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11 de febrero de 2011

LOS CARISMAS, REALIDAD DE NUESTRO TIEMPO

LOS CARISMAS
EN UN MUNDO QUE BUSCA NOVEDADES Y "RAREZAS"
Y UNA IGLESIA QUE TEME FOMENTAR LA SUPERSTICIÓN


Nos encontramos en una situación muy especial --sobre todo en lo religioso-- en la que se privilegia lo subjetivo y afectivo por encima de lo objetivo. Se busca que prevalezca el sentir y el experienciar; se pretende que las emociones sustituyan a la mayoría de los valores. Las convicciones se han degradado a la categoría de ideas, gracias a la labor metódica de un "lobby" secularista mundial (Un movimiento que busca barrer y acabar con todo lo que huela a catolicismo --ahorita-- y que seguirá con todo lo que huela a cristianismo y teísmo --después--). Recordemos que los valores son SÓLO referentes y las ideas son -en lo conceptual- sólo afirmaciones que por sí mismas carecen de valor, en este imperio de lo subjetivo.



Y volviendo al mundo del Cristianismo, que por supuesto incluye en primerísimo lugar al catolicismo, los Carismas --por ser experiencias de alguna forma subjetivas; es decir muy personales en un aspecto íntimo-- se han vuelto peligrosamente para unos en META considerada aún por encima del mismo dador de todos los bienes, que es Dios. Para otros --generalmente católicos y neo-cristianos excesivamente clericales ó institucionales--  son negación de la Fe misma, por confundirlos con subjetividades sensacionalistas aunque su existencia y procedencia divina estén plasmadas en la mismísima Palabra de Dios, en especial en el Nuevo Testamento (privilegiadamente en Hechos De Los Apóstoles y las Cartas de San Pablo).

Conocí a un brillante doctor en Teología --de la Diócesis de San Diego, California-- que afirmaba la "imposibilidad" de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la viabilidad de Los Carismas, pues --decía en tono doctoral por supuesto-- que Los Sacramentos son símbolos SOLAMENTE y no realidades; y para él Los Carismas son acción directa del Espíritu Santo que --sostenía-- no necesita de intermediarios. Dentro de la jerarquía --muchos sacerdotes y uno que otro obispo-- desprecian los Carismas porque los ven como COSAS INCONTROLABLES QUE SE PUEDEN VOLVER EN CONTRA DE LA MISMA IGLESIA, GRACIAS A LA SUBJETIVIDAD. Clericalismo y temor. No podemos negar que hay peligros si falta recta intención y formación suficiente en este campo; pero tampoco podemos ignorar la acción del Espíritu Santo. Aunque lo neguemos EL ACTÚA. Muchos sacerdotes se sienten ofendidos cuando un laico 'presume' tener un Carisma; estoy convencido de que generalmente esa actitud se toma cuando hay un complejo de inferioridad ó cuando el sacerdote 'siente' se le está retando o cuestionando.

Verdaderamente muchos miembros del Clero ¿Preferirían que  El Espíritu Santo no actuara? ¿Desearían que todo lo que dice Hechos sobre la acción del Espíritu Santo fuera pre-historia eclesiástica? ¿Por qué un sacerdote tendría motivos para sentirse 'inferior' si ha recibido el poder de actuar en 'La Persona de Cristo'? Convertir el pan y el vino en El Cuerpo y La Sangre de Cristo es mayor a todo Carisma (sin clericalismos lo digo).

Para empezar hemos de definir el termino "Carisma": Viene del griego 'karis' que equivale a "Don" ó "regalo", es decir, algo que se recibe por benevolencia, pero no como algo que se gana o por lo que se paga... Un regalo que se da por gratuidad ó por amor. Esa es la idea. Desde siempre en la Iglesia han existido los Carismas. Para darnos cuenta de ello basta leer, por ejemplo, a San Pablo en I Corintios 12,1-11 en donde está intentando hacer que los Corintios caigan en la cuenta de que los Carismas son regalos de Dios -del Espíritu Santo- para el servicio y edificación de la Iglesia. Y en el capitulo siguiente -el 13- habla del Carisma o Don más importante: El Amor (caridad).

Quien niegue que en nuestro tiempo Dios sigue derramando sus regalos sobre su Iglesia (Los Carismas) no sólo está diciendo una mentira sino sobre todo una herejía. Si Los Carismas no existen entonces a nuestras Biblias les sobran varios libros, en especial Hechos de Los Apóstoles; y entonces Jesús es un mentiroso pues dijo en Mc 16,14-19 que los que creyeran en su nombre harían grandes cosas. NEGAR LOS CARISMAS NO ES DESCALIFICAR A QUIENES LOS EJERCEN SINO AL QUE LOS DA: AL ESPIRITU SANTO.

Jesús está vivo y sigue sanando a los enfermos. Jesús está vivo y sigue adornando a su Iglesia con Los Carismas, que son una prueba  más de que ha triunfado y resucitado.

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