Pero ya dejó ahí muchos pesos, que sirven para pagar la renta del local –y hasta luego comprarlo– y por supuesto sostener a sus ‘obispos’ (90 % Brasileiros) y ministros y muchos hermanos, que indefectiblemente darán testimonio de que ‘cuando eran católicos eran pobres y ahora que se han convertido viven en la abundancia’. Si le interesa dejar de ser pobre (y hacerlos ricos a ellos) puede buscar el lugar más cercano… No batallará mucho para encontrar esos ‘santuarios’ de prosperidad y bendición.

¿Efectos de caer en garras de esos cultos? Aparte de que será más pobre, amargado y supersticioso, puede llegar a la conclusión terrible de que Dios no existe, de que la Religión es un negocio y de que Usted no necesita de Dios. ¿Le entra?. Puede hasta llegar a desear estar pronto con Dios (vía suicidio, pues se sentirá más frustrado y los pesos que consiguió prestados ‘para ofrendar’ tendrá que pagarlos).

¿Es posible dejar de sufrir mientras se está en esta vida? Por supuesto que no. El gozo y el sufrimiento son parte de esta vida terrena. Pararemos de sufrir cuando estemos en la presencia de Dios, eso si.

A este propósito, ¿Que nos dice el Papa sobre esas pseudo-teologías del bienestar? Encontré esto en su libro “Jesús De Nazareth”:

  • El demonio no es tan burdo como para proponernos directamente adorar a Satanás. Nos invita “a ser racionales”.

  • La tentación esencial es “la adoración del bienestar”.

  • Para Jesús, adorar al demonio, es rechazar la Cruz, para estar bien, por encima de todo, de la obediencia al Padre, inclusive.

  • “… interpretar el cristianismo como una receta para el progreso y reconocer el bienestar común como la auténtica finalidad de todas las religiones, también de la cristiana, es la nueva forma de la misma tentación.” (La adoración del bienestar)

  • CONCLUSIÓN: La ‘teología’ del bienestar y del no sufrimiento –que predican este tipo de sectas– es mucho más $$rentable$$ y cómoda –aunque resulte un fraude– que la teología de Jesús, que nos invita a la conversión, la generosidad y la responsabilidad.

Si quiere para de sufrir, primero tendrá que hacer de Cristo el centro de su vida, y luego morirse. ¿Se espera, o le urge?.

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.