Powered By Blogger

27 de marzo de 2011

MILAGRO

UN MILAGRO MAS EN EL INFONAVIT MORELOS, EN AGUASCALIENTES, AGS. MEXICO

TRES PEQUEÑOS SALVADOS DE LAS LLAMAS POR DIOS Y POR LA VIRGEN MARÍA


El miércoles pasado, el Infonavit Morelos de nuevo sonó. Pero ahora fue una EXCELENTE NOTICIA. Por lo regular aqui hay muchas malas... ahora fueron buenas.

En las noticias policiacas de la radio –Radio BI-- escuché el jueves por la mañana que se había incendiado un departamento en la 3era Plaza Uxmal. Al momento me sentí preocupado, pues habría que ver si hubo víctimas y quiénes eran.

No hubo víctimas, por gracia de Dios. Pero lo asombroso de la noticia fue que en ese departamento incendiado por un corto circuito se encontraban dos niñitas y un pequeño: La mayorcita de apenas cuatro años, el niño de unos dos años y medio y la pequeñita de apenas un año y unos meses.

MARÍA PROTECTORA DE LA INFANCIA


Mientras se incendiaba el departamento, al ver el humo, los vecinos se preocuparon y unos llamaron al número de emergencia y otros se organizaron para salvarlos. Fueron encabezados por un adolescente de unos 16 años –Jonathan-- tío de los pequeños (hermano de la madre de éstos). Este adolescente tuvo la idea de ir al patio, por el departamento vecino, y desde ahí los fue sacando uno a uno. Lo sorprendente fue que los tres estaban ahi en el patio YA ESPERANDO SER RESCATADOS. Hasta aquí tenemos una historia de heroísmo de un adolescente y de los vecinos que se organizan.

Hace unos minutos, terminando la Misa Dominical de 6 de la tarde, platiqué con los padres de estos pequeños... y con la pequeña de cuatro años. Y lo sorprendente es que esta niñita de cuatro años los llevó a sus hermanitos al patio. ¿No le parece increíble que una pequeña de esta edad tenga el aplomo para hacer eso en vez de gritar y entrar en pánico?

Si es increíble. Pero la explicación es esta, dice la pequeña: “Entre el humo se me apareció una señora muy bonita que me dijo: Lleva a tus hermanitos al patio, para que los saquen”. No sólo es sorprendente la aparición de esta “Señora” sino también que le da la seguridad y aplomo para enmedio de las llamas cargar a su hermanita pequeña y conducir a su hermanito al patio, sin desesperación y sin angustia.

Veo a los ojos de esta pequeña y reflejan una gran paz y ternura. ¿Tendría una pequeña necesidad de mentir? No creo. ¿Sin algo extraordinario como la aparición de esta “Señora” podría una niña de cuatro años hacer lo que ella hizo? Menos lo creo. Para nosotros en el Infonavit Morelos, esto es un milagro de Dios... y de María. Dios nunca nos deja solos siempre esta al pendiente. Gloria a Dios por esta historia de ternura y amor.

PBRO. ROBERTO SÁNCHEZ DEL REAL.

14 de marzo de 2011

VIVIR LA CUARESMA ES MUY DIFICIL

¿QUE ES LA CUARESMA?


Es un tiempo de cuarenta días, con el que nos preparamos a celebrar la Pascua de Resurrección del Señor. En la Biblia el número 40 es signo de penitencia:
* Cuarenta fueron los años (según los libros del Pentateuco) que el pueblo vagó por el desierto por haber sido rebelde y haber dudado de Dios.
* Cuarenta fueron los días que Jesús ayunó en el desierto antes de iniciar su predicación y ministerio.
* Cuarenta eran siempre los días que pasaban en penitencia los Israelitas ante cualquier falta... La 'cuarentena'.
* Cuarenta fueron los días que pasó Jonás en el vientre de la ballena.

La práctica de la Cuaresma data del siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia , con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias cristianas ortodoxas de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

CONCLUSION: La Cuaresma es un tiempo de renovación espiritual y de conversión a Dios.
Es un tiempo de Penitencia.
Es un tiempo de más oración.
Es un tiempo de mayor fraternidad.
Es un tiempo de mayor caridad.
Es un tiempo de austeridad.
Es un tiempo en el que debemos escuchar con mayor atención la Palabra de Dios.

Lo importante no son ni la ceniza, ni la capirotada, ni los platillos propios de la época: Lo importante es ACERCARNOS AL SEÑOR, CONVERTIRNOS A EL.


ES MUY DIFICIL VIVIR ALGO

El momento cultural en que nos encontramos invita al no compromiso y a la informalidad, alienta la irresponsabilidad y egoísmo... Estamos inmersos en la cultura 'light' en donde TODO es relativo y cuestionable... De nuevo nos tropezamos con la 'agenda secularista'. Y esto, aunque Usted no lo crea, es LA LLAVE MAESTRA del plan secularista para hacer que nosotros --los cristianos en particular-- desaparezcamos del mapa. Los planes hitlerianos contra los judíos eran criminales, burdos y horrendos... Los planes contra nosotros no son burdos, son muy sutiles y a largo plazo, pero buscan lo mismo: Nuestra extinción 'discreta'. Y las armas son tres:
+ La cultura anticristiana.
+ La legislación que apabulle y hasta ilegalice la moral cristiana.
+ Ridiculizar todo lo que tenga que ver con las Iglesias Cristianas (empezando con la católica).
Este es el ambiente en el que es difícil vivir algo que tenga que ver con valores.

ES MUY DIFICIL VIVIR LA CUARESMA

Si... Y eso que estamos en un país que 'todavía' es católico mayoritariamente. Según los datos del último CENSO 2010, el 83.9 % de la población respondió ser católico... Y como el 7.8 % ser lo que llamaríamos protestante o cristiano-no católico para diferenciar de los que somos cristianos-católicos. El número de católicos bajó, en diez años, sólo 4.1 % en relación al censo del 2000. Es alentador si tomamos en cuenta muchas cosas, desde fallas de la Iglesia, ataques de sus enemigos de siempre y sobre todo campañas cada vez más frecuentes y agresivas contra todo lo que huela a catolicismo y que sobredimensionan los errores de la Iglesia misma: Se buscó hacer sospechoso de delitos a todos y cada uno de los sacerdotes y religiosos, para que en la mente pública la palabra pederasta equivalga a sacerdote católico.

Querer vivir la Cuaresma es muy difícil porque la tendencia social ha sido siempre contraria a toda manifestación de fe 'que comprometa', en especial en contra de todo lo que implique --en forma abierta y también velada-- cuestionamiento a la forma de vivir o de ser: No nos gusta ser cuestionados y lo 'mexicano' --aunque se enojen algunos-- es TIRAR AL ARBITRO, es no reconocerle autoridad moral a quien cuestione, en especial --re-insisto-- lo que tenga que ver con la forma de vivir.

LA CUARESMA NO ES SOLO RITOS, ES CORAZON ABIERTO A DIOS



Es muy difícil escapar a la vorágine intencional que en cada Cuaresma se desata, en la que se promocionan películas, espectáculos y eventos que buscan distraer para que los católicos no 'pelen' la Cuaresma ni la Semana Santa. La intención es siempre presentar lo que huela a ésta como 'viejo, aburrido, deprimente, triste, inútil y opresivo'.

¿QUE PUEDO HACER PARA VIVIR LA CUARESMA EN MEDIO DE ESTE AMBIENTE?

* No falte a Misa ningún Domingo de La Cuaresma.
* Observe la abstinencia de carne los viernes.
* Rece el Viacrucis los viernes.
* También puede rezar, a las 3 de la tarde, la Coronilla de La Divina Misericordia.
* No programe vacaciones para la Semana Santa.
* Asista a Ejercicios Espirituales o un retiro en el transcurso de la Cuaresma.
* Por supuesto, confiésese por motivo de la Pascua.
* Haga un propósito ascético (es válido no fumar o no tomar en espíritu de 'sacrificio' es decir hacer algo positivo dedicado a Dios).
* Ore más que de costumbre.
* Lea un libro de la Biblia al menos (le recomiendo el Evangelio de San Juan para empezar).

Si en la calle o la escuela o el trabajo no hay Cuaresma que en su hogar si la haya... Depende de Usted.

8 de marzo de 2011

ITINERARIO ESPIRITUAL QUE PROPONE EL PAPA PARA LA CUARESMA

"Señor, aumenta nuestra fe" - Un itinerario para esta Cuaresma.
Miércoles de Ceniza:
Creer que Dios quiere nuestra conversión en lo profundo de nuestro corazón.
Tomar este tiempo de Cuaresma para profundizar nuestra relación con Cristo y nuestro conocimiento de Él y crecer en la fe, a través de la oración, la meditación de la Palabra, la reconciliación y la eucaristía. Un camino a recorrer personalmente y en comunidad.

Domingo I: Jesús tentado en el desierto
Mt 4,1-11
Creer que Dios nos fortalece.
La fe se ejerce en medio de las tentaciones.
Éstas presentan rostros nuevos y atrayentes.
Contemplamos a Jesús en su lucha y unidos a Él nos aferrarnos al Padre.

El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición humana en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida
Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha «contra los Dominadores de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.

Domingo II: Jesús transfigurado
Mt 17,1-9
Creer que Jesús es el Hijo de Dios
La fe se fortalece en la contemplación del Transfigurado.
Contemplemos y reconozcamos a Jesús en el Transfigurado y al Transfigurado en Jesús.

El Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre. La comunidad cristiana toma conciencia de que es llevada, como los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan «aparte, a un monte alto» (Mt 17, 1), para acoger nuevamente en Cristo, como hijos en el Hijo, el don de la gracia de Dios: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo» (v. 5).
Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal (cf. Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor.

Domingo III: Jesús y la Samaritana
Jn 4,5-42
“Créeme, mujer: el Mesías soy yo, el que habla contigo”
La fe nace de la escucha de la Palabra.
Detengámonos para escuchar a Jesús hablar, aún en medio de lo más común de nuestra vida de cada día. Es allí que lo ha encontrado la Samaritana.

La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y en verdad» (v. 23).
¡Sólo esta agua puede apagar nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Sólo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e insatisfecha, «hasta que descanse en Dios», según las célebres palabras de san Agustín.

Domingo IV: Jesús y el ciego de nacimiento
Jn 9,1-41
“¿Crees en el Hijo del Hombre? Tú lo has visto, es el que te está hablando”
La fe se apoya sobre signos visibles.
Abrámonos a descubrir la fuerza de Cristo que va más allá de lo que esperamos. Eso es lo que ha cambiado la vida del ciego de nacimiento.

El domingo del ciego de nacimiento presenta a Cristo como luz del mundo. El Evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?». «Creo, Señor» (Jn 9, 35.38), afirma con alegría el ciego de nacimiento, dando voz a todo creyente.
El milagro de la curación es el signo de que Cristo, junto con la vista, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en él a nuestro único Salvador. Él ilumina todas las oscuridades de la vida y lleva al hombre a vivir como «hijo de la luz».

Domingo V: Jesús y la Resurrección de Lázaro
Jn 11,1-45
“Si crees, verás la Gloria de Dios”
La fe conduce a la vida. Pongamos todos nuestros deseos, todas nuestras aspiraciones en Cristo, que conduce todas las cosas. Lázaro se ha entregado a Él en el más extremo abandono de sí; y es allí que Jesús ha podido darle vida.

Cuando, en el quinto domingo, se proclama la resurrección de Lázaro, nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: «Yo soy la resurrección y la vida... ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Jesús de Nazaret: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo» (v. 27). La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él. La fe en la resurrección de los muertos y la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la luz de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza.

Entremos en la Semana Santa siguiendo a Jesús para vivir con Él el Paso radical de la muerte a la vida. Y en la Vigilia Pascual, a la pregunta “¿Creen en Jesucristo… que murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos…?”, renovando nuestra fe bautismal respondamos: “¡Sí, Creo!”


El recorrido cuaresmal encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, en particular en la Gran Vigilia de la Noche Santa: al renovar las promesas bautismales, reafirmamos que Cristo es el Señor de nuestra vida, la vida que Dios nos comunicó cuando renacimos «del agua y del Espíritu Santo», y confirmamos de nuevo nuestro firme compromiso de corresponder a la acción de la Gracia para ser sus discípulos.

MENSAJE DE CUARESMA DEL PAPA

Mensaje de Cuaresma del Papa Benedicto XVI
MENSAJE DEL SANTO PADRE
BENEDICTO XVI
PARA LA CUARESMA 2011
«Con Cristo sois sepultados en el Bautismo,
con él también habéis resucitado» (cf. Col 2, 12)

Queridos hermanos y hermanas:
La Cuaresma, que nos lleva a la celebración de la Santa Pascua, es para la Iglesia un tiempo litúrgico muy valioso e importante, con vistas al cual me alegra dirigiros unas palabras específicas para que lo vivamos con el debido compromiso. La Comunidad eclesial, asidua en la oración y en la caridad operosa, mientras mira hacia el encuentro definitivo con su Esposo en la Pascua eterna, intensifica su camino de purificación en el espíritu, para obtener con más abundancia del Misterio de la redención la vida nueva en Cristo Señor (cf. Prefacio I de Cuaresma).
1. Esta misma vida ya se nos transmitió el día del Bautismo, cuando «al participar de la muerte y resurrección de Cristo» comenzó para nosotros «la aventura gozosa y entusiasmante del discípulo» (Homilía en la fiesta del Bautismo del Señor, 10 de enero de 2010). San Pablo, en sus Cartas, insiste repetidamente en la comunión singular con el Hijo de Dios que se realiza en este lavacro. El hecho de que en la mayoría de los casos el Bautismo se reciba en la infancia pone de relieve que se trata de un don de Dios: nadie merece la vida eterna con sus fuerzas. La misericordia de Dios, que borra el pecado y permite vivir en la propia existencia «los mismos sentimientos que Cristo Jesús» (Flp 2, 5) se comunica al hombre gratuitamente.
El Apóstol de los gentiles, en la Carta a los Filipenses, expresa el sentido de la transformación que tiene lugar al participar en la muerte y resurrección de Cristo, indicando su meta: que yo pueda «conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus padecimientos hasta hacerme semejante a él en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos» (Flp 3, 10-11). El Bautismo, por tanto, no es un rito del pasado sino el encuentro con Cristo que conforma toda la existencia del bautizado, le da la vida divina y lo llama a una conversión sincera, iniciada y sostenida por la Gracia, que lo lleve a alcanzar la talla adulta de Cristo.
Un nexo particular vincula al Bautismo con la Cuaresma como momento favorable para experimentar la Gracia que salva. Los Padres del Concilio Vaticano II exhortaron a todos los Pastores de la Iglesia a utilizar «con mayor abundancia los elementos bautismales propios de la liturgia cuaresmal» (Sacrosanctum Concilium, 109). En efecto, desde siempre, la Iglesia asocia la Vigilia Pascual a la celebración del Bautismo: en este Sacramento se realiza el gran misterio por el cual el hombre muere al pecado, participa de la vida nueva en Jesucristo Resucitado y recibe el mismo espíritu de Dios que resucitó a Jesús de entre los muertos (cf. Rm 8, 11). Este don gratuito debe ser reavivado en cada uno de nosotros y la Cuaresma nos ofrece un recorrido análogo al catecumenado, que para los cristianos de la Iglesia antigua, así como para los catecúmenos de hoy, es una escuela insustituible de fe y de vida cristiana: viven realmente el Bautismo como un acto decisivo para toda su existencia.
2. Para emprender seriamente el camino hacia la Pascua y prepararnos a celebrar la Resurrección del Señor —la fiesta más gozosa y solemne de todo el Año litúrgico—, ¿qué puede haber de más adecuado que dejarnos guiar por la Palabra de Dios? Por esto la Iglesia, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, nos guía a un encuentro especialmente intenso con el Señor, haciéndonos recorrer las etapas del camino de la iniciación cristiana: para los catecúmenos, en la perspectiva de recibir el Sacramento del renacimiento, y para quien está bautizado, con vistas a nuevos y decisivos pasos en el seguimiento de Cristo y en la entrega más plena a él.
El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida (cf. Ordo Initiationis Christianae Adultorum, n. 25). Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con él, una lucha «contra los Dominadores de este mundo tenebroso» (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.
El Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la gloria de Cristo, que anticipa la resurrección y que anuncia la divinización del hombre. La comunidad cristiana toma conciencia de que es llevada, como los Apóstoles Pedro, Santiago y Juan «aparte, a un monte alto» (Mt 17, 1), para acoger nuevamente en Cristo, como hijos en el Hijo, el don de la gracia de Dios: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle» (v. 5). Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios: él quiere transmitirnos, cada día, una palabra que penetra en las profundidades de nuestro espíritu, donde discierne el bien y el mal (cf. Hb 4, 12) y fortalece la voluntad de seguir al Señor.
La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y en verdad» (v. 23). ¡Sólo esta agua puede apagar nuestra sed de bien, de verdad y de belleza! Sólo esta agua, que nos da el Hijo, irriga los desiertos del alma inquieta e insatisfecha, «hasta que descanse en Dios», según las célebres palabras de san Agustín.
El domingo del ciego de nacimiento presenta a Cristo como luz del mundo. El Evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: «¿Tú crees en el Hijo del hombre?». «Creo, Señor» (Jn 9, 35.38), afirma con alegría el ciego de nacimiento, dando voz a todo creyente. El milagro de la curación es el signo de que Cristo, junto con la vista, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en él a nuestro único Salvador. Él ilumina todas las oscuridades de la vida y lleva al hombre a vivir como «hijo de la luz».
Cuando, en el quinto domingo, se proclama la resurrección de Lázaro, nos encontramos frente al misterio último de nuestra existencia: «Yo soy la resurrección y la vida... ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). Para la comunidad cristiana es el momento de volver a poner con sinceridad, junto con Marta, toda la esperanza en Jesús de Nazaret: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que iba a venir al mundo» (v. 27). La comunión con Cristo en esta vida nos prepara a cruzar la frontera de la muerte, para vivir sin fin en él. La fe en la resurrección de los muertos y la esperanza en la vida eterna abren nuestra mirada al sentido último de nuestra existencia: Dios ha creado al hombre para la resurrección y para la vida, y esta verdad da la dimensión auténtica y definitiva a la historia de los hombres, a su existencia personal y a su vida social, a la cultura, a la política, a la economía. Privado de la luz de la fe todo el universo acaba encerrado dentro de un sepulcro sin futuro, sin esperanza.
El recorrido cuaresmal encuentra su cumplimiento en el Triduo Pascual, en particular en la Gran Vigilia de la Noche Santa: al renovar las promesas bautismales, reafirmamos que Cristo es el Señor de nuestra vida, la vida que Dios nos comunicó cuando renacimos «del agua y del Espíritu Santo», y confirmamos de nuevo nuestro firme compromiso de corresponder a la acción de la Gracia para ser sus discípulos.
3. Nuestro sumergirnos en la muerte y resurrección de Cristo mediante el sacramento del Bautismo, nos impulsa cada día a liberar nuestro corazón del peso de las cosas materiales, de un vínculo egoísta con la «tierra», que nos empobrece y nos impide estar disponibles y abiertos a Dios y al prójimo. En Cristo, Dios se ha revelado como Amor (cf. 1 Jn 4, 7-10). La Cruz de Cristo, la «palabra de la Cruz» manifiesta el poder salvífico de Dios (cf. 1 Co 1, 18), que se da para levantar al hombre y traerle la salvación: amor en su forma más radical (cf. Enc. Deus caritas est, 12). Mediante las prácticas tradicionales del ayuno, la limosna y la oración, expresiones del compromiso de conversión, la Cuaresma educa a vivir de modo cada vez más radical el amor de Cristo. El ayuno, que puede tener distintas motivaciones, adquiere para el cristiano un significado profundamente religioso: haciendo más pobre nuestra mesa aprendemos a superar el egoísmo para vivir en la lógica del don y del amor; soportando la privación de alguna cosa —y no sólo de lo superfluo— aprendemos a apartar la mirada de nuestro «yo», para descubrir a Alguien a nuestro lado y reconocer a Dios en los rostros de tantos de nuestros hermanos. Para el cristiano el ayuno no tiene nada de intimista, sino que abre mayormente a Dios y a las necesidades de los hombres, y hace que el amor a Dios sea también amor al prójimo (cf. Mc 12, 31).
En nuestro camino también nos encontramos ante la tentación del tener, de la avidez de dinero, que insidia el primado de Dios en nuestra vida. El afán de poseer provoca violencia, prevaricación y muerte; por esto la Iglesia, especialmente en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de la limosna, es decir, la capacidad de compartir. La idolatría de los bienes, en cambio, no sólo aleja del otro, sino que despoja al hombre, lo hace infeliz, lo engaña, lo defrauda sin realizar lo que promete, porque sitúa las cosas materiales en el lugar de Dios, única fuente de la vida. ¿Cómo comprender la bondad paterna de Dios si el corazón está lleno de uno mismo y de los propios proyectos, con los cuales nos hacemos ilusiones de que podemos asegurar el futuro? La tentación es pensar, como el rico de la parábola: «Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años... Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma”» (Lc 12, 19-20). La práctica de la limosna nos recuerda el primado de Dios y la atención hacia los demás, para redescubrir a nuestro Padre bueno y recibir su misericordia.
En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos ofrece con particular abundancia la Palabra de Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla diariamente, aprendemos una forma preciosa e insustituible de oración, porque la escucha atenta de Dios, que sigue hablando a nuestro corazón, alimenta el camino de fe que iniciamos en el día del Bautismo. La oración nos permite también adquirir una nueva concepción del tiempo: de hecho, sin la perspectiva de la eternidad y de la trascendencia, simplemente marca nuestros pasos hacia un horizonte que no tiene futuro. En la oración encontramos, en cambio, tiempo para Dios, para conocer que «sus palabras no pasarán» (cf. Mc 13, 31), para entrar en la íntima comunión con él que «nadie podrá quitarnos» (cf. Jn 16, 22) y que nos abre a la esperanza que no falla, a la vida eterna.
En síntesis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos invita a contemplar el Misterio de la cruz, es «hacerme semejante a él en su muerte» (Flp 3, 10), para llevar a cabo una conversión profunda de nuestra vida: dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo, como san Pablo en el camino de Damasco; orientar con decisión nuestra existencia según la voluntad de Dios; liberarnos de nuestro egoísmo, superando el instinto de dominio sobre los demás y abriéndonos a la caridad de Cristo. El período cuaresmal es el momento favorable para reconocer nuestra debilidad, acoger, con una sincera revisión de vida, la Gracia renovadora del Sacramento de la Penitencia y caminar con decisión hacia Cristo.
Queridos hermanos y hermanas, mediante el encuentro personal con nuestro Redentor y mediante el ayuno, la limosna y la oración, el camino de conversión hacia la Pascua nos lleva a redescubrir nuestro Bautismo. Renovemos en esta Cuaresma la acogida de la Gracia que Dios nos dio en ese momento, para que ilumine y guíe todas nuestras acciones. Lo que el Sacramento significa y realiza estamos llamados a vivirlo cada día siguiendo a Cristo de modo cada vez más generoso y auténtico. Encomendamos nuestro itinerario a la Virgen María, que engendró al Verbo de Dios en la fe y en la carne, para sumergirnos como ella en la muerte y resurrección de su Hijo Jesús y obtener la vida eterna.

BENEDICTO XVI.

6 de marzo de 2011

RELATOS CHILENOS 2

RELATOS CHILENOS 2

EL CHILE DE LOS 70'S

Muchos en México --en los 70's, que teníamos televisor, aunque fuera blanco y negro-- recordamos aquellas escenas en un noticiero nacional --24 Horas con el siempre aburrido y entonces eterno Jacobo Zabludovsky-- que nos dejaron boquiabiertos: Los aviones de la fuerza aérea bombardeando el Palacio Presidencial de La Moneda en Santiago de Chile y el jefe del ejército hablando y justificando el golpe. El ejército contra su propio jefe.

Recuerdo todavía claramente la voz de Salvador Allende. Pero bueno... De algún modo, mi maestra de música en el Colegio Isabel La Católica --en la primaria-- fue la primera referencia DIRECTA Y EN VIVO que tuve acerca de ese bello, angosto, alargado y lejano país.

Con el tiempo se volvió inevitable saber y oír de Chile pues era noticia lo que pasaba con el régimen de ese país. Como ya comentaba en RELATOS CHILENOS 1, también la figura del Cardenal Raúl Silva Enríquez, sobresalía con mucha dignidad y humanidad... era de alguna manera el icono chileno POSITIVO y el general era el negativo. Después hay otras figuras que lo hacen presente, por ejemplo el futbolista Carlos Reynoso (quien merece un Premio Nobel a la humildad) y también algunos otros futbolistas. Pero sobre todo un personaje internacional --pero chileno-- que era lectura obligada para cualquier niño que se preciara de estar al día. Ese personaje es, adivinó Usted, sí, se trata de Condorito (¡plop!).

Chile, entonces para mi mundo de niño y adolescente es un país lejano, con un nombre curioso un presidente malo, un personaje cómico y un Cardenal bueno... Así de simple.

CHILE CAMBIA PARA BIEN

 
Después al paso del tiempo --lentamente, año por año-- vamos sabiendo que Chile va cambiando. Hay elecciones, hay una 'Concertación' o sea una coalición de partidos que ganan las elecciones y Pinochet queda como senador (¿Cuál sería ahora su menú a la hora de cenar?) Y luego varias elecciones hasta que un día muere... Pero Chile aún sigue herido (pude oírlo y sentirlo por las calles de Santiago). Poco a poco Chile empezó a significar también buen vino tinto, festivales y concursos de música en Viña Del Mar, etc. Ahhhh y más futbolistas. De pronto ya Chile dejó de ser el país de la dictadura y empezó a ser el país que exportaba mucho cobre, que tenía una excelente aunque cara línea aérea (LanChile), que iba mejorando en la educación y que tenía equipos famosos de Fut-bol como El Colo-Colo (primero claro) y la Universidad de Chile.

LA JMJ Y EPA EN TORONTO CANADA
 
Un buen día me toca llevar a un grupo de adolescentes de Aguascalientes, del Movimiento EPA, a la Jornada Mundial de la Juventud en Toronto, Canadá en 2002. Allá conocemos a jóvenes y sacerdotes de muchos países del mundo... Entre ellos conocemos a algunos de la delegación chilena, muy bien respaldada por su Conferencia Episcopal y su Vicaría de la Esperanza Joven (Pastoral Juvenil). Recuerdo como en La Jornada ellos se movían en autobuses de primer mundo (tipo Primera Plus) y nosotros en camioncitos escolares de tercera, pues cada grupo mexicano iba son sus propios recursos y cada Diócesis también. En esa Jornada conocí a jóvenes de varios países del mundo; eran muy simpáticos y bullangueros los de Trinidad y Tobago; también convivimos con algunos de Chile. Y ahí conocí a Ernesto un joven muy flaco que vivía en Santiago y que participaba en la Pastoral. Intercambiamos Correos, la idea era un día ir a Santiago o él venir a México. Pero se veía eso como algo lejano. Tenía curiosidad por conocer Chile y confrontar la realidad con mis ideas de pequeño sobre ese país.

AL FIN CONOCÍ CHILE
 
La oportunidad se dió más pronto de lo que pensé. Creo que fue en el 2003, cuando recibí la invitación a trabajar en Uruguay en la Pastoral de Adolescentes. Por invitación del entonces obispo de Melo, Mons. Luis Del Castillo Estrada S.J., fuimos a Uruguay el P. Daniel Cuéllar y yo de paso a Melo. Así es como pude armar un viaje relámpago a Santiago, aprovechando que allá vivía Cristóbal López , un amigo de Guadalajara. Lo contacté y me animé a hacer ese viaje. En cuanto se pudo, compré los boletos para el viaje redondo. Volé por segunda vez en PLUNA (Primeras Lineas Uruguayas en Navegar Al exterior... Así se llama la línea aérea nacional del Uruguay). No fue un viaje largo, un poco más de una hora... Casi las dos horas si mal no recuerdo. Que majestuosa vista de Los Andes, increíble. Al llegar al aeropuerto de Santiago me sentí bienvenido. Un aeropuerto grande, funcional, limpio y hermoso. Ya estaba ahí par ir por mi Cristobal, mi amigo de Guadalajara. Y vamos a casa de inmediato.

LAS CONDES
 
Pues resulta que mi amigo, como buen ingeniero fresa mexicano, vivía en la Comuna (municipio) de Las Condes... No sé, algo así como si viviera en Chapalita en Guadalajara o en Polanco en la Ciudad de México. Al día siguiente fuimos a conocer el centro de la ciudad de Santiago... Me explicó lo de la Zona Metropolitana (Región) y las Comunas (Municipios). Por cierto su novia vivía en Ñuñoa (no recuerdo si así se escribe) otra parte fresa de Santiago.
LOS ANDES. FOTO TOMADA POR MI DESDE EL AVION

Algo realmente cómico era ir por el Paseo Ahumada (calle peatonal) entre ese mundo de personas que va cada quien a lo suyo... Y nadie se quita, todos te golpean con el hombro... Curioso y exasperante. Me sorprende lo que valía el peso chileno con respecto al dólar americano; algo así como $750.00 Por dólar y como $ 70.00 por peso mexicano... El Diario (el que yo leía era "El Mercurio") costaba algo así como $ 450.00 pesos chilenos. El Metro de Santiago muy limpio, rápido y ordenado. Muchos jóvenes y adolescentes por doquier... Cuando saben que soy de Guadalajara me preguntan por el grupo 'Maná'... Cuando saben que soy mexicano me hablan del Chavo del Ocho y el Chapulín Colorado. Conocen también a Cantinflas.

CATOLICISMO

Sin duda que hay vestigios de catolicismo en Chile. Su pasado colonial tiene profundas raíces católicas, aunque la inmigración de muchos europeos, en especial alemanes, trajo las religiones protestantes a Chile. Por supuesto que también el proselitismo de las sectas tiene que ver. Como en todas partes, el número de los católicos va disminuyendo y aumenta la cantidad de grupos que se dicen neo-cristianos y Testigos de Jehová. Muchos recuerdan al Cardenal Raúl Silva Enríquez con respeto y veneración. También está en el ánimo popular por supuesto la veneración a Nuestra Señora Del Carmen, patrona de Chile, en su Santuario de Maipú. Y ahora todos están orgullosos del recién canonizado P. Alberto Hurtado Cruchaga, S.J., campeón de la Caridad, cuya obra social ha perdurado por medio de instituciones como el 'Hogar De Cristo' que recibe a los menesterosos y necesitados. El P. Hurtado es en verdad un gigante de la caridad y un chileno de pura cepa que les enseñó a sus compatriotas sobre cómo amar a Cristo en el Prójimo. Ojalá no se les olvide a los chilenos cómo amar a Cristo a la manera del P. Hurtado... Ojalá que nosotros, aquí en México, aprendamos de su amor y celo apostólico.

EXCURSION A LA COMUNA DE LA FLORIDA 

Bueno ese es el siguiente punto... Porque se acabó el tiempo.


PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.

1 de marzo de 2011

DIOS AUSENTE

LA AUSENCIA DEL PADRE



*El 'background' de la situación actual

Desde hace unos años, gracias a una acometida mundial muy bien orquestada desde gringolandia, tal vez los últimos diez, hemos estado envueltos --como Iglesia y como sociedad-- en un ambiente de fuertes cuestionamientos hacia todo aquello que signifique autoridad: Dios mismo, el Papa, los obispos, los sacerdotes, los padres de familia, los gobiernos y todo tipo de estructura social, religiosa, cultural, jurídica y política.

*Perfil de la 'crisis'

En un plano general, se habla de una situación que se puede denominar en forma genérica "Crísis de Ausencia Del Padre" y que está muy relacionada al desgaste y desprestigio de la imagen masculina --y su atributo más sobresaliente que es la autoridad-- no sólo en la familia sino en todos los ámbitos. Esta situación tiene repercusiones incluso en la misma reflexión teológica de la Iglesia, que ha 'producido' una teología que habla precisamente --en tono poco ortodoxo por cierto-- de que ha pasado ya la 'Era del Padre'; tiene consonancia esa reflexión con el ambiente de crísis de autoridad generalizada.

DIOS PADRE

* Notas de 'La Ausencia'

Aún dentro de la misma Iglesia podemos ver como en muchos Seminaristas, Religiosos, Sacerdotes y también algunos Obispos, se reflejan los estragos del postmodernismo en su forma de vida y su tinglado intelectual; es visible en la mentalidad del poco esfuerzo y la aversión a todo lo que requiera perseverancia ó sea obstáculo y sobre todo en lo que requiera sacrificio; los cófrades del postmodernismo buscan sólo lo inmediato, lo gratificante, lo rápido, lo que esté a la moda. Pero su principal 'síntoma', posiblemente inconsciente e inadvertido, en el cumplimiento de sus deberes y quehaceres --en lo familiar, lo social y también lo espiritual-- es la AUSENCIA. Una ausencia que sufrieron, que repudian, pero que replican; que --en ellos-- siempre tiene aparentes justificaciones. Y así nos encontramos con toda una generación que creció en ausencia del padre, del progenitor, y que con su propia y renovada ausencia, prolonga en lo familiar, lo social y lo espiritual esa sensación de abandono "ontológico" (existencial).

*Dios como cachárro inútil

El mundo --todo lo que se opone a Cristo-- en especial en los últimos años, nos ha querido convencer por todo medio disponible, de algo que llamaré "La Tiranía de Dios". Su argumento central versa sobre la principal convicción atea, que enunciaré como 'inutilidad' de lo divino, que mucho tiene que ver con el 'evangelio Marxista' que proclama que "La religión es el opio del pueblo".

Este argumento tiene dos vertientes muy atractivas y envolventes: En lo radical "Dios no existe". Y la vertiente con aspartame (es decir light y por ello menos repugnante para quienes somos cristianos) que vendría siendo: "Dios nos ha arrojado a la existencia y nos ha abandonado".

*Dios no existe y es sólo una creencia que viene del ambiente cultural

El argumento ateo "Dios no existe" por supuesto que es seguido con el razonamiento "Y si no existe ¿Por qué sus supuestos personeros de pretenden meterse en todo? ¿Qué caso tiene que en nombre del no existente (el anti-Yahweh lo llamaría) pretendan estar en todo? Y esta es la causa profunda de la gran batalla que los ateos están dando en forma agresiva, pero muy discreta y paciente, en todos los campos: Cultura, costumbres, legislación, símbolos externos, etc., disfrazando su lucha de sano, legítimo e imparcial laicismo, que busca confinar --de una vez y para siempre-- a todos los 'ignorantes' que creemos en el Dios 'inexistente' por mera herencia cultural: Ahorita van sobre nosotros los católicos después seguirán los protestantes y luego todo el que les haga frente.

El argumento 'light': "Dios nos ha abandonado" es seguido por el razonamiento 'por ello, sólo Dios puede arreglar las cosas y sólo Él es responsable de lo que pasa; por eso no tiene caso esforzarse e ir contra las dinámicas sociales que anuncian decadencia en todos los órdenes'. Aquí el camino sería un fatalismo ayuno de esperanza que nos lanza a todos al egoísmo 'justificado' de la sobrevivencia a toda costa y la indiferencia e inacción. En forma accesoria se pretende enfocar el asunto de la felicidad humana a sólo cuestión de libertades, pesos y bienes materiales.

* La 'Tiranía del que no existe'

Así, nos encontramos atrapados en esta aparente 'Tiranía de Dios' en la que somos anulados y sobajados por aquel que nos creó. O bien estamos siendo oprimidos --si es que no existe-- por las cargas de una cultura pre-científica y retrógada que tiene su raíz en Dios, aunque no exista, pues habrá El sido el pretexto para todos los 'atavismos' y esclavitudes culturales. Tiranía de todos modos: virtual (porque es como si existiera) ó real (porque 'Si es que existiera' El es el responsable de su Creación, que nos incluye).

* El juego

Este es el juego: Dios es el culpable de los males humanos. Pero en el fondo el argumento en forma velada es "NO EXISTE PORQUE NO ARREGLA LAS COSAS". Y muchos católicos, sin siquiera darse cuenta, así lo asumen y por ello engrosan las filas de la iglesia mayoritaria de México --que no es la católica-- sino la de los aburridos y cansados de cada domingo, que contribuyen a la salvación del mundo viendo Tv hasta que se acaba el 'Día Del Señor' ¿Para qué rezarle a un Dios que no nos oye ó no existe?

* Combatir al que no existe como si existiera

¿Mercadotecnia ó psicología social? Ellos --los secularistas-- sostiene la 'no existencia de Dios', sin embargo en todas las tribunas a su alcance (medios de comunicación, cátedras universitarias, tajadas de poder político, galerías de arte, Ong's afines) lo combaten como si existiera. El problema es que nosotros --no ellos-- creemos en su existencia y de alguna forma tratamos de plasmarlo en la vida. No lo combaten --a Dios-- diciéndonos que no existe o que somos unos idiotas al creer existe --eso nos haría defendernos-- más bien nos quieren hacer creer, por medio del descrédito de las Iglesias y de una especie de culpabilidad-maldad divina que ellos le acreditan a Dios, que Él es el gran culpable de los males y catástrofes del mundo.

* Hacen lo que quieren con nuestra complacencia e indiferencia

Conforme nos vamos persuadiendo de lo uno ó lo otro (no existe ó no le importamos) ni oramos, ni esperamos en El, ni combatimos. ¡Que otros resuelvan los problemas!... Y esos 'otros' son ellos: Los que no creen en Dios y están transformando las leyes, las costumbres y la cultura... Eso es lo que quieren y eso es lo que les estamos dejando hacer, mientras nosotros estamos 'deprimidos' porque nuestro Dios 'o no existe o nos ha mandado al bote de la basura'. ¿Que va Usted a hacer de aquí en adelante?

PBRO. ROBERTO SANCHEZ DEL REAL.