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30 de julio de 2010

RELATOS URUGUAYOS 3

RELATOS URUGUAYOS III


(SI NO HA LEÍDO ANTES LAS PARTES 2 Y 1,
¿LE PUEDO SUGERIR VAYA HASTA ESAS ENTRADAS
PARA MEJOR COMPRENSIÓN?.
GRACIAS)



HABLAR “EN URUGUAYO”

Lo más lógico sería pensar que, si México y Uruguay son países de habla hispana, los términos y los modismos deberían de ser de lo más sencillo y similar para mexicanos y uruguayos. Pero no es así. El español que se habla en Uruguay está “salpicado” de vocablos (palabras, no se me asusten, pensando que me voy a poner “técnico” al escribir) interesantes pero incomprensibles para nosotros en principio... se mezclan voces y conceptos que vienen del portugués, del inglés, del italiano, del guaraní. Y yo hasta diría que hay muchos “argentinismos”... si es que el termino existe... sino, bueno pues lo invento y ya está, no hay problema (al fin y al cabo es mi blog ¿Nó?)

Y esas palabras y terminos diferentes los tenemos en el mundo tanto de los verbos, de las cosas y por supuesto de las comidas. Me imagino el “uruguayo” y el “mexicano” como dos formas diferentes de decir lo mismo, con acento muy peculiar y propio... el “uruguayo” salpicado de guaraní; el “mexicano” en contraparte salpicado de náhuatl. Compatriota (a propósito del Bicentenario) tal vez me equivoque en algunas palabras uruguayas, pues algunas son complicadas para nuestra forma de pensar. Disculpas de antemano.


PALABRAS Y URUGUAYISMOS

Como ya expresé en el relato sobre el “bidet” (el sanitario para enjuagarse después de hacer popó), estar listo, para el uruguayo es estar “pronto”, me imagino que esta palabra viene del italiano (cuando contestan el teléfono los italianos, no dicen “bueno” como nosotros sino “pronto” y no es que te estén carrereando para que ya les digas qué quieres porque están muy ocupados) Y no sólo uno está “pronto” sino también las cosas: La sopa está “pronta” o la tarea.

Los “gurís” (los chicos) no van a la prepa o al cebetis como nosotros, ellos , más elegantes, van al "Liceo”. Los niños no van al Kinder sino “a la jardinera”. Y todos tienen un uniforme igual: Túnica blanca con  "moña" azul ¿Qué? Bata blanca –como de médico-- y un moño enorme. En otra “entrega” hablaré un poco más sobre algunas palabras muy especiales para ellos. ¡¡¡¡¡Ahhh, y antes de que se me pase¡¡¡¡¡¡¡ y para empezar con las comidas y bebidas, ellos no comen cajeta, sino “dulce de leche”. Para ellos la cajeta es lo que ya no sirve de la comida y se desecha (¿Me entendés, che?)



Ellos al aguacate –que es muy caro-- le llaman “palta” como en la mayoría de los países sudamericanos. La toronja se llama “pomelo”. La fresa se llama “frutilla”. Y ya se mencionó el chile es “ají”, la calabaza (como las de halloween... que no se si va con doble e) se llama “sampayo”. El frijol, que consumen muy poco por cierto –es generalmente negro, para que veamos que no son racistas-- recibe el nombre de “poroto” como en Brasil. El maíz se usa muy poco en la cocina, porque como pontificó un amigo de “ayyyyá”, se usa sólo “para criar a los chanchos” (conocidos en México como puercos o cerdos) Bueno el maíz recibe el nombre de “choclo” pero cocido cuando es tierno (bueno de ésto no estoy muy seguro eh¡) Lo que si comen en Uruguay es “la polenta” un platillo de origen italiano, el alimento de los pobres: Es maíz quebrado muy finito, triturado, que se coce en agua hasta formar una pasta tipo puré. Es como quien dice el último recurso de alimentación. Y su alimentación tiene mucho de italianoide, por ello comen pizza en muchas muchas formas.



Ellos no conocen los cacahuates (voz azteca o náhuatl por cierto) sino “el maní”. Cuando decían maní, me sentía como transportado a esos países que crian elefantes. Se usa también como botana y en crema tipo “aladino”.

Ellos no comen pollo rostizado sino “al spiedo” (¿rotizado?) Spiedo creo que es italiano el término y es como decir a la rueda o al rehilete... total que los pollos igual dan vuelta ensartados en una varilla metálica y sudando grasa líquida que luego se usa para freir papas igual chips que rebanadas. Eso si, la base de su comida es la carne de res, muy muy buena por cierto. Los de clase media para arriba la acompañan con vino tinto –importado y nacional-- delicioso.



Los menos favorecidos por la economía lo acompañan de cerveza “Pilsen”... una Corona de por acá pues no, porque obvio es muy cara. Y como postre un pastel o pay... o un “ricardito”, que no es un enano que se llama Ricardo sino una especie de dulce bañado de chocolate y que a los niños les gusta mucho... viene muy formal el tal “ricardito” en su cajita de cartón... hagan de cuenta un huevo kinder, muy mono, muy formal, muy de caché (costaban $ 10.00 uruguayos en Tata, la tienda de autoservicio más grande de Uruguay) Todo pueblo y ciudad que se respete en el Uruguay tiene su Tata (nada que ver con el término mexicano indígena que significa papá) Una buena opción de postre uruguayo son los “alfajores” de la ciudad de Minas, capital de la Intendencia de “Lavalleja”.




EL MATE

Un buen día por decreto episcopal del obispado de Melo, me tocó cocinar para los padres y el obispo, y no supe qué hacer, por ello le pedí a mi hermana que me mandara la receta de las jericallas, que por cierto les gustaron mucho... y también los chiles rellenos (morrones, les dicen también) y su sopa de arroz a la mexicana. Son tomadores de buen café y por supuesto, claro, de “mate”.

Aún cuando no es exclusivo del Uruguay, porque lo mismo se toma en Argentina, Paraguay, Perú o Bolivia, el mate es todo un tema nacional. Un tema uruguayo que rebasa clases sociales, edades, credos religiosos, fanatismos deportivos, divisiones ideológicas, grados de educación y valores adquisitivos. El mate es la bebida nacional por excelencia. Aunque otros dirán que los vinos tintos. Es común ver al chico o la chica que van al liceo en su motocicleta (tipo vespa por lo regular) y cargan su bolso con libros y también su “set” de mate (termo con agua muy caliente, bombilla, provisión de yerba mate y vaso de vidrio con cubierta de cuero). En alguna ocasión le pregunté al padre Freddy si se tomaba también mate dulce... me miró como sintiendo mucha lástima por mi, y después de jalar aire y fijar su mirada, cual si yo fuera un hereje impenitente, me dijo: --“El mate dulce lo toman las viejas”. ¡¡¡¡Agghhh¡¡¡ me sentí desubicado, fuera de lugar.

Lo más exquisito por supuesto, como ya mencioné, es la carne de res. En Uruguay, cuando hablas de carne estás hablando de res, por excelencia. Algo muy uruguayo es invitar a los amigos a “un asado”. Se vende por kilos, y la verdad a un precio muy accesible. Aquí para unas 7 u 8 personas se gastarían unos $ 2,000.00 ó $ 3,000.00 pesos mexicanos de esa carne, de ese corte, que, para que les hecho mentiras, no supe de que parte de la res se trata. Allá sale como en una tercera parte. El anfitrión por lo regular es el encargado de cocinar la carne... en la chimenea o fogón (estufa le llaman) alimentada con buena leña... también se come buen chorizo, pero nada que ver con el que hacemos acá... es más fino... más carne que pellejos y grasa. Y claro el vino tinto. El tomar mate les ayuda a no engordar tanto por toda la carne que comen y el vino también. Supongo que les ayuda a controlar también el ácido úrico.

El mate allá es como la tortilla (de maíz) para nosotros. Para ellos la tortilla es de huevo o de acelgas, pero no de maíz. Para salir a lo que sea, el uruguayo “ortodoxo” de la escuela más pura y provinciana y sobre todo el arachano (de Cerro Largo) debe preparar su mate y cargarlo. “El que quiera venir en pos de mi, tome su mate de cada día y sígame” hubiera dicho El Señor... si hubiera sido uruguayo.

Acá en Aguascalientes, cuando regresé traté de ser un uruguayo adoptivo pero observante “de la diáspora” y busqué yerba mate (termo no hay problema para conseguirlo, bombilla tengo varias que compré) y después de mucho investigar, encontré la bendita yerba en Soriana (perdón por el comercial). Practiqué “mi nueva fe” por unos meses, fuí fiel al mate matutino, pero mi estómago no quiso facilitarme los cambios que se requerían para mi nueva nacionalidad afectiva... pensé –tras muchas resistencias-- en la opción “más humana” --una especie de epiqueya mexicana-- pero, tal vez de todos modos vergonzante, del estigmatizado mate dulce. ¡Sí, esa es la solución a mi disyuntiva digestivo-afectiva¡ pensé con entusiasmo y consuelo.

Pero, fue en vano. Por más que traté no pude a pesar de que le di vueltas y vueltas al asunto, justificando ante mi conciencia condiciones de exilio, de lejanía, de tolerancia, de caridad... ¡Imposible¡ ¡imposible¡ resonó en forma tronante y categórica en mi mente la voz apocalíptica del padre Freddy: --“El mate dulce lo toman las viejas”. Tuve que volver a mi viejo yo... No tomaré mate dulce, pues ello va a la esencia del género y sería todo un tema ontológico. Perdón Señor, perdón... Del mate dulce, ¡Líbranos Señor¡ Amén.




PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.

3 comentarios:

  1. muy buena publicación, aveces un poco, como que nos tratas como si fuéramos de otro planeta!gracias Dios por nacer en ese PEQUEÑO pero GRAN PAIS!!!
    BENDICIONES

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  2. Interesante documento, pero quiero decir lo siguiente: la mayoría de las palabras que mencionó sobre los alimentos: palta, choclo, poroto, asado, mate, frutilla; yo ya estaba familiarizada con esas palabras porque recientemente conocí de la cultura chilena. Entonces pienso que en estos países sudamericanos como Uruguay, Argentina y Chile hay muchas cosas en común. Gracias y saludos.

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  3. Lindo estilo, no pude dejar de leerlo, cosa que en estos tiempos es como cada vez menos frecuente!. Muchos enganches personales tambien, soy uruguaya y soy arachana. Pero simpatica descripcion. Gracias por darnos a conocer, al fin que somos bastante menos que ustedes :)) Un saludo cordial

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